![Celsa advierte de un «desastre» si los fondos entran en el Grupo](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/07/04/celsa-kcGI--1200x840@Diario%20Montanes.jpeg)
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El pulso judicial entre el Grupo Celsa y sus acreedores por el control societario de la siderurgia propietaria de empresas cántabras como Global Steel Wire o Tycsa ya ha comenzado. A lo largo de la semana las partes explican ante el Juzgado de lo Mercantil ... nº 2 de Barcelona las fortalezas de sus argumentos para dirimir si debe procederse a la homologación del plan de reestructuración que los fondos pretenden imponer, y que en la práctica implicaría trocar parte de la deuda que atesoran por el 100% del capital social.
El vicepresidente del Consejo de Administración de Barna Steel -empresa que forma parte de Grupo Celsa-, Francesc Mesegué, defendió que el proyecto empresarial de los bonistas «no aseguraría la continuidad del grupo».
Lo dijo el lunes en la primera jornada de la vista. Mesegué apuntó que la reestructuración «sumiría a la empresa en una incertidumbre que puede llevar al desastre», ya que, según él, la intención de los fondos es vender activos cuando puedan.
«Trabajar con los fondos da miedo», aseguró en referencia al riesgo que los proveedores atribuyen a Celsa actualmente, lo que puede, en palabras del directivo, quebrar la confianza entre ambas partes.
Una de las cuestiones que centró las diferentes testificales fue la negociación con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) para que la empresa recibiera una ayuda de 550 millones de euros, que está congelada por la falta de acuerdo con los acreedores.
Tanto el director financiero de Celsa, Javier Echevarri, anterior director general de GSW; como el director financiero de Celsa España, Xavier Puig, aseguraron que el equipo negociador recibía las directrices del consejo de administración de la empresa y no de la familia Rubiralta, los propietarios de la empresa.
Echevarri explicó que tras acordar la ayuda, la empresa entendió que era «posible renegociar con los fondos sin entrar en el capital» y lamentó que los acreedores de los créditos Jumbo y reconvertible no respondieran dentro del plazo otorgado por la SEPI para poder aceptar esa financiación.
Por parte de los fondos, varios de sus representantes han defendido su plan de homologación. En sus comparecencias en el juzgado detallaron que hubo una pérdida progresiva de confianza con los actuales accionistas de Celsa durante las negociaciones, lo que llevó al actual punto de querer convertir la deuda en acciones para poder hacerse con el control.
Plan industrial estable
También coincidieron en señalar que su voluntad es crear un consejo de administración independiente y abundaron en que hay un nuevo plan financiero y que el plan industrial no cambiaría, recogió Europa Press.
El representante de SVP Global, Álvaro Fabián, dijo que el fondo siguió comprando deuda de Celsa a pesar de los impagos porque «era una buena inversión financiera». En este sentido, aseguró que en caso de llevarse a cabo la reestructuración el fondo no tiene intención de vender sus acciones «aunque podría».
El representante de Deutsche Bank, Gavin Colguhoun, por su parte, apuntó que el plan de reestructuración «refleja fielmente» los derechos de crédito actuales. Por lado, Dylan Scymansky, de Sculptor Investment, defendió que el plan deja claro que «no hay ninguna transformación industrial».
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