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Instalaciones de Clavo Food Factory en Campoo. ALBERTO AJA
Arasti avanza que el problema de Clavo en Reinosa se resolverá «de inmediato»

Arasti avanza que el problema de Clavo en Reinosa se resolverá «de inmediato»

La empresa recibirá a final de semana la solución provisional de Viesgo para ampliar su potencia eléctrica y no abandonar Cantabria

Jesús Lastra

Santander

Miércoles, 4 de octubre 2023, 02:00

La desesperación que venía acumulando Clavo Food Factory por la falta de potencia eléctrica en su nueva fábrica de alimento congelado -quinta gama- de Reinosa parece estar cerca de su final. Después de que la propiedad de la compañía -con otras plantas similares en Valladolid y Galicia- amenazara el lunes con cerrar la factoría cántabra apenas unas semanas después de sus primeros pasos, el ultimátum, como publicó ayer El Diario, ha surtido efecto.

Así lo confirma a este periódico el consejero de Industria del Gobierno de Cantabria, Eduardo Arasti, que avanza que la situación «se resolverá de inmediato». En otras palabras, que Viesgo aplicará la solución provisional que tenía en mente para evitar la marcha de la organización.

Porque la amenaza empresarial era real, hasta el punto de deslizar la idea de trasladar la línea de producción de Reinosa, la primera de tres previstas en la instalación, a Valladolid. En tal caso, ya no hacía falta regresar a Campoo, opinaban los gestores de la factoría.

Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos apunta a que no serán necesarias medidas drásticas. Tras una intensa mañana de llamadas telefónicas -con la propia Viesgo, con el Ayuntamiento de Campoo de Enmedio y con la empresa afectada- Arasti insistió en que «he hablado con todo el mundo. Finalmente la empresa tenía que verificar si sus instalaciones soportan el incremento de potencia. Parece ser que es así, por lo que Viesgo le va a dar la potencia de inmediato. Está resuelto el problema», abundó el consejero.

La compañía ya pensaba incluso en llevar a Valladolid la primera línea montada en Campoo y suprimir el proyecto

Las miradas están puestas, por tanto, a final de semana. La propiedad de Clavo Food Factory había marcado el viernes como fecha límite. Se espera que el propio Ayuntamiento apruebe igualmente hoy los trámites necesarios para que la fábrica tenga de forma provisional la potencia necesaria a la espera de que llegue la autorización definitiva, algo que ocurrirá en dos meses aproximadamente, explicaron a este periódico fuentes conocedoras de la situación.

Clavo adquirió en 2022 unas instalaciones que pertenecían anteriormente a la conservera de Anchoas y Productos del Cantábrico, en Reinosa. En ese traspaso de propiedad la potencia destinada al complejo fabril se acercaba a los 180 kilovatios, cuando la nueva dueña estima que para llevar a cabo su negocio requiere de un suministro cercano a los 505. Un aumento que pasa por una tramitación por parte de la distribuidora Viesgo, y posterior autorización de la Consejería de Industria, que necesita de varios meses pero que, a juicio de la empresa, ya se estaba retrasando sobremanera.

Respuesta provisional

Ante la inquietud corporativa y ese evidente malestar, los actores han movido ficha para dar una respuesta transitoria que permita a la organización operar con cierta normalidad. La compañía abrió semanas atrás con una primera línea y unos 25 empleados. La cuestión es que la instalación eléctrica actual no cubre este primer paso, simplemente la base de un proyecto mayor que debe acabar con 200 trabajadores en la planta y varias producciones simultáneas en un horizonte de dos años.

Días atrás la empresa tuvo que mandar a gente a casa ante los fallos con la luz y Clavo aduce que al trabajar con producto congelado está sufriendo enormes pérdidas. La propiedad incluso llegó a calificar internamente de «inaudito» lo que está viviendo en Campoo, algo que nunca había sufrido en otros proyectos armados en otras comunidades como Castilla y León o Galicia.

Clavo arrancó en verano con una primera línea de producción. La idea era poner en marcha una segunda antes de Navidad y la tercera en 2024. A partir de ahí, ir elevando la plantilla para operar a tres turnos, para un personal cercano a los 200 trabajadores a pleno rendimiento.

La empresa trató de optimizar su eficiencia energética con grupos electrógenos a la espera de la ampliación de potencia. Para las máquinas es una medida eficaz, pero el obstáculo principal se localiza en el túnel de congelado.

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