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Entre las muchas enseñanzas del lama Tulku Lobsang Rimpoché hay una que dice que «Cuando te aceptas y crees en ti, tienes un gran poder». El de la cántabra Ruth Gómez Sierra, alumna de este maestro budista, está en el jazz y en la meditación. « ... La música es el diamante de mi vida. No la concibo sin ella», afirma. Sin embargo, hace tiempo que no pisa un escenario para cantar y esta noche lo hará en un lugar fetiche para ella, el bar Rvbicón, para ofrecer un concierto único por varios motivos. El primero de ellos es por los músicos que la van a arropar en esta actuación: el contrabajo Javier Mayor de la Iglesia, el guitarrista Carlos Pizarro, el vibráfono Raúl Quintana y el batería Luis Escalada «un lujo» tal y como ella misma explica. También es especial porque es probable que no vuelva a repetirse esta actuación, al menos, según señala, no hay intención de ello. Se trata de un concierto que nace por la necesidad de reunirse, de tocar y cantar juntos, de aprovechar una amistad para disfrutar y hacer disfrutar con el jazz. La cantante asegura que «no ha sido fácil» preparar esta actuación, que dará comienzo a las 21.00 horas, porque todos están implicados diferentes proyectos musicales y, en el caso de los instrumentistas, además imparten clase en el conservatorio de Torrelavega. Pero deseaban actuar todos juntos y por fin van a hacerlo en el mítico bar de la calle del Sol en Santander.
Hace tiempo que Ruth Gómez no canta en un escenario, aunque eso no quiere decir que se haya alejado de la música. En 2017 presentó el disco 'El latido de la tierra', un álbum, «necesario» y «medicinal» dedicado al amor a la madre tierra, al ser humano y a la sanación, algo muy alejado a las partituras de blues y jazz que comenzó a interpretar en el año 2000. «Estos días preparando el concierto del Rvbicón he tenido tiempo para echar la vista atrás y me he dado cuenta de que he tenido la suerte de rodearme de gente muy buena que me ayudó a crecer mucho en el mundo de la música», asegura. En el año 2000 entró en el mundo del blues, soul y country con músicos como Hendrik Röver (Los Deltonos), Gerardo (La Burla), Luis Junco (Animal), entre otros. De ahí pasó a ser la voz invitada de la Big Band de Santander donde comienza su primera toma de contacto con el jazz. En 2013 forma Jazz Twoman junto a Luis Escalada, Dani Simons y Fer Serrano. En esa época también comienza a interesarse por el chamanismo y sobre todo por unir la música con la meditación. Una filosofía que le llevó a grabar ese 'Latido de la tierra' y, sobre todo, que le ha cambiado su vida y es que, en 2017 se apartó de su trabajo como locutora de radio para adentrarse aún más en el budismo y formarse como terapeuta holística, profesora de yoga tibetano y meditación siendo discípula directa del reconocido maestro Tulku Lobsang Rinpoch, al que tuvo la suerte de conocer durante un viaje que resultó crucial. «En realidad me puse en contacto con él para invitarle a venir a Cantabria a dar una conferencia...», reconoce. Desde entonces ha sacado tres titulaciones de yoga tibetano, la última para formar a profesores.
En estos últimos años también ha llevado a cabo otra de sus asignaturas pendientes, la de estudiar la carrera de piano y es que, según afirma, para ella la meditación y la música «son una misma cosa. La meditación tiene un gran vínculo con el sonido y en mi caso siempre me ha interesado en conocer el efecto de la música en las personas, comprenderla por dentro. Para mí la meditación y el sonido van de la mano», asegura.
Aún así, reconoce que en su vida primero fue el jazz y después toda la espiritualidad que acompaña el budismo. Afirma que nunca ha vivido la música desde el punto de vista competitivo, ni con una meta económica ligada a la venta de discos o la celebración de más o menos conciertos. «Precisamente todo ese mundo social que rodea a la música fue la que me hizo alejarme de ella», señala. Hasta que se encontró con sus compañeros en el concierto de esta noche. «Sin esperarlo para nada» y se animó a preparar todas las canciones que se ofrecerán en el Rvbicón. «Hay otro motivo que me ha animado a volver al escenario. Ahora mismo la sociedad tiene más dolor, soledad y menos conciencia que nunca. La pobreza interior es absoluta y espero que la música, siempre tan terapéutica y sanadora ayude a paliar esta situación», dice.
Para asistir a este concierto, en el que solo se interpretará música de jazz, hay que reservar entrada, a un precio de ocho euros, por teléfono en el número: 645 37 39 44.
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