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Ruta por el puerto de Lunada, el paraíso blanco de las Merindades

Ruta por el puerto de Lunada, el paraíso blanco de las Merindades

Durante este paseo invernal de once kilómetros podemso disfrutar estos días de la nieve, aunque también es perfecta para hacerla en familia en otras época del año

Juan J. López

Santander

Viernes, 10 de diciembre 2021, 15:43

Está considerado uno de los puertos más espectaculares de la geografía peninsular. Unión entre Castilla y Cantabria, popularizado recientemente por La Vuelta a España, también se ha convertido en lugar de peregrinaje para cientos de ciclistas que buscan emular a los mejores corredores del mundo. Lunada, Castro Valnera, Espinosa de los Monteros, valles pasiegos... Topónimos que desprenden montaña, aventura y una historia natural digna de conocer y visitar -al menos una vez en la vida-.

En esta ocasión os proponemos una ruta de unos once kilómetros que requiere un poquito de preparación física, aunque tenemos la posibilidad de acortar la senda a la mitad. Para llegar a la salida. La mejor opción es ir hasta Espinosa de los Monteros, cruzar el municipio burgalés en dirección a las Machorras, y coger la carretera que va a Lunada desde el cruce de Salcedillo (a la derecha). Dejaremos el coche después de seguir la carretera hasta el cruce de la antigua estación de esquí, y llegar al refugio.

Comenzamos la actividad en el refugio Castro Valnera, dónde Pilar, la regente de este , nos puede avituallar antes de salir, y, por supuesto, darnos algo caliente al volver, sobre todo si la ruta nos la planteamos durante estos días.

DIEGO DE LA IGLESIA

Importante recordar que estamos en una zona de alta montaña, y que tenemos que ir con el material necesario, además de hacer una previsión de nuestra actividad (meteorología, cantidad de nieve, consulta la DGT y la Aemet).

Empezamos a caminar subiendo por la carretera en dirección al Puerto de Lunada. La calzada no nos durará mucho, ya que a pocos metros, a mano derecha, parte un sendero -con señalización- que inicia la subida por un camino de tierra, que ahora mismo está teñido de blanco por la nieve, de ahí que podamos valorar incluir unos crampones o raquetas para algunos tramos.

Avanzamos hasta alcanzar un cruce señalizado donde giraremos a la derecha. Este desvío se sitúa a poco menos de un kilómetro del inicio del camino de tierra.

El camino se abre y la pendiente es ligeramente descendente y siempre en dirección al macizo de Peña Lusa. Estamos en una zona con agua, y las pequeñas lagunas le dan un toque mágico a la ruta, aunque en este tiempo éstas aparecen heladas por las bajas temperaturas.

Punto de retorno si se hace largo

A partir de este punto giramos a la izquierda, en un cruce de pistas, que se sitúa a unos dos kilómetros y medio del giro anterior. En este punto es donde comienza la principal subida de una ruta que acumula unos 500 metros de desnivel positivo. También es un buen punto para salir a la carretera si queremos acortar la actividad y regresar a la salida por la calzada.

Recorreremos un kilómetro más tras una larga rampa por el bosque, que finalizamos con un giro brusco a la derecha después de ver las señales en un árbol y rocas. Después, alcanzaremos la parte más alta de la ruta desde la que merece pararse a ver las vistas antes de iniciar un descenso de unos 600 metros de pista, tras la que giraremos a la derecha para empezar a bajar por un hayedo. (Ojo, este punto es el tramo más delicado por las marcas y el camino cuesta verlo).

Punto de retorno si se hace largo

A partir de este punto giramos a la izquierda, en un cruce de pistas, que se sitúa a unos dos kilómetros y medio del giro anterior. En este punto es donde comienza la principal subida de una ruta que acumula unos 500 metros de desnivel positivo. También es un buen punto para salir a la carretera si queremos acortar la actividad y regresar a la salida por la calzada.

Recorreremos un kilómetro más tras una larga rampa por el bosque, que finalizamos con un giro brusco a la derecha después de ver las señales en un árbol y rocas. Después, alcanzaremos la parte más alta de la ruta desde la que merece pararse a ver las vistas antes de iniciar un descenso de unos 600 metros de pista, tras la que giraremos a la derecha para empezar a bajar por un hayedo. (Ojo, este punto es el tramo más delicado por las marcas y el camino cuesta verlo).

Valle de Lunada, con las antiguas pistas de esquí y el Castro Valnera al fondo. DIEGO DE LA IGLESIA

Sin embargo, a medida que perdemos altura el sendero que cada vez se hace más evidente y no tiene pérdida hasta llegar a una pista de hormigón que regresa a la carretera del puerto de Lunada

Cruzamos la calzada y cogemos la pista del Bernacho, por la que vamos a llegar a un área recreativa en el que podemos hacer una parada antes de emprender la parte final de la ruta. Esta zona tiene mesas de piedra y hay paneles con información de las rutas, así que no hay pérdida alguna.

Una vez recuperados, cogeremos el sendero de la derecha, que se encuentra junto a un muro de piedra y que nos inicia en una parte que vamos a compartir con el río Lunada. Siempre vamos a ir paralelos a él hasta terminar en una nueva pista de hormigón por la que vamos a seguir nuestro retorno al coche -o al refugio-.

De vuelta al río Lunada

Seguimos la pista sin perdida hasta alcanzar un nuevo cruce en el que giraremos a la izquierda. Lo mejor es que el hormigón se despide y aparecen las piedras, aunque todas estas formaciones o estructuras en esta época del año están sepultadas por la nieve.

Giramos a la derecha en el cruce, y antes de llegar a una cabaña, descendemos para cruzar de nuevo el río Lunada y elevar nuestro camino por un prado que nos lleva de nuevo muy próximos a la carretera de la vieja estación de equí.

Y es aquí donde ya divisamos el refugio Castro Valnera, nuestro coche y queremos poner el broche a la ruta con un buen plato caliente, que redondeé nuestra jornada de montaña en la parte más inhóspita de Las Merindades.

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