Cómo se construye un videoclip

En una época en la que cada vez se consumen más contenidos audiovisuales, los videoclips son más importantes que nunca: cada vez más grupos apuestan por dotar de imágenes profesionales a sus canciones. Además, en la última década, ha aparecido toda una generación de realizadores españoles que se han hecho un nombre a nivel internacional y consideran que los vídeos musicales pueden ser una forma más de hacer cine y contar historias.

El torrelaveguense Jhonny Gleez es uno de los directores más activos de los últimos años y por sus manos han pasado, desde músicos nacionales, hasta grupos cántabros de referencia. Comenzó trabajando como técnico de sonido en cortometrajes y documentales, pero rápidamente vio que lo que a él le llamaba de verdad era estar detrás de una cámara, por lo que se lanzó a estudiar Dirección de Cine, Montaje y Posproducción y se pasó semanas yendo a conciertos para intentar convencer a las bandas para que colaboraran con él. «Empecé en esto de rebote, pero, por suerte, desde entonces no he parado y cada vez he ido trabajando con más gente, haciendo, tanto clips musicales, como promos para artistas».

«A la hora de empezar a trabajar en un videoclip, lo primero que hago es pedirles a los músicos que me pasen la canción con la que quieren hacer algo y escucharla en bucle durante uno o dos días, ya que no sería la primera vez que alguien me llama con una idea en la cabeza y al escuchar el tema me doy cuenta de que a mí me sugiere cosas completamente diferentes. Eso sí, lo más común es que las bandas no tengan claro qué les gustaría rodar, te dejen bastante libertad para proponer cosas y sólo te den una guía en plan quiero que el resultado tenga una estética años setenta».

«Muchas veces, hay gente que te da vía libre para hacer la locura que te dé la gana, pero también hay músicos y discográficas que vienen con una serie de pautas iniciales, sobre todo cuando no te conocen lo suficiente», añade por su parte el director madrileño Diego Jiménez, una institución en nuestro país. Actualmente, ha bajado algo el pistón, pero lo cierto es que, a lo largo de su trayectoria, Diego ha realizado «más de sesenta proyectos» y ha trabajado con unos cuantos artistas nacionales de referencia, como Ángel Stanich, Cariño, Carolina Durante, La Casa Azul, Natalia Lacunza o Sen Senra.

«Lo normal es que los grupos quieran aparecer en su propio vídeo, pero también hay veces que simplemente te limitas a contar algo, sin que salga ningún músico. Lo bueno es que el formato de los videoclips te permite hacer casi cualquier cosa; he llegado a probar de todo, desde contar una pequeña historia, hasta crear algo completamente surrealista».

La verdad es que, como señala Jhonny Gleez, el contenido de un vídeo depende en gran parte del presupuesto con el que se cuente: «Hay veces que las bandas sólo se pueden permitir un día de rodaje y, como mucho, te da para grabar al grupo tocando y poco más». ¿Cuánto cuesta rodar un videoclip? «Algunas veces he llegado a estar tres días grabando en diferentes localizaciones, pero otras sólo hemos podido hacerlo durante un día, por motivos de presupuesto. No hay un precio fijo, pero, para que la gente se haga una idea, un proyecto puede ir desde 500 hasta 30.000 euros», indica Diego.

«Lo mismo puedes montar algo chulo simplemente con una cámara, como he hecho alguna vez para mi grupo Malamute, que trabajar con un equipo de veinte personas».

Víctor Gimeno se encuentra detrás de Ingrave, un estudio santanderino de diseño gráfico y producción audiovisual que ha llevado a cabo unos cuantos proyectos musicales, que van desde videoclips, hasta diseño de portadas. De hecho, para el último trabajo de la banda cántabra Menos Lobos, se encargó tanto de la parte gráfica del álbum, como de la visual. «No sólo me gusta hacer un vídeo, sino que me gusta encargarme de todos los aspectos visuales de un álbum, para que todo mantenga una misma estética, una misma esencia, desde la portada del disco, hasta la portada de los 'singles' que vayan a lanzarse o los clips que vayan a realizarse».

Respecto a los videoclips, Víctor considera que cada canción requiere cosas diferentes, que hay algunas que «llaman a contar una historia», pero también hay otras que piden cosas simples. «Ahora hay una moda que consiste en crear vídeos que no cuentan nada, que son como un anuncio de colonia, pura estética, algo que también me parece válido hacer. Muchas veces, los artistas simplemente quieren que el resultado entre por los ojos, sin complicarse demasiado la vida».

Con todo, lo cierto es que muchas veces los realizadores disponen de muy poco tiempo para sacar adelante un vídeo musical, por lo que no es inusual que tengan que hacer frente a diversos contratiempos. «Me da un miedo terrible hacer cosas en Cantabria, ya que todo el mundo quiere rodar en exteriores, porque hay miles de localizaciones maravillosas, pero es común que lo mismo un día el cielo esté despejado y haga bueno y, al día siguiente, aun haciendo calor, todo esté cubierto de nubes», señala Jhonny. «Por suerte, no he tenido demasiados problemas a la hora de grabar, más allá de planificar algo en exteriores y que nos acabara lloviendo muchísimo», añade Víctor, apuntando también que vive con miedo a que se le rompa la tarjeta de la cámara durante un rodaje y todo lo que haya captado se vaya a la basura. «Es una tontería y es algo que intentas evitar que pase, pero que a mí siempre me ha emparanoiado muchísimo».

«Me he llegado a presentar en un sitio en el que en teoría teníamos permiso para grabar, con un equipo de técnicos, y, de esa, nos han dicho que no íbamos a poder hacer nada, que viniéramos otro día. Lo peor es que no puedes cambiar la fecha del rodaje, ya que la gente que va contigo tiene que cobrar y los presupuestos son ajustados, por lo que tienes que improvisar sobre la marcha», comenta por su parte Diego. «Normalmente, además, contamos con muy poco tiempo para preparar las cosas, ya que lo normal es que alguien te pase una canción, dos semanas después grabes y otras dos semanas después ya esté el resultado subido a YouTube».

«El récord lo tiene Carolina Durante con 'El himno titular': grabaron una canción un lunes, el miércoles hicimos el videoclip y al lunes siguiente ya estaba colgado en la red, porque justo habían compuesto algo sobre la Selección Española de Fútbol y querían que viera la luz durante la celebración del Mundial».

«Es un vídeo muy sencillo, pero que me encanta. Los componentes de la banda parecen estrellas del rock y todo está plagado de referencias a la cultura juvenil de los años noventa, desde películas hasta portadas de discos».

«Es una obra que hice recientemente para mi grupo Senártica y que, hasta cierto punto, cuenta una historia; pero también es algo sencillo, con una estética muy cuidada, donde planificamos de manera genial las localizaciones en las que grabamos».

«No es ni el vídeo más complejo ni el más elaborado que he hecho, pero guardo muy buenos recuerdos de la grabación, ya que Soulbane son amigos, lo pasamos estupendamente bien en todo momento y creo que eso se refleja en el resultado».

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