Rulo, el pasado viernes en el almacén de las instalaciones de El Diario Montañés de Santander.Alberto Aja
«Siento que estoy ante uno de los discos más importantes de mi carrera»
Raúl Gutiérrez, Rulo | Cantante y compositor ·
El músico cántabro publica 'Basado en hechos reales', un «viaje maravilloso» que no resiste etiquetas. «El que busque un disco de género, se equivoca; yo no llevo la bandera de ningún estilo», sentencia
Huye de banderas, de estilos y de etiquetas. Por eso dice que quien busque en 'Basado en hechos reales' un disco de género, «se equivoca». Raúl Gutiérrez, Rulo, define su cuarto trabajo de estudio con La Contrabanda como «un viaje maravilloso en el que ... hay de todo»: pop, rock, blues y pinceladas de otros estilos condensadas en una decena de canciones. Entre ellas, 'Las señales', el primer tema que ha compuesto íntegramente al piano. Este viaje le llevó hasta North Hollywood, en Los Ángeles (EE UU), para ponerse en manos de Thom Russo, prestigioso productor que cuenta con 16 Premios Grammy en su haber y que ha trabajado con artistas de la talla de Alejandro Sanz, Maná, Juanes, Audioslave, Eric Clapton y Jay-Z, entre otros muchos. Ha sido la primera vez que el cantante, compositor y guitarrista cántabro ha grabado fuera de España y está muy satisfecho con el resultado, que se publicará el próximo viernes, en formato CD y en vinilo, para los más nostálgicos. «Me niego a decir que es el mejor disco de mi carrera, porque eso lo va a decidir el tiempo, pero siento que estoy ante uno de los trabajos más importantes de mi carrera», sentencia al refugio de la lluvia de Santander, donde coge fuerzas para afrontar la vorágine de promociones y firmas de discos que le espera a partir de la próxima semana, entre ellas una en su Reinosa natal el domingo 17 de noviembre (12.00 horas), en el Impluvium.
–Ya tiene entre sus manos 'Basado en hechos reales', el cuarto disco de estudio con La Contrabanda y el decimocuarto de su trayectoria. Se le nota feliz.
–Estoy muy contento, la grabación ha sido como una película, con muchos avatares, pero con un final muy feliz. Me dan miedo mis corazonadas, porque siempre estoy huyendo de la comodidad. Lo fácil hubiese sido grabar con Carlos Raya, como en el anterior disco –'El doble de tu mitad' (2016)–, en el estudio más importante de Madrid y además siendo amigos íntimos. Pero decidí irme a Los Ángeles, no tenía nada que perder, porque este trabajo me pilla en un momento de la vida en la que primo satisfacer la necesidad, personal y artística, de experimentar, de enredar. Y estoy contentísimo de no haber caído en la reiteración o en lo cómodo y de haberme subido a ese avión camino de California.
'Basado en hechos reales'
Género:
Pop-rock.
Temas:
'Verano del 95', 'Todavía', 'The End', 'Las señales', 'Mal de altura', 'Polaroid', 'Bienes y males', 'Como la luna', 'El blues de los sueños rotos' y 'La última bala'.
Publicación:
15 de noviembre.
Discográfica:
Warner.
Grabación:
estudios Steakhouse Recording de Los Ángeles (Estados Unidos).
Producción:
Thom Russo.
Firma de discos en Cantabria:
Domingo 17 de noviembre (12.00 horas), en el Impluvium de Reinosa.
–¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con Thom Russo? ¿Qué le ha aportado que no hayan hecho otros productores con los que ha trabajado con anterioridad?
–Cada uno tiene su estilo y su método. He pasado del inmovilismo de trabajar siempre en Pamplona con Javi San Martín, del que tanto aprendí, al dinamismo total, cambiando de productor en cada disco. Tengo que decir que Russo ha sido el productor menos invasivo con el que he trabajado, sólo ha añadido un barniz por encima de las canciones. He quedado muy contento y eso que, al principio, no me gustó nada lo que me mostró y por dónde quería ir, hasta el punto de que después de mi primer viaje pensé en decirle que no quería trabajar con él. Lo que menos me interesa es que ponga que el disco está grabado en Los Ángeles y con tal o cual productor, me da igual, sino que el resultado me llene. Yo soy compositor, músico, pero cero productor, aunque sé lo que me gusta y lo que no.
