![«Las cargas policiales casi acaban en tragedia»](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202002/16/media/cortadas/fabrica4-kkqB--1248x770@Diario%20Montanes.jpg)
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Domingo, 16 de febrero 2020, 09:05
Los años 1992 y 1993 fueron en los que de manera más potente se visualizó la fuerza del movimiento obrero de Sniace. Puede dar buena cuenta de ello Nieves Bolado, periodista y exdelegada de El Diario en Torrelavega en aquellos momentos. Ante el peligro inminente del despido de toda la plantilla por las deudas que acumulaba la empresa, antes de optar por el encierro en la factoría, los trabajadores se echaron a la calle: «Hubo unas cargas policiales tremendas cuando se cortaron las carreteras. Recuerdo a nuestro fotógrafo, Pepe, entre los unos y los otros. Levantó los brazos en medio de José María de Pereda y puso algo de calma. Si no es por él aquello acaba en tragedia».
Durante aquellas semanas, la prensa fue testigo de cómo los agentes perseguían a los manifestantes por el centro de la ciudad mientras estos, en los momentos de más tensión, desmontaban las vías del tren para intimidar a la Policía Nacional. Bolado también acompañó a los trabajadores en la movilización que se produjo en Madrid, coincidiendo con una polémica junta de accionistas. «Se hacían en la sede de la Unión del Fénix Español, que era propiedad de Banesto y el banco a su vez era copropietario de Sniace. Allí fueron los manifestantes porque querían presionar a los consejeros y se repitieron las cargas. Llegaron a cortar la Castellana de Madrid, que era donde estaba el edificio», señala Bolado, que como otros compañeros también recibió algún golpe de los uniformados.
El otro escenario crítico fue la propia fábrica durante el encierro. «Fue muy intenso». Las marchas de las mujeres que llevaban la comida a los trabajadores, los encuentros de los encerrados con sus hijos desde el otro lado de la valla. De aquellos días, para el anecdotario también quedará otro episodio peculiar: la visita de un Revilla al que todavía le faltaba mucho para alcanzar la Presidencia, que llegó con una paella para los que se manifestaban.
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