«Existe un importante abandono de nuestro patrimonio musical clásico»

-Para ser un instrumento tan manejable, la guitarra esconde todo un universo.

-Es un universo completísimo, en el que centré mi charla en el ciclo 'Música en palabras'. En ella explicamos qué hay detrás del nombre de 'guitarra española'.

-Sea lo que sea lo que esconde, a usted le cautivó...

-Sí, la evolución de la guitarra es un tema en el que de alguna manera está reflejado mi propio crecimiento personal. Empecé a tocar guitarra siendo un niño, a los ocho o nueve años, pero no iba al conservatorio. Tocaba lo que conocía, que eran canciones de éxito de los Beatles y grupos así. Esa era la influencia que tenía y lo que me gustaba.

-Volviendo a su conferencia, ¿a qué se debe el hecho de que España tenga su propia guitarra?

-Para entender por qué la guitarra española es considerada hoy en día así en todo el mundo hay que remontarse unos siglos. Todo parte del Renacimiento, en el siglo XVI, cuando en toda Europa se tocaba el laud salvo en España, donde se impuso la vihuela, un instrumento de fondo plano. Aunque no está demostrado, se cree que la causa de ello es que en aquella época en España todo lo que recordase a la cultura árabe no estaba bien visto, y el laud tenía un sonido muy similar al de su música. Por eso en España los músicos optaron por la vihuela y convirtieron a esta familia, de la que forman parte las guitarras, en los instrumentos más populares durante 150 años.

-Se dice pronto...

-Sí. Además los músicos callejeros y populares de España tocaban golpeando las cuerdas, lo que hoy se conoce como rasguear, pero que en aquella época se conocía como «tañir a lo español». A partir de ese momento es cuando la guitarra barroca empieza a conocerse en toda Europa como guitarra española. Es algo comprobado científicamente, porque los libretos de piezas de la época llevan en el título apuntes que dicen 'Para guitarra española'.

-¿Qué diferencias hay entre estos instrumentos?

-Es algo que ilustré en el encuentro con cinco instrumentos de mi colección. El público pudo ver cómo suenan y la distinta idiosincrasia de cada uno de ellos. La vihuela, por ejemplo, es bella, es noble, es el instrumento de la Corte, mientras que la guitarra es el instrumento del pueblo, que lo utiliza para cantar y bailar.

-Actualmente es sin duda una de las grandes embajadoras de la cultura española...

-Hay un hecho clave y es que en el siglo XVI España, durante los reinados de Carlos V y Felipe II, es la primera potencia del mundo. Es una época en la que el país lleva su cultura a América y la guitarra y la vihuela viajan hasta el nuevo continente con todos los colonizadores. Eso hace que hoy en día en países como México, Argentina, Brasil u otros la guitarra sea el instrumento nacional. El instrumento se universalizó porque coincidió con una época de expansión nuestra cultura. Eso hace que los lutieres y los músicos españoles tengan muchísimo que decir en todos los cambios y en la evolución de las guitarras a lo largo de los siglos. Por eso titulé la conferencia en plural, 'Las guitarras españolas', porque en realidad estamos hablando de muchas cosas.

-¿Cree que actualmente se conoce y se cuida lo suficiente el patrimonio cultural que supone la guitarra española?

-Tenemos un tesoro que si lo tuvieran los ingleses y los franceses estarían todo el día pasándonoslo por la cara. En el caso de la vihuela, que es un instrumento con un repertorio de una calidad altísima, no es suficientemente conocido. No voy a decir que haya un desprecio, pero sí un importante abandono de este patrimonio musical que tenemos.

-¿Cómo ve la cantera de músicos en Cantabria?

-Hay músicos muy importantes, como Jaime Martín. Pero sin llegar a ese nivel, la formación musical, aunque tiene sus problemas y la crisis ha aflorado algunas de sus carencias, hoy es una posibilidad real para los chicos. En mi época tuve que irme a Madrid a estudiar los grados de guitarra porque en Santander solo se impartían piano, violín y flauta. Hoy se pueden estudiar todos los instrumentos de la orquesta sinfónica. Ese escenario ha hecho que a día de hoy haya en Cantabria jóvenes músicos muy interesantes.

-¿Cómo ve la situación actual del sector cultural debido al impacto de la pandemia?

-Después de 40 años de conciertos tengo muchos amigos y contactos en este campo, y ahora ves que músicos que has admirado y que siempre tenían la agenda llena ahora te cuenta que les han cancelado todo y que llevan un año sin trabajar. Algunos incluso han tenido que vender algún instrumento de su colección para seguir adelante. Eso nos ha llevado en la Academia de Música Antigua de Santander a seguir adelante redoblando los esfuerzos para sacar adelante nuestros conciertos, y gracias a eso los estamos haciendo.