–Sí, todo ha sido como una película. Él me dijo que estaba a muerte con el proyecto, muy ilusionado. Todo cambió cuando me puso 'La última bala' (la canción que cierra el disco) como él la imaginaba, me dio por completo vuelta la cabeza. Me pasó lo mismo con 'The end'. Ahí decidí que iba a trabajar con él. Mi entorno no se lo creía después de lo que les había contado tras las primeras sensaciones. Luego fue todo rodado y no me arrepiento de haber tomado la decisión. No sé si voy a tener la oportunidad de volver a trabajar en mi vida con gente como Randy Cooke (Ringo Starr, Alanis Morissette...) y Eric Holden (Nina Hagen, Shakira...), que han grabado la batería y el bajo del disco. Además, por medio de un amigo común tuve la oportunidad de conocer a Craig Ross, productor y mano derecha de Lenny Kravitz y compositor de 'Are you gonna go my way', que quiso grabar las guitarras en dos canciones ('El blues de los sueños rotos' y 'Bienes y males'). Y en el tema 'El rock de la cárcel' se utilizó un piano Steinway de 1914 que Russo le compró a los estudios RCA y con el que en su día se grabaron los grandes éxitos de Elvis Presley. En Los Ángeles no paraban de pasarnos cosas increíbles.
«La grabación ha sido como una película, con muchos avatares, pero con un final muy feliz»
–Ya ha dado conocer tres singles ('Verano del 95', 'Polaroid' y 'Mal de altura'), muy distintos entre ellos. ¿Cómo definiría el disco en su conjunto?
–Como un viaje maravilloso en el que hay de todo. Odio decir que es mi mejor disco, me niego a hacerlo, eso lo va a decidir el tiempo, pero sé que estoy ante uno de los discos más importantes de mi carrera. Hablo a nivel compositivo, creo que las musas me han tratado bien. Luego ya el nivel de aceptación entre el público se me escapa, si les va a gustar a no... Pero lo realmente importante es que me guste a mí, la barrera más alta de exigencia es la que me pongo yo, me cuesta dar con diez canciones que me gusten mucho. La mejor muestra de esta variedad que creo que caracteriza el disco es que me entrevistan en revistas de rock y sueno en Cadena Dial. Si alguien busca en 'Basado en hechos reales' un disco de género, se ha equivocado conmigo. Yo no llevo la bandera de ningún estilo, ni la del rock ni la del pop ni la del blues, ninguna, con lo cual nadie me puede reprochar nada. Y no odio tampoco ninguna.
–Pese a que su presente está marcado por el éxito, personal y profesional, las canciones rezuman nostalgia, añoranza, desamor... ¿Siente vértigo por el paso del tiempo al haber cumplido 40 años? ¿Es de los que piensa que cualquier tiempo pasado fue mejor?
–La añoranza es marca de la casa (sonríe) y aquí tiene su máximo reflejo en 'Verano del 95'. Dicen que con la crisis de los 40 o te compras una Harley Davidson o haces una canción haciendo balance de tu vida. Como dice Ariel Rot en 'Cenizas en el aire', «estoy en el medio de la vida, si hay suerte, tal vez», y el paso de los años influye lógicamente en mi música. Pero, por encima de todo, tengo la misma ilusión o más que cuando compuse mi primer disco en 1998. Ha pasado todo muy deprisa. Siempre soñaba muy a lo alto cuando de niño decía en mi casa que iba a ser músico. Tendría 12 años la primera vez. Pero no tan alto como lo que me ha pasado.
