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David Valera
Viernes, 13 de enero 2017, 09:26
La inflación acabó 2016 con más fuerza de la prevista al situarse en diciembre en el 1,6% en tasa anual, una décima superior al dato adelantado hace unas semanas. Esto supone que los precios se dispararon nueve décimas respecto a noviembre y que registran ... ya el mayor índice desde julio de 2013. El repunte de los precios a final del ejercicio está marcado por el encarecimiento del petróleo, lo que ha provocado un alza de la gasolina y también, en menor medida, de la luz, según el INE. Una tendencia que se mantendrá en la primera parte de 2017, ya que las previsiones son que la inflación supere el 2% en algunos meses.
La inflación de diciembre supone el cuarto mes consecutivo en tasas positivas. Sin duda, el transporte fue uno de los productos clave en esta evolución de los precios, ya que experimenta una variación del 4,7%, más de tres puntos por encima de la del mes anterior, debido en su totalidad a la subida de los precios de los carburantes, frente a la bajada en diciembre de 2015, lo que provoca un efecto escalón. También la vivienda, con una tasa del 0,8%, más de un punto por encima de la de noviembre debido al alza de la electricidad.
Asimismo, el ocio y la cultura, cuya tasa aumenta más de dos puntos hasta el 0,5% a causa de la subida de los precios del viaje organizado. Además, los alimentos y bebidas no alcohólicas aumentaron un 0,8%, cuatro décimas superior a la tasa del mes pasado.
En total siete de cada diez productos de la cesta de la compra se encarecieron el año pasado. Los mayores repuntes se produjeron en productos básicos como las patatas (7,8%) o las legumbres y hortalizas frescas (7,7%). Pero también el transporte personal -marcado por el precio de los carburantes- un 5%. Por su parte, los mayores descensos, se produjeron en el azúcar (-4,1%), objetos recreativos (-3,6%), aceites (-2,7%) y leche (-2,3%).
Además, el IPC armonizado -homogéneo en toda la UE- se situó en diciembre en el 1,4%, nueve décima más que en noviembre. Este alza pone en riesgo la ganancia de competitividad de España vía precios respecto a otros países de la zona euro, una circunstancia que hasta ahora ha beneficiado a las exportaciones de las empresas españolas.
Pérdida de poder adquisitivo
En cualquier caso, el mayor aumento de la inflación en diciembre al 1,6% agrava la pérdida de poder adquisitivo de pensionistas, cuya revalorización de las pensiones se situó en el mínimo 0,25% que marca la ley. Esta circunstancia se repetirá también este año en el que la inflación prevista es alrededor del 1,4% y las prestaciones suben de nuevo el 0,25% tras el rechazo del Gobierno a un incremento de al menos el 1,2% que solicitaban la oposición y sindicatos.
También los trabajadores perderán capacidad de compra después de que la subida media de los salarios en convenio se situara en 2016 en el 1,06%, es decir, más de medio punto por debajo del IPC. Por ese motivo, los sindicatos insisten en la necesidad de un aumento de los salarios en línea con la recuperación económica para consolidar el consumo. La propuesta de UGT y CC OO establece una horquilla de entre el 1,8% y el 3,8%. Por su parte, la patronal defiende un incremento "hasta" el 2% (1,5% más un 0,5% en función de la productividad y la reducción del absentismo laboral) en el que no garantiza una revalorización mínima.
Sin embargo, el Gobierno rechaza que pensionistas o trabajadores hayan perdido poder adquisitivo porque la inflación media anual fue negativa (-0,2%) por tercer ejercicio consecutivo. Además, recuerdan que la fluctuación de la inflación está marcada por el precio del petróleo. De hecho, la inflación subyacente -excluyendo los productos energéticos- fue más moderada y se situó en el 1%.
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