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Daniel Gutiérrez
Daniel Gutiérrez: «La mejora de la calidad de vida es el vértice fundamental de la estrategia para un territorio sostenible»
TERRITORIO RURAL INTELIGENTE

Daniel Gutiérrez: «La mejora de la calidad de vida es el vértice fundamental de la estrategia para un territorio sostenible»

Director de proyectos en Diagnosis Cultural

Lunes, 23 de mayo 2022, 17:20

Daniel Gutiérrez es consultor en estrategias de desarrollo sostenible basadas en los valores endógenos del territorio. Actualmente es director de proyectos en Diagnosis Cultural y consejero de Turismo y Programas Europeos en el Consejo Comarcal de l'Anoia. Durante su trayectoria profesional se ha especializado en la gestión sostenible del patrimonio cultural y natural, realizando proyectos en los ámbitos del planeamiento urbanístico, la planificación estratégica, el desarrollo turístico, el branding territorial, la patrimonialización o la museografía.

–¿Qué características definen un Territorio Rural Inteligente?

–Desde mi punto de vista, un TRI ha de ser un ecosistema innovador, resiliente y sostenible. Esto significa que los entornos de ruralidad y, por lo tanto, su ciudadanía, instituciones públicas y agentes privados han de tener la capacidad para definir una estrategia territorial que una los valores, los recursos y las infraestructuras con el conocimiento y la tecnología. La estrategia podría pasar por diseñar y desarrollar una visión y proyectos con capacidad para unir los diferentes valores del entorno para generar un territorio sostenible y atractivo, donde vivir y trabajar disfrutando de servicios y proximidad. El territorio de los 30-45 minutos.

–¿Considera necesario un cambio de paradigma a la hora de establecer líneas de actuación que impulsen los entornos rurales?

–Es totalmente necesario y, poco a poco, el camino se va haciendo, tanto en los ámbitos públicos como privados. Desde el punto de vista político, nunca antes la ruralidad ha estado en la agenda pública como ahora. A través de la sostenibilidad de estos entornos, se ha asumido la importancia de estos espacios y su ciudadanía para el equilibrio general de los sistemas económicos, sociales y culturales actuales, sobre todo en nuestro entorno europeo. En el caso de España, la aparición de un Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico y su traslación en los diferentes gobiernos autónomos y locales es una gran noticia. Los cambios no se van a dar de manera rápida, pero es más necesario que nunca dar pasos. En este sentido, por ejemplo, el diseño y desarrollo de las Agendas Rurales pueden significar un nivel de planificación estratégica para la ruralidad nunca visto antes. La aplicación del ODS 11 'ciudades y comunidades sostenibles' de la Agenda 2030, entre otros, va a significar un cambio de paradigma para los entornos de ruralidad. Conceptos como la sostenibilidad, la accesibilidad, la inclusión, la conectividad, la participación y la resiliencia son fundamentales.

–¿Qué líneas de trabajo no se pueden dejar de lado a la hora de establecer una estrategia para impulsar el desarrollo sostenible de un territorio rural?

–Es importante trabajar en un sistema que denomino el 'triángulo del desarrollo sostenible' con tres vértices. El primero, la consciencia de los valores: el territorio es un conjunto de valores (la naturaleza, la economía, la cultura, la sociedad, la cultura, el paisaje o el patrimonio) y es fundamental ser conscientes de ellos, entenderlos como motor de desarrollo territorial y establecer su función social, participar en la planificación estratégica del territorio y potenciar los ámbitos sociales, culturales y económicos de la sociedad. El segundo, el cumplimiento con la Agenda 2030 y los ODS: la planificación estratégica del territorio, así como los vectores básicos de desarrollo y el conjunto de acciones han de estar enfocados a la sostenibilidad. Sin sostenibilidad los entornos rurales no tienen futuro. Y, por último, la mejora de la calidad de vida: es el vértice fundamental de la estrategia para un territorio sostenible. Ser conscientes de los valores y trabajarlos desde una perspectiva sostenible tiene como resultado una mejora de la calidad de vida de la ciudadanía, la presente y la futura. Esto conlleva implementar una metodología multinivel que permita definir la identidad del territorio a partir de sus valores endógenos; determinar el posicionamiento del territorio a partir de estrategias territoriales o sectoriales; y dinamizarlo diseñando y desarrollando acciones y políticas concretas.

–¿Cómo se pueden orientar los recursos patrimoniales y naturales para impulsar estos entornos?

