La música de Juanjo Mier revive en el Palacio de la mano del Trío Malats
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Coincidiendo con el 25 aniversario de la muerte del compositor cántabro, hoy se celebra un concierto como homenaje a su legadoJuanjo Mier tuvo una vida corta y compuso mucho en muy pocos años, «con mucha intensidad». En total, unas 50 obras, con una debilidad marcada por la música para piano, voz y coro. «Algo que experimentó en primera persona». Lo explica Isabel, una de ... las tres hijas del creador, que ha heredado, como sus hermanas, la pasión por la música en toda su amplitud.
En el Palacio de Festivales, dentro de la programación de los Jueves Clásicos, sus obras cobrarán vida hoy, con el 'Concierto homenaje al compositor cántabro Juanjo Mier (1947-1997)' que interpretará el Trío Malats (19.30 horas). El repertorio incluye el 'Trío en Homenaje a Roberto Gerhard', como celebración del 75 aniversario del nacimiento de Mier y el 25 aniversario de su muerte. Una cita que sus hijas viven «con mucha emoción. El paso del tiempo no hace que eso cambie», dice Isabel.
Dan las gracias por la iniciativa a la Sociedad Regional de Cultura y Deporte y celebran que sea posible escuchar música contemporánea. «Hace 25 años, cuando murió, era aún más difícil, porque las formaciones de las orquestas tienen una estructura base a la que era complejo ir añadiendo instrumentos que nuestro padre planteó en sus obras». Contratar esos extras, una plantilla orquestal distinta, «es ahora más habitual y hace que se puedan disfrutar».
El Trío Malats (Víctor Martínez, Alberto Gorrochategui y Carlos Galán) ya se había acercado previamente a la obra de Mier. En el 20 aniversario de su muerte, y con la intermediación de la revista Peonza, grabaron un disco con sus composiciones. Conocen muy bien el contexto de la obra que interpretarán, que se estrenó por el Trío Mompou en el año 1996 en el marco del Festival Internacional de Santander.y formó parte de una colección de trabajos sobre compositores cántabros. «Son unos músicos y unas personas estupendas», destaca Isabel. «Aunque la escritura no es estrictamente contemporánea, la música lo es, y la exigencia técnica para interpretarla es complicada, pero ellos lo hacen muy bien».
Para el compositor de origen asturiano y arraigado en Cantabria, el piano fue el instrumento con el que «se manifestó toda su vida», dice Isabel. Aprendió a tocar, sin embargo, sin sonidos reales. Imaginando la combinación de notas sobre un tablero de madera en el que estaban dibujadas las teclas.
Otro instrumento que «vivió en primera persona», fue el órgano. Mier estudió en el Seminario de Corbán, donde recibió formación religiosa. «Estudió muy tarde y sacó su titulación de piano en los 80 y murió en el 97, con lo cual, no hubo mucho tiempo para componer».
Más tarde, él mismo se convirtió en docente. Sus alumnos lo recuerdan como agradable y detallista. Sus hijas destacan su alegría. «Tenía una risa muy contagiosa y muy grande», dicen. Comenzó dando clase en el colegio Bellavista y más tarde pasó al instituto Torres Quevedo de Cazoña, donde tenía un don para implicar a todo el mundo. «Le hubiera encantado comprobar cuánta gente se quedó con parte de sus enseñanzas». Y es que apenas comenzando un ritmo, o manejando torpemente un instrumento iniciático «todo el mundo podía cambiar su estado de ánimo aunque no quisiera».
Tener en casa a un compositor, hizo que el aprendizaje de música fuera «a veces difícil y otras maravilloso». Isabel rememora que siempre cantaban y tiempo después aprendieron a tocar. Violín, flauta y violonchelo. A sus tres hijas, Mier les regaló una noche de Reyes la composición 'Con ternura'. Ocho minutos de instrumentación para flauta, violín y piano que estrenaron ellas mismas en el concierto de Fin de Curso del Conservatorio Jesús de Monasterio, allá por el año 1996. Una pieza que se interpretará de nuevo el próximo 12 de diciembre en el Centro Botín.
Mier fue, en cierto sentido, «el raro de la familia», pues el resto de sus hermanos nunca se dedicaron a este mundo. Algo que sí han heredado sus tres hijas y que ahora tratan de transmitir a las nietas del compositor.
Isabel, Laura y Paula han recogido toda la creación de su padre en una página web (www.juanjomier.com) donde se puede acceder a todo su repertorio; guitarra, música de cámara, música incidental, para orquesta, obra coral o piezas para órgano y piano. Ellas son las propietarias del archivo artístico, guardado en cajas de seguridad. No descartan terminar dándole forma de fundación o similar, una tarea compleja que seguirán intentando. Otra de sus metas es lograr que se escuche su obra sinfónica: cuatro composiciones de las que solo han podido escuchar una en directo.
En su música siempre podemos encontrar muchos guiños al picayo, al folclore cántabro y asturiano. Es algo que siempre tuvo claro, concreta Isabel: «Para ser universal hay que hablar de la aldea. No podemos olvidar de donde venimos porque es lo que nos marca y nos hace estar en la sociedad». El concierto del jueves servirá para «disfrutar y descubrir» su manera de interpretar el mundo.
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