En busca ahora sí del interés general

La reapertura de Sniace tras el cierre de 2013 y 196 millones de deuda estaba fundamentada en un plan de viabilidad absolutamente falso y así lo manifestamos entonces. Sería muy difícil de explicar cómo Blas Mezquita, un presidente que había llevado a la quiebra a ... la compañía, podía ser la solución. La explicación es que Sniace fue una herramienta, usada y manoseada, para fines políticos partidistas. Mezquita se prestó a ese juego de quitar y poner alcalde y presidentes a cambio de embolsarse en ese periodo 1,8 millones de euros. Durante este tiempo Sniace ha sumado 38,8 millones de nueva deuda y ha llevado a cabo cuatro ampliaciones de capital por 76 millones. Por tanto, un total de 114,8 millones enterrados en un proyecto que era inviable porque estaba sostenido en mentiras y falsedades. Esto, en términos jurídicos, se puede considerar una estafa. Por ello animamos a los miles de accionistas y proveedores que fueron engañados que estudien reclamar responsabilidades. De haber prosperado la demanda de USO en el Juzgado de Madrid para haber inhabilitado a Mezquita en 2015 esta situación se hubiera evitado.

El desenlace de una nueva quiebra era tan palmario que el ciudadano se preguntará quienes son los culpables. Estos son algunos: los sindicatos UGT y CC OO por su inaudita torpeza; el Gobierno cántabro del PRC-PSOE por avalar, apoyar y alentar esta farsa. Sin olvidar a Elvira Rodríguez, expresidenta de la CNMV, que, por cobardía e irresponsabilidad, autorizó la vuelta al parqué.

Ahora se abre una nueva etapa de búsqueda de soluciones para las principales víctimas, los trabajadores. El objetivo en la liquidación debe ser mantener la unidad productiva y buscar un verdadero empresario del sector, como ENCE. Por ello emplazamos a la Administración regional a que ahora sí actúe en defensa del interés general.

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