El equipo directivo de Sidenor compra la empresa a la multinacional brasileña Gerdau

Con este acuerdo se despeja de forma definitiva el futuro de la empresa, que tiene una planta con 700 empleados en Reinosa, al tiempo que se garantiza el mantenimiento de los centros de decisión en el País Vasco.

Sidenor tiene su sede principal en la localidad vizcaína de Basauri y además de la de Reinosa tiene otras plantas de producción en Álava, Gipuzkoa y Cataluña. Sus ventas anuales se sitúan en torno a los 800 millones de euros y la plantilla está compuesta por 2.200 empleados. Todo apunta, además, que la continuidad del equipo directivo, ahora al frente también de la propiedad, despeja también los temores que existían sobre un hipotético ajuste severo en el grupo. Por el momento, los nuevos propietarios no han dado a conocer su plan industrial de cara al futuro, aunque fuentes consultadas por EL DIARIO MONTAÑÉSseñalan que hay un compromiso de realizar nuevas inversiones industriales en las factorías.

Gerdau adquirió Sidenor en 2005 al empresario vasco Sabino Arrieta, que a su vez la había comprado al Gobierno español, ya que buena parte de lo que hoy es Sidenor es un producto de la reconversión siderúrgica de finales de los años 80 y principios de los 90, que generó la desaparición de un buen número de empresas privadas del sector y la conformación de un grupo público. Gerdau pagó 440 millones de euros por las acciones de la empresa a la que sumó más tarde los activos siderúrgicos de la guipuzcoana GSB, que era propiedad de CIE Automotive.

El montante económico de la operación firmada este viernes corresponde a 21 veces el EBITDA de Sidenor de 2015 más 7,5 veces el EBITDA proyectado para 2016. Si se considera solo el cash (100 millones) efecto de la transacción, los múltiplos serían 14,2 veces del EBITDA de 2015 más 5 veces el EBITDA proyectado para 2016, mismo múltiplo de la adquisición de Sidenor en 2006.

Gerdau se ha mostrado "satisfecho" con la rentabilidad global de la operación de venta de Sidenor. "El perímetro de la transacción de venta es diferente al de 2006, pues en su momento incluía también la compra de una participación importante en Aços Villares, que es hoy una parte relevante de nuestro negocio en Brasil", ha indicado.

El acuerdo de compraventa se ha firmado este mismo viernes y se espera que la operación, que deberá ser analizada por las autoridades de competencia, se complete antes de julio. La compañía volverá a operar bajo la marca Sidenor. En principio, según ha indicado la propia Gerdau, se espera una transacción "rápida" porque Clerbil está compuesta por ejecutivos que ya trabajan en la empresa y porque Sidenor ya funcionaba "de manera prácticamente independiente" respecto al resto de la multinacional.

En relación al proceso de venta, Gerdau ha precisado que se llevó a cabo junto a un banco de inversiones europeo, que contactó a más de 40 posibles compradores potenciales, incluyendo empresas productoras de aceros, fondos de private equity y grupos de inversión locales.

En total, se recibieron más de 10 propuestas y Gerdau ha destacado que, ante la "complejidad" de la operación, la oferta de Clerbil fue considerada "la mejor desde el punto de vista económico". Por parte de Gerdau los asesores legales y financieros han sido el Banco Santander y Garrigues y, por parte de Clerbil han intervenido Norgestión y PWC Tax& Legal Services.

Gerdau descarta cierres o despidos

Gerdau afirma que no tiene conocimiento de que se vayan a producir cierre de plantas o despidos tras esta operación y añade que la mayor parte de las otras ofertas, en particular las de productores europeos, contemplaban planes de "reestructuración profunda" de las plantas en España, lo que generaba "una incertidumbre importante sobre el nivel futuro de actividad del negocio en España".

En relación a las razones de esta operación, Gerdau explica que, frente a los "desafíos globales" de la industria del acero, su objetivo es tratar de generar "más valor de mercado" y aumentar la competitividad de sus operaciones, manteniendo "la deuda bajo control". En este contexto, enmarca la venta de su filial española con el objetivo de centrarse en "empresas con mayor rentabilidad".

La multinacional alude a las situación del mercado europeo a la hora de explicar la baja rentabilidad de su división en España y pone de relieve el "elevado nivel de competencia" que existe por el gran número de productores que operan. En este sentido, subraya que las operaciones en España necesitan "inversiones constantes" para seguir siendo "competitivas" y, además, había una "baja generación de flujo de caja libre".