Global Steel Wire propone un ERTE para 2020 y 2021 con un máximo de 220 días de paro

El inicio de la mesa negociadora entre la Dirección de la planta santanderina y la comisión sindical -liderada por UGT, seguida de CC OO con SCAM y USO completando la representación- igualmente arrancará con la propuesta de la corporación de que la medida afecte a la totalidad del personal, 618 empleados según los últimos datos.

Dicho punto de partida, que los sindicatos tratarán de rebajar, se justificaría con la necesidad de que la empresa tenga margen de actuación para amoldar la carga de trabajo a la coyuntura de cada momento y el tipo de encargos que pasen por Nueva Montaña. No es lo mismo unos productos 'premium' destinados a la automoción que otros de menor valor focalizados, por ejemplo, en la construcción.

Eso es lo que ha estado ocurriendo en los últimos tiempos en el complejo de la capital cántabra. La parálisis de la automoción ha desplomado los encargos vinculados a este sector, por lo que la carga de trabajo se ha desviado a otros ramos menos provechosos para GSW. La compañía, integrada en el Grupo Celsa, sigue siendo rentable al parecer, con fondo de maniobra positivo, pero esa rentabilidad se ha estrechado notablemente en los últimos tiempos, algo que se pondrá encima de la mesa hoy.

De lo que no hay duda es del peso que Global Steel Wire tiene no sólo en el sector industrial, sino en toda la economía de Cantabria. Como referencia, a pesar del impacto que empezaron a tener las restricciones arancelarias promovidas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, GSW, con fábricas en Nueva Montaña y Los Corrales de Buelna, cerró 2018 con 600 millones de facturación, un 4% más, según informó en febrero su director general, Javier Echávarri, con motivo de la entrega de los premios anuales de la empresa, un acto celebrado en el Paraninfo de La Magdalena que contó con la presencia del presidente del grupo catalán, Francesc Rubiralta, sus hermanos, y la viuda del fundador, Francisco Rubiralta, Isabel Rubió.

Celsa, que en Cantabria tiene aparte de GSW, Trefilerías Quijano o Tycsa, entre otras, cuenta con una plantilla de 1.000 trabajadores que se elevan a 1.800 si se tiene el cuenta el empleo indirecto que genera. Además, supone un 6% del Producto Interior Bruto (PIB). Entre los principales retos para 2019, Echávarri resaltó que se quería «conseguir incrementar cinco puntos» las ventas de los productos destinados a la automoción «a pesar de las incertidumbres a las que se enfrenta el sector por la crisis del diésel y las normativas legales». Así el porcentaje de entonces del 67% se pretendía elevar al 72%, algo que a tenor de la evolución de este negocio no se ha conseguido.