–Activemos el patrimonio para dinamizar el territorio. La activación del patrimonio es una estrategia enfocada a poner en valor los recursos culturales y naturales de un territorio y planificar los nuevos usos y servicios que se pueden desarrollar. Cualquier proyecto que presente esta estrategia ha de tener una visión global e integral y ser capaz de aglutinar las diferentes dimensiones presentes en el territorio: educación, cultura, sociedad, economía o turismo. En definitiva, la estrategia significa fomentar el patrimonio para que a través de su explotación se reporten beneficios a la comunidad que lo sustenta y apoye el desarrollo local.

–¿Qué papel tiene el marketing territorial en esta labor?

–El marketing territorial es fundamental en esta labor, ya que es la herramienta para trasladar un mensaje a la ciudadanía, tanto la propia, como aquella ajena que se plantea su futuro en el territorio. Para hacer llegar el mensaje del territorio sostenible a la ciudadanía es necesario establecer mecanismos de divulgación, difusión y creación de experiencias asociadas a sus valores. En este punto es donde adquiere importancia el branding territorial como un elemento más de la estrategia y gestión del territorio. Los objetivos son ordenar e integrar el desarrollo sostenible de manera coherente con las capacidades, potencialidades y la planificación estratégica del territorio; posicionar el territorio con una marca reconocida que ha de trasladar los valores del territorio sostenible, así como su modelo de gobernanza abierta, transversal y transparente; impulsar y divulgar el modelo de desarrollo territorial sostenible hacia la ciudadanía, la propia y la ajena; y fomentar la conciencia que las políticas de dinamización territorial basadas en estrategias de sostenibilidad son un factor crecimiento económico re-distributivo, que crean mayores oportunidades para todos, que reducen las desigualdades, mejoran los niveles de vida básicos, fomentan el desarrollo social equitativo e inclusivo y promueven la ordenación integrada y sostenible de los recursos naturales y los ecosistemas.

–¿Puede este concepto de TRI convertirse en una marca que defina el nuevo espíritu de lo rural?

–Te diría que son planos distintos de una realidad, conceptos complementarios. Concibo el TRI más como un modelo de territorio que como una marca. El modelo territorial asociado al TRI conlleva una visión del territorio, unos objetivos a conseguir que buscan la mejora de las condiciones de vida que garanticen la pervivencia de los entornos rurales. La marca territorial, conectada a los valores, a un modelo y una estrategia sostenible de territorio, es una herramienta muy potente que no podemos obviar, traslada y pone a la ciudadanía ante el reto crucial que tenemos por delante. Aquellos territorios que asuman su futuro sostenible estarán avanzando. Aquellos que además lo comuniquen y lo expresen tendrán a su ciudadanía como primeros prescriptores.

–Usted es co-redactor del Manifiesto #TurismoReset, donde abogan por un nuevo modelo de desarrollo turístico, ¿es el actual insostenible?

–Este manifiesto es fruto de la reflexión de un conjunto de profesionales del turismo comprometidos con la sostenibilidad antes de la llegada del covid. La pandemia puso sobre la mesa la necesidad de acelerar el debate sobre el modelo insostenible del turismo. El impacto del covid ha significado que tanto instituciones públicas como privadas hayan realizado replanteamientos de profundidad sobre el modelo turístico. Muy a nuestro pesar los avances están siendo muy lentos. Algunas de las convocatorias 'Next Generation' en turismo buscan una reformulación hacia un modelo sostenible. Desgraciadamente las barreras al cambio también están siendo muy fuertes. Es preocupante, por ejemplo, que continuemos priorizando la visión cuantitativa por encima de la cualitativa. Por lo tanto sí, el modelo actual continúa siendo no sostenible.

–El turismo es una de las áreas de actuación prioritaria en el desarrollo de los TRI, ¿qué estrategias se deben plantear para orientar este turismo hacia un pensamiento sostenible económica y socialmente?

–El turismo es un sector llamado a formar parte de la transformación de los territorios. La actividad turística en un TRI debería alinearse con los siguientes criterios estratégicos: catalizar el desarrollo socioeconómico, teniendo en cuenta los aspectos económicos, pero también indicadores sociales, educativos o culturales; promover la igualdad y unas condiciones laborales dignas, que sirvan de ejemplo a otros sectores de la economía; generar mejoras en la calidad de vida de las personas, a partir del respeto y la conservación de los recursos ambientales y la biodiversidad, reduciendo su contribución al cambio climático; preservar y potenciar la identidad cultural de cada territorio; y adoptar la gobernanza como cimiento de la gestión con las comunidades locales en el centro de la planificación.

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