Cantabria se queda al margen de la batalla del norte por una planta china de vehículos

Bien lo saben en Asturias y en Galicia. Ambas autonomías ya se han postulado como posibles enclaves en España para albergar la planta que la compañía BYD (acrónimo de 'Build Your Dreams') pretende instalar en suelo continental. La marca china está sondeando diversos emplazamientos para la que sería su segunda fábrica en terreno europeo visto el éxito de su primera experiencia en Hungría con una factoría de autobuses. Ahora, en cambio, el objetivo es levantar una instalación centrada en automóviles de 'cero emisiones', para la que ya dispone de una preselección de emplazamientos entre los que figuran España, Alemania, Francia, Polonia o Hungría.

Un abanico de aspirantes donde se combina la tradición industrial automovilística, en los primeros casos; y los bajos costes laborales, en los segundos. En el caso español Asturias y Vigo pugnan por ser la opción favorita nacional. Cantabria, en cambio, vuelve a quedar al margen de una carrera cuyo premio final apunta a una inversión multimillonaria y un nuevo polo de generación de actividad y empleo. Al menos, desde el Ejecutivo no avanzan ningún movimiento al respecto para poder optar al proyecto.

Según explicó El Comercio días atrás, una delegación de BYD ya ha visitado Gijón y otras zonas del Principado para conocer de primera mano las posibilidades industriales y logísticas de la región. Como bazas a su favor emergen factores como disponibilidad de suelo junto a zonas portuarias, su cultura industrial o las empresas de componentes. En otras palabras, elementos que prácticamente coinciden con los que podría esgrimir Cantabria.

Sin embargo, en la comunidad vecina han visto con sorpresa cómo Vigo también hace méritos para que, en caso de que BYD apueste por España, se incline por las rías gallegas.

La localidad, que ya cuenta con una fábrica de automoción de la marca Stellantis y, en consecuencia, ostenta el principal núcleo de esta industria en el país, también busca seducir a la marca asiática.

BYD ya se encuentra en el mercado español con varios modelos. La propia industria europea ha alertado en numerosas ocasiones de la dura competencia que supondrán este tipo de fabricantes asiáticos, tanto por su política agresiva en cuanto a precios, mayor facilidad de acceso a las materias primas y, especialmente, por una regulación arancelaria que no convence a las empresas del continente.

El responsable de la corporación en Europa, Michael Shu, informó a finales de marzo al 'Financial Times' de la hoja de ruta de la organización. Como objetivos, vender 800.000 automóviles al año en Europa en 2030. En segundo lugar, la mencionada preselección de emplazamientos para esa planta de 'cero emisiones'.

Está por ver si, en caso de elegir finalmente España, la compañía trataría de acceder a ayudas vinculadas al Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC). En ese supuesto, los acontecimientos se acelerarían y la decisión sería cuestión de semanas.

En cualquier caso, las nuevas inversiones se juegan ahora y las diferentes regiones se posicionan para asegurarse la competitividad de cara a las décadas futuras.