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Carmen Zapata
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Carmen Zapata
En el años 2018 se fundó la Asociación de Mujeres de la Industria de la Música, MIM, ante las desigualdades para los profesionales, masculinos y femeninos del sector. Por su labor, esta tarde recogerán el II Premio Kathleen López Kilcoyne que entrega el Gobierno de Cantabria. Será en la Filmoteca (19.30 horas) con la presencia de su presidenta Carmen Zapata, quien, acompañada de otra fundadora de MIM, Marcela San Martín, expondrán sus objetivos, en una sesión abierta, a las 12. 30 horas en el mismo espacio.
–¿Qué significa este premio para la Asociación MIM?
–Para nosotras es muy importante porque una de las cosas en las que ponemos mucho interés es en escuchar todas las voces y descentralizar un poco; el músculo de la industria de la música está en Barcelona y Madrid, por eso nos interesa que otras partes del estado nos cuenten cómo están las cosas. Que nos den un premio en Cantabria ha sido una gratísima noticia.
–El premio reconoce la labor de visibilización y creación de referentes. ¿Esa es su meta?
–Tenemos muchas metas. Cada día nos están poniendo más, viendo la deriva política y cómo se vuelven a poner sobre la mesa derechos ya conquistados con el peligro de perderlos. También nos da la razón en que es muy importante que sigamos trabajando y existiendo. Nos gusta recoger todas las reivindicaciones de nuestras socias e incidir en las materias que se pueden cambiar y mejorar desde las administraciones públicas. Además de dotar al sector de información a través de los estudios que realizamos para que se sepa en qué estado está.
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–¿Y en qué estado está?
–A veces se pensaría que por lo que contiene y transmite la música, es más abierto, vanguardista e igualitario, pero no lo es. Tiene las mismas deficiencias que otros sectores. Cuando a eso le pones cifras, te da una radiografía a partir de la cual puedes trabajar para revertir esa desigualdad estructural.
–Tratan de crear referentes empezando por informar de que que existen.
–Una de las primeras cosas que hicimos fue crear la base de datos de mujeres profesionales de la música en todos los ámbitos, para consultar y compartir. Si no ves y no conoces, es muy difícil que quieras ser. Solo te puedes inspirar cuando ves a esas mujeres como ejemplo, haciendo cualquier trabajo donde no suelen estar. Nos asociamos con universidades para ofrecer becas en esos campos.
-Dentro de su programa está también Inspira, que quizá es el de mayor proyección.
-Una de las cosas que hemos trabajado muchísimo es la red, con otras mujeres de otras disciplinas artísticas y sobre todo, en contacto con mujeres de Latinoamérica. En la pandemia estuvimos muy unidas, compartimos mucho y nos conocimos a través de nuestros trabajos aquí o allí y se gestó el proyecto. Las mujeres argentinas, ecuatorianas, colombianas nos decían que para ellas MIM era un modelo a seguir. Y nosotros decíamos que ellas, con todas sus dificultades con derechos aún por conquistar, eran inspiradoras. La palabra inspira tenía que ser un eje y de ahí su nombre. Buscábamos a través de un idioma común, establecer unas reivindicaciones comunes en un foro iberoamericano de mujeres y disidencias. El congreso será bienal, un año en España y otro en países latinoamericanos.
–En 2018 había un 15% de mujeres en las programaciones. ¿Ha mejorado la estadística?
–Hemos dejado de contar. De 2018 a 2020 íbamos en una buena progresión; los carteles, festivales y ciclos iban añadiendo nombres de mujeres. Durante la pandemia eso se relajó un poco y cuando interpelar a los directores, la excusa era algo así como «con la que está cayendo, bastante que hayamos vuelto a programar como para preocuparnos de ser igualitarios». Encontramos carteles tremendamente aburridos que parecen clonados, como si fuera el mismo pasando por distintas ciudades y sin apenas artistas femeninas.
-¿Qué es su Test de autoevaluación?
-Cuando nos pusimos a diseñarlo, priorizaron que las respuestas tuviesen respuestas muy rápidas para tener una gran masa de personas, entidades, discográficas que lo contestasen. Así fue. Sirve para ver cómo están y según las respuestas, redirigen al artículo de la Ley de Igualdad que recomienda determinadas medidas. Será una gran base de datos que ofrecerá una radiografía en tiempo real para ir mejorando aspectos. Más adelante haremos otro más exhaustivo para aquellas empresas que puedan explicar la casuística, profundizar y tener recomendaciones más personalizadas.
–¿Qué piensan de las respuestas al gesto de Amaral en Sonorama, cuestionando sus 25 años de carrera por un desnudo?
–Me parece que los que han hecho esos comentarios no han entendido nunca nada y ahora tampoco. No me preocupa mucho el ruido y creo que ella tampoco; hay gente que sí que capta esas acciones necesarias. Todo comenzó con el intento de detención de Rocío Saiz en Murcia y prefiero quedarme con eso de que alguien, de manera unilateral, por su pensamiento retrógrado no puede parar un concierto ni detener a nadie. Lo que vivimos en el sector de la música con ese acto solidario y reivindicativo de Amaral fue muy distinto a todo el ruido que se compartió.
-Nacieron aspirando a desaparecer. ¿Cuándo cree que ocurrirá?
-Es una idea muy romántica y utópica, pero no lo veremos nosotras. El feminismo es ahora mismo el movimiento político más interesante, activo y progresista que existe. El único capaz de determinar determinadas políticas de la extrema derecha que nos pueden hacer retroceder.
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Ana del Castillo
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