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El periodista Josu García es un amante de la montaña y lleva dos décadas disfrutando de la naturaleza con salidas al monte y participando en carreras de BTT y trail. Sin embargo, nunca antes se había visto en la necesidad de utilizar una manta térmica ... como lo tuvo que hacer el pasado sábado durante la Combinada de Los 10.000 del Soplao. García narró para El Diario Montañés cómo fue su participación en el infierno cántabro y, además, contó en un hilo de Twitter su historia con la manta y se ha hecho viral.
Todo comenzó cuando una fuerte tormenta sorprendió a los participantes en el alto del Moral, a una altitud de aproximadamente 1.000 metros. Josu García había corrido ya 48 kilómetros antes de llegar a la transición en Cabezón de la Sal y coger la bicicleta, pero no valoró que el tiempo iba a cambiar tan rápidamente y cometió el error de no coger un chubasquero.
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Josu García
Aunque llevaba puesta una camiseta térmica de manga larga, un buen cortavientos y unos manguitos en la mochila, nada fue suficiente para soportar la lluvia. Los 'windstoppers', que normalmente protegen del viento, no eran tan impermeables para un chaparrón como el que caía, igual que los gruesos guantes que llevaba, por lo que se empapó por completo bajo el aguacero. En medio de la situación, el periodista de El Correo y un compañero de aventura se cruzaron con una ambulancia todoterreno. «Mal augurio», comenta en el hilo.
Aunque al subir todavía sentían calor, la posterior bajada de 15 kilómetros les dejó exhaustos. Fue en ese momento cuando decidieron ponerse encima las bolsas de basura que les dieron en el avituallamiento como improvisados chubasqueros. No obstante, la velocidad descendiendo a unos 50 kilómetros por hora generaba «una sensación térmica brutal».
Pesa 59 gramos. Vale apenas 3 euros. Cabe sin problemas en el bolsillo del maillot y ayer me salvó de una hipotermia. Abro hilo sobre este salvavidas llamado Manta Isotérmica. pic.twitter.com/nEBc7cwv1u
— Josu Garcia (@JosuGarcia3) May 21, 2023
Josu y su compañero no paraban de tiritar. Llevaban casi 10 horas de carrera y sus cuerpos ya no tenían más energía que quemar y generar calor. Con el fin de evitar mayores problemas, Josu decidió retirarse. Descendió hacia la carretera, buscó un arcén amplio, llamó a su mujer para que fuera a buscarle y, finalmente, llegó el momento de sacar la manta térmica que llevaba siempre en la mochila 'por si acaso'. El artilugio en cuestión pesa 59 gramos y buscando en internet pueden adquirirse desde poco más de un euro. La del periodista era de Decathlon y cuesta 2.99. Había pasado tanto tiempo desde que metió aquella bolsita con zip en la mochila que las instrucciones eran ilegibles. Con las manos temblorosas por el frío, sacó el móvil y recurrió a Google para buscar las indicaciones correctas.
Tras una breve búsqueda encontró la información que necesitaba. En caso de hipotermia, el lado plateado de la manta debía estar en contacto con el cuerpo, ya que el dorado tiene la función de absorber el calor. En caso de tener que utilizarla por una insolación, por ejemplo, el lado plateado debe quedar hacia afuera para reflejar la luz y evitar el sobrecalentamiento. Al desplegar la citada manta descubrió que era lo suficientemente grande (160 x 210 cm.) como para que sentarse sobre ella y protegerse acurrucado.
Poco a poco empezó a sentir cómo la manta le aislaba el viento y retenía el calor de su cuerpo. Generaba un efecto de condensación que, en los 20 minutos que su mujer llegó a buscarle, logró reducir significativamente su temblor. Aunque seguía sintiendo el penetrante frío que se le había colado hasta los tuétanos, la situación ya no parecía tan dramática. Además de manta, Josu García, como experto montañero, siempre lleva en la mochila un silbato, que siempre puede ser útil en caso de perderse por la niebla o caerse en una zona con poca visibilidad.
Su hilo de Twitter ha tenido una gran acogida entre sus seguidores y el periodista mostraba su sorpresa y alegría a partes iguales por la difusión. Además, decidió compartir la crónica que había escrito para El Diario Montañés narrando detalladamente esta emocionante aventura y transmitiendo una importante lección: la meteorología puede cambiar rápidamente y, si no se lleva la ropa adecuada, una manta térmica puede ser la salvación ante un apuro.
Protección contra el frío o casos de hipotermia. Algunas mantas térmicas reflejan hasta el 80 % de nuestro calor corporal, previniendo así el riesgo de congelamiento o hipotermia. Debe utilizarse de la siguiente manera: La parte plateada debe estar orientada hacia la persona para retener y reflejar el calor corporal t evitar la hipotermia. Recuerde cubrir todo el cuerpo y con una gorra tapar la cabeza ya que en esta zona se pierde mucho calor.
Como impermeable o tienda. En un caso extremo donde una tormenta te sorprenda puede utilizarse la manta térmica como poncho –impermeable- o como tienda para una acampada improvisada, ya que está fabricado con materiales muy resistentes y a prueba de agua. No es la opción ideal, sin embargo nos protegerá de las inclemencias del tiempo. Utiliza la parte plateada dirigida hacia ti y no al exterior para evitar que se dañe.
Para protegerse del calor. Las mantas térmicas sirven tanto para proteger del frío como del calor. Simplemente utiliza el lado opuesto de la sabana térmica, es decir, el lado plateado hacia el exterior, para hacer un pequeño refugio para aislarse del sol, disminuir la fiebre o un golpe de calor. El lado plateado hace que la luz del solo rebote y mantiene la parte interior fresca.
Como saco de dormir o esterilla aislante. Si olvidaste llevar saco de dormir o éste se te ha mojado, podrás utilizar una manta térmica para improvisar un saco envolviéndote con ella. Resultará más satisfactorio que dormir sin ningún aislante. También puedes colocar la manta entre el saco y el suelo para que la humedad del suelo no suba y mantener el saco seco y caliente por la noche.
Como señal o prenda reflectante. Otra de las grandes ventajas que tiene una manta térmica es que el lado plateado es muy reflectante. Por lo tanto, nos puede resultar muy útil para enviar señales a un punto lejano, o a un avión, ondeando la manta al sol. También puede utilizarse simplemente a modo de prenda reflectante para ser visto en carretera si se camina por carreteras de montaña sin arcén ni acera, por ejemplo.
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