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Anoche en Jaén, hoy en Madrid, en agosto en Alicante, Vigo, Bilbao, Toledo... La primera gira de Rulo tras el parón obligado por la pandemia ... contempla cerca de cuarenta conciertos hasta septiembre. A pesar de las limitaciones por el covid, para artistas y público, el músico y compositor cántabro tenía ganas de volver a pisar los escenarios. Y fue la escritura quien le empujó de forma definitiva y le sacó de todas las dudas que le provocó la fatiga pandémica. Una escritura que adquirirá forma de libro, 'Vértigos y norias', que publicará el 3 de noviembre con la editorial Penguin Random House al abrigo de la colección 'Verso y cuento', y de reflexiones en El Diario Montañés, donde hoy se estrena como articulista.
–Dice que la pandemia le ha permitido un mayor acercamiento a la escritura.
–Sí, así es. La escritura me ha ayudado mucho durante la pandemia. No me salían canciones, porque estaba con un nudo en la garganta, pero sí me salía escribir, jugando con las palabras y ellas jugando conmigo. No soy escritor, pero llevo toda la vida escribiendo canciones, y soy, sobre todo, muy lector.
–Una escritura que va a convertir en un libro, el primero de su puño y letra después de las conversaciones con la periodista África Egido publicadas en forma de biografía ('Tres acordes y la verdad') y del libro documental de fotografías 'Adentro'. ¿Qué es 'Vértigos y norias'?
–Una colección de aforismos, reflexiones, textos cortos, poemas.. No siempre lo que escribo termina en una canción, pero lo voy guardando todo. En un principio no tenía mucho ánimo por publicarlo, pero Gonzalo Albert, mi ahora editor, me acabo convenciendo. Hace dos años le dije que no, me volvió a llamar en febrero, y le volví a decir que no, que no me veía con ganas. Pero una semana después cambié de opinión. Y aferrarme a este libro me volvió dar la vida después de un tiempo de bajón, de fatiga pandémica. Volví a sonreír, a estar superactivo, todas las mañana me ponía a escribir nada más levantarme. Y a raíz del libro decidí que volvía a salir de gira cuando pensaba que me iba a pasar todo el año en pijama. Hay textos que ya tenía escritos y cosas que he hecho específicamente para el libro. Además, Bunbury se encargará del prólogo. Ahora estoy dando forma al concepto de libro, equilibrando los contenidos... La escritura me está dando mucha vida.
–También se estrena como articulista en El Diario.
–Estoy muy ilusionado y emocionado por embarcarme en esta aventura. Me encanta meterme en todos los fregados (se ríe). Lo hago, primero, con toda la humildad del mundo y, después, con una mezcla de vértigo y respeto por escribir para el periódico que me he acompañado en casa desde pequeño. Estoy muy contento.
público
–¿Cómo se afronta una gira con las actuales restricciones como consecuencia de la pandemia?
–Con una mezcla de sensaciones. Por un lado con preocupación, porque tenemos una media de tres conciertos por semana y debemos hacer todo con especial cuidado ya que nos jugamos mucho. Hay que tener mil ojos hasta para ver dónde paras a comer. Si ahora mismo se contagia algún integrante de la banda, tenemos que parar y cancelar, cuando menos, dos semanas de compromisos. Sabemos que los conciertos pueden estar sujetos a cualquier sobresalto y posibilidad de aplazamientos, por lo que sea, pero el que no quiera lío, que se quede en casa. También ha habido que reducir el equipo en gira de 19 personas a 10, lo que se traduce en más incomodidades, pero los cachés se han reducido y, por obligación, acude menos publico a los conciertos, por lo que tuve que pasar el mal trago de reestructurar todo y dejar en casa a gente con la que lleva 20 años trabajando. Respeto a los compañeros que han preferido no hacer gira este año, pero yo, pudiendo hacerlo, decidí que tenía que salir a la carretera, todo cobra sentido al salir del escenario, es mi vida, a pesar de todas las incomodidades actuales. Y no te digo nada lo incómodo que es para el público, a pesar de lo cual llevamos 14 llenos en 14 conciertos. Tengo la inmensa fortuna de contar con la fidelidad del público, porque el que va ahora a un concierto no es un fan, es un hooligan, porque tienes que estar sentado, no te puedes quitar la mascarilla, en algunos sitios ni consumir, tienes que aportar tus datos personales... Ir a un concierto hoy en día es una peripecia importante. No pensé que íbamos a tener tantos, yo siempre he sido de tocar a lo largo de todo el año, en distintos marcos y formatos, pero estacionalmente nunca hemos sido un proyecto de verano. Y mira, en febrero está en casa desganado y ahora me siento lleno de vida, con 37 conciertos de mayo a septiembre. Me siento muy afortunado de haber creado este tejido afectivo con el público después de tantos años de trayectoria y puedo decir orgulloso que en esta gira estamos viviendo momentos muy emotivos, por todo lo acontecido durante el último año y medio. Estamos con la ilusión del principiante, disfrutando mucho.
–Una gira con una fecha marcada en rojo, en Santander.
–Pobre del que no afronte todos los conciertos como si fueran el último o piense que hay plazas de primera o de segunda, pero en toda gira hay fechas con un extra de emoción y la del 10 de septiembre la tengo grabada a fuego: por presentar por fin en casa el disco 'Basado en hechos reales' (hasta ahora lo ha hecho en dos pequeñas citas acústicas en formato reducido) y por el marco, la plaza de toros de Santander, que para los que tenemos más de 40 años es un lugar muy especial porque todos hemos ido allí a ver muchos conciertos. Supone volver a una época de nuestra vida muy bonita, es como regresar a un lugar donde has sido muy feliz, como volver a la casa del árbol a la que te subías de niño. ¡Que ganas de tocar! Siempre que pasaba por delante de la plaza, tanto con La Fuga como con La Contrabanda, me decía que alguna vez tocaría allí, era un sueño. Y mira; a pesar de que mi primer concierto fue con 15 años, siempre queda algún lugar donde no has estado que te hace tremendamente feliz. Y este es uno de ellos.
10 de septiembre, cita especial en santander
–Esta adaptación a las circunstancias incluye también una reestructuración del formato de la banda, reducida a cuarteto. ¿Por qué?
–Estuve pensando mucho, en tiempos de guerra te replanteas todo, y llegué a la conclusión de que no quería hacer dos formatos en esta gira: una versión eléctrica con los seis miembros y otra acústica en formato dueto para aforos más pequeños. Quería un formato fijo y esta banda ha demostrado su versatilidad, así que preparamos un híbrido entre acústico y eléctrico ya que, por un lado, el público tiene que estar sentado. pero es verano y le apetece mover la pierna. Así podemos acariciar pero también arañar. En cualquier caso, el público nos ha ido llevando a que los directos tengan cada vez más de eléctrico que de acústico. Y, aunque seamos cuatro, suenan más de cuatro instrumentos en el escenario.
–El sector de los espectáculos ha sido uno de los más afectados por la pandemia, con una paralización casi total de la actividad y sin conciertos, la principal fuente de ingresos. ¿Cómo ha vivido este tiempo, no sólo como músico, sino como responsable de muchos empleos de su equipo?
–De forma complicada. Como tengo derechos de autor y algo ahorrado, pues yo, personalmente, he podido afrontar este tiempo sin problemas. Lo pasé tan mal en mis inicios, económicamente hablando, que siempre he sido muy hormiguita en este sentido. Pero el eslabón más débil de esta cadena son los técnicos, los que más viven al día, los que primeros sufren las consecuencias de un parón tan largo. Entre todos intentamos que nadie cayera, en el aspecto económico y también en el mental, arropándonos. De ahí que cuando tienes que decidir qué gente se queda en casa ahora porque no puedes mover a tanta gente en esta gira, sufres, pasas noche sin dormir y se te queda mal cuerpo. Algunos de los técnicos incluso se han reciclado y se han puesto a hacer mudanzas, decorados de televisión... Si te quedas en casa, te hundes.
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Ana del Castillo
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