«No hago discos para contentar a mi público ni a mi discográfica ni a mi madre; al que tengo que contentar es a mi mismo»
–Cuando publicó su anterior disco, 'El doble de tu mitad', aseguró que el cantautor y el rockero que viven dentro de usted se llevaban mejor que nunca. ¿Como está la relación ahora? ¿Ha ganado más terreno el cantautor?
–Reconozco que me cuesta cada vez más equilibrar los discos. Digamos que ahora llega primero a la cita el cantautor y que el rockero lo hace el último, pero termina llegando. Pati Baraldés –guitarrista de La Contrabanda– me decía que estaba quedando un disco muy tranquilo, pero creo que al final lo hemos compensado más.
–Quizás por ello hay un sector de seguidores que añoran al Rulo más rockero, más contundente, y que le piden un regreso al pasado. ¿Qué les puede decir?
–Esto me ha pasado siempre desde los inicios. Cuando sacamos el primer disco de La Fuga nadie decía nada porque nadie venía a vernos, pero en el segundo, que sonaba mejor, nos decían ya que el primero molaba más. Con el tercero, que tenía algunas baladas más románticas, nos llovieron críticas porque era muy pop... Leiva me dijo una vez que les encantaba publicar un disco nuevo porque hace mejor al anterior. Eso siempre pasa. En cualquier caso, no hago discos para contentar a mi público ni a mi discográfica ni a mi madre; al que tengo que contentar es a mi mismo. Y tengo 40 años y no voy a hacer lo mismo que con 20. Artísticamente, tengo dos caras: vente a vernos en una sala o en un festival y te vamos a hacer moverte, pero si vienes a la gira de teatros te vamos a acariciar el alma.
Rulo firmará ejemplares de su nuevo disco el 17 de noviembre en Reinosa y lo presentará en concierto en julio en Torrelavega
–El disco tiene numerosos guiños cinematográficos, empezando por el propio título.
–Grabamos a escasos diez minutos de Hollywood, la meca del séptimo arte; todas las vicisitudes que le han rodeado han sido muy de película, como ir en una montaña rusa, las canciones están basadas en hechos reales... Con todo el respeto al mundo del cine, creo que tiene muchas similitudes. Y en esa línea seguiremos: para realizar la presentación pública a los medios de comunicación –este próximo miércoles– hemos elegido el cine Doré de Madrid, sede de la Filmoteca Nacional, y la escenografía de la gira representará un set de rodaje.
Rulo, en su visita a El Diario Montañés y en una imagen promocional del nuevo disco.
Alberto Aja y Bernardo Doral
–Hablemos de la gira. Para el primer concierto, el 14 de febrero en la sala La Riviera de Madrid, se agotaron las entradas hace semanas sin ni siquiera haberse publicado el disco.
–Es increíble que 2.300 personas paguen una entrada sin saber qué narices has hecho. Y más sabiendo que intento no repetir la misma fórmula siempre. Y para el del día siguiente, también en La Riviera, ya está vendido la mitad del aforo...
–Ya se conocen una docena de fechas de la gira, pero ninguna en Cantabria. ¿Cuándo le podremos ver en directo por su tierra?
–Casi, casi, seguro en julio en Torrelavega, en El Malecón.
–La Contrabanda va a sufrir alguna modificación para la gira del nuevo disco. ¿Por qué ha decidido realizar cambios?
–Llevo ya diez años con esta banda y eso que Pati, Txarli, Quique, Fito y yo no nos prometíamos más que amor cada dos años, no amor eterno. Es una maravilla que sigamos juntos, con tan buena conexión y amistad. ¿Cambios? Siempre ha habido un sexto contrabandista que era la figura del teclista, que ha ido entrando y saliendo –por ahí han pasado Mario Carnero, Cuti Vericad...– y que a partir de ahora lo va a asumir Quique Mavilla, que ya lo hizo dos años durante su etapa con Amaral. Y en su lugar al bajo hemos incorporado a Laura Gómez Palma, una música y poeta argentina increíble que ahora está tocando con Sabina y Serrat en Latinoamérica.
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