![«No sé si algún letrista querría estar con los policías del idioma en la RAE»](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/201910/03/media/cortadas/48873396-kwLH--624x416@Diario%20Montanes.jpg)
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De la primera movida al éxito internacional, del pop más accesible a cabeza de lanza de la música independiente, el viaje creativo de Christina Rosenvinge (Madrid, 1964) a lo largo de las cuatro últimas décadas ha resultado tan singular como intenso, desde que con ... quince años arrancase su carrera musical.
Autora de un puñado de canciones que ya forman parte de la memoria colectiva, su trayectoria a contracorriente le ha consolidado como una de las figuras más respetadas de la escena nacional, con mención especial para sus letras.
Precisamente alrededor de la escritura de canciones gira 'Debut. Cuadernos y canciones', su primer libro, en el que repasa el proceso de creación de las más destacadas, a partir de las anotaciones que tomaba en el momento de componerlas. Esta tarde, a partir de las 19 horas, presentará el libro en Librería Gil, junto a la también cantante Marisa Lavín.
-Lo primero de todo, ¿cómo se pronuncia Rosenvinge?
-Así, así, a la española. Sin complejos. ¡Si ya lo tengo completamente españolizado! Cuando me suena raro es si lo pronuncian a la danesa.
-Después de veinticinco años escribiendo, hablar de 'Debut' suena algo chocante...
-Algo de ganas de epatar había, sí... Pero, por otro lado, es un título muy sincero: la sensación de estar empezando no se quita nunca.
-«No soy más que una aprendiz», cantaba en una canción de 2011 que se titulaba igual, 'Debut'.
-Sí, como el hilo conductor del libro son las letras, me parecía que el título dentro de alguna canción. Y este lo tenía todo: corto, intrigante, un poco chulo...
-Aunque este sea su primer libro, lleva escribiendo tres décadas...
-Quería reivindicar la labor de los letristas como una forma de literatura. Una forma, además, muy difícil.
-¿Muy difícil por qué?
-Porque además de las leyes de la literatura, hay que obedecer las de la música: la melodía, la métrica, la rima, la sonoridad de las palabras...
-Algo que aborda en un ensayo dentro del libro, precisamente. ¿Se puede enseñar a escribir letras?
-Los músicos lo hacen de manera intuitiva, pero muchas veces me he encontrado en esa situación; por ejemplo, con poetas que intentaban escribir letras y no acababan de entender cómo funcionaban.
-¿La famosa técnica del 'guachi, guachi', que decía Manolo Tena?
-En realidad, todo el mundo hace un poco el 'guachi, guachi': tienes una melodía y empiezas a formar palabras buscando la sonoridad, que se acaban superponiendo de forma natural. Hasta que das con una palabra clave.
-Pero su proceso creativo es muchísimo más depurado... Los lectores descubrirán, por ejemplo, que detrás del éxito pop 'Hago chas y aparezco a tu lado' se esconde nada menos que una novela de Jorge Amado...
-¡Y eso que ya lo dije en entrevistas de la época! En aquella época, de adolescente, leía muchísimo porque tenía muy poca vida social. Y mis primeras letras salieron de todas aquellas lecturas.
-¿O sea que cuando cantaba 'Prefiero ver las series de la televisón antes que salir contigo', en Ella y los Neumáticos, era pura autobiografía?
-Eso me dice una amiga, que fui una visionaria. Pero no: esa letra no era mía.
-Pero, ¿cuándo empezó a escribir canciones?
-A los dieciséis. Y ya no paré.
-¿Le costó 'colocar' sus primeras composiciones en el repertorio de sus grupos?
-¡No te creas! En las bandas, las letras de las canciones es algo que nadie quiere hacer. Así que si hay alguien dispuesto a hacer ese 'coñazo' de trabajo, es muy fácil que le caiga. Yo hacía las de mi grupo, las de algunos amigos y hasta encargos de la discográfica, como traducir a los artistas franceses.
-¿No se reconoce lo suficiente a los letristas?
-Cuando las letras son buenas yo creo que sí hay reconocimiento; piensa en Stephin Merritt o Jarvis Cocker.
-Y Leonard Cohen, claro...
-En los ochenta me encargaron entrevistarle para un programa de La 2, y conocía algunas de sus canciones, como 'Bird in a wire', pero para mí era como la música de mi hermana mayor. Hasta que escuché 'I'm your man' y ese disco fue como una epifanía. Me impactó ese Cohen que, más que los otros grandísimos, Dylan o Lou Reed, es tan escueto.
-Referencias anglosajonas; ¿escribir en español es más difícil?
-Es un problema de métrica y acentos; el inglés se usan sobre todo monosílabos, que encajan mejor. Pero a mí me gusta muchísimo la sonoridad del castellano.
-Aunque no todo es técnica: en el libro sorprende descubrir todo el universo que rodea a cada canción.
-Eso es lo hermoso de la música, que se arraiga en lo más profundo de nuestra mente, y se conecta con nuestras vivencias. Por ejemplo, los enfermos de Alzheimer lo último que pierden es la memoria musical.
-A Dylan le dieron el Nobel de Literatura, y luego usted ha declarado que echa en falta algún letrista en la Real Academia Española.
-Lo que no sé es si algún letrista querría estar en la RAE... Bromas aparte, a veces le damos a la Academia más importancia de la que tiene, supongo que por lo en serio que se toman su papel de policías del idioma.
-Pues aproveche para hacer el discurso de ingreso de un letrista.
-Las letras de las canciones son la forma de escritura más popular y de más amplia influencia que existe en la actualidad. La gente las aprende sin necesidad de sentarse a estudiarlas, sino que van escuchándolas y recordándolas por la calle. Son cultura popular.
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