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IRATXE LÓPEZ
Viernes, 30 de septiembre 2022, 14:58
Relacionarse es importante; hacerlo no solo con otras personas sino con el medio, esencial. Codearse con la naturaleza y quienes la pueblan. Salir al monte y al campo, disfrutar de animales que lo habitan. Obviamente no resulta tarea sencilla, muchos huyen de los humanos, nos ... lo hemos ganado. Van a su aire, es lógico, y no les gustan los entrometidos. Pero siempre hay formas de acercarse a ellos sin perturbar. Hacemos una ruta por la región para conocer algunas.
«La berrea en los montes de Cantabria se distingue por ver a los animales en su hábitat natural, al contrario que en otros parques nacionales donde están en semilibertad y acostumbrados a las personas, incluso con letreros en los que se lee 'No dar de comer a los animales'. Observar este espectáculo en salvaje es un privilegio. Los animales te huelen, te escuchan, se quedan paralizados, mimetizados con el terreno, y suceden un sinfín de curiosidades», explica Gustavo Herrero, gerente Rutas Turísticas 4x4, que lleva dedicándose a ello desde 1993. «Fuimos la primera empresa nacional de turismo activo que se ocupó de este tipo aventuras, lo cual garantiza una vivencia exclusiva».
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Bramidos llamativos y exhibiciones para preservar la autoridad sobre el territorio a la vez que velan por el harén de hembras caracterizan la época de celo para los ciervos. «En estas zonas comienza durante el cambio de luna de septiembre, sobre los días 12 y 13, y se extiende hasta finales de octubre, aunque en algunos casos el celo ha durado hasta primeros de noviembre», especifica. El ruido entre montañas es «inigualable», imposible no quedarse pasmado. Por eso la ruta constituye una gran experiencia para vivir en la naturaleza.
Acudirás acompañado de guías hasta lugares frecuentados por las manadas. «En zonas restringidas donde somos la única entidad autorizada para el transporte de viajeros al corazón de los parques naturales protegidos de Cantabria y también de Asturias, por lo que el disfrute está garantizado», asegura.
Varias generaciones de esta familia se han dedicado a cuidar del ganado. «Apostamos por el medio rural y entendemos la ganadería de manera sostenible con el medio ambiente, creando un entorno éticamente social, con crecimiento inclusivo y solidario», explica Marta García, de la ganadería Val del Mazo. Desde 2013 decidieron criar razas autóctonas y en peligro de extinción, nombres curiosos como el de la vaca casina, la tudanca y la yegua salvaje monchina.
A su labor, de cuyos beneficios están más que convencidos, suman diversas visitas con la idea de convencer a los demás. De transmitir a quienes se acerquen su filosofía vital. Actividades como 'Ganadero por un día', 'Visita a la granja' o 'Animales en libertad' ofertan modos de acercarse a su día a día. Para explicarlas, dirigen las primeras palabras a los niños, siempre dispuestos a participar en aventuras. «La ganadería está en un bosque encantado, con hadas, gnomos y pequeños seres, casas de insectos y sorpresas de fantasía. La visita se puede completar con recorrido por el bosque o alojándose en las casas rurales que tenemos», comenta.
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Una vez allí, hablarán de los pastos en el Parque Natural de Collados del Asón, donde se alimentan sus animales con hierba de altas cumbres. Aprenderás cómo los cuidan y trabajan con ellos. «Imposible dar una idea siquiera remota de la belleza y emoción de un territorio tan variado, vestido con las galas de una naturaleza pródiga en altitudes, formas geológicas y florales», expresa con emoción.
Puedes apuntarte a tres actividades concretas. El sábado 1 de octubre al taller de fotografía nocturna- Lightpainting, que tendrá lugar en el Centro Cultural Gajano; o al de elaboración cajas-nido para apaces, en el mismo lugar a las 10.00 horas. Y el Taller de Iniciación a la Observación de Aves Acuáticas, de 10.00 a 14.00 y 15.30 a 17.30 horas, que suma teoría y práctica el 19 de noviembre. Todos forman parte del Programa de Ecoturismo Marina de Cudeyo, cuyo objetivo es sensibilizar en torno a la conservación del medio natural y la biodiversidad.
Vamos por partes. El taller de Lightpainting, traducido como 'pintar con luz', se basa en un tipo de fotografía curiosa y llamativa. «Con una cámara, unas luces y exprimiendo un poco la imaginación, se obtienen increíbles imágenes. Tras una breve introducción teórica y mucha práctica», comenta Carlos Sainz, quien se encarga de los cursos.
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Leticia Mena
En el de elaboración de cajas nido para rapaces se construyen nuevos hogares a cernícalos, mochuelos o lechuzas, entre otros. «Dirigido a familias, partimos de las maderas ya cortadas y tratadas. La labor consistirá en ensamblar y personalizar cada nido. Posteriormente se colocan en diferentes lugares del municipio», especifica. Así las aves tendrán hotelito nuevo donde descansar. El de iniciación a la observación de aves acuáticas arranca con algo de teoría sobre la biología de las aves, para concentrarse en lo esencial. «Después recorreremos diferentes lugares de la Bahía de Santander e identificaremos un buen número de especies», concluye.
Lo esencial es pasar un rato divertido en plenos Valles Pasiegos, concretamente en Saro. Por eso proponen la posibilidad de pescar truchas y de visitar el mini-zoo en el que aguardan aves exóticas de intensos colores que han llegado allí desde distintas partes del mundo. «Estamos localizados en un entorno idílico, entre verdes montañas que invitan a pasear por la zona como complemento a la actividad. Se hacen visitas guiadas con grupos de niños, de mayores y grupos familiares», especifican desde Piscisaro, por si alguien desea plantearse una jornada distinta.
A la hora de pescar hay dos opciones, la ecológica y la deportiva. En la primera el objetivo es capturar al pez y, una vez hecho, soltarlo. «Solo tendrán que abonar el precio del alquiler de la caña, 20 euros la hora», cuentan. Si prefieres la pesca deportiva, harás la captura para comprar la trucha. El alquiler de la caña es gratis en este caso.
Esto va de lombrices, aunque resulte extraño. De descubrir el ciclo biológico de los intestinos de la tierra, como las bautizó Aristóteles. En Cañedo, en el extremo suroriental de Cantabria. Porque, aunque a ciertas personas les resulten desagradables debido a su aspecto y al retorcimiento de su avanzar, estos anélidos ayudan al mantenimiento de los cultivos.
Quizá no sepas que los antiguos egipcios los admiraban, pues convertían en fértiles las tierras del Nilo. La propia Cleopatra les otorgó el título de animales sagrados. «Los participantes conocerán durante la hora que dura la actividad el proceso de transformación natural por el que la materia orgánica de la ganadería se convierte en humus de lombriz, con beneficios asombrosos para las plantas», explican los organizadores.
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Además te contarán curiosidades como que pueden llegar a vivir entre 14 y 15 años, a pesar gramo y medio, que aborrecen la luz solar, son hermafroditas y cada cual genera otras 1.300 al año gracias a su reproducción. Lo más llamativo: tienen cinco corazones y seis pares de riñones. Lo esencial es que llenan la tierra de microbacterias beneficiosa, mejorando la producción y regenerando los suelos degradados. ¿A que ya las miras con otros ojos?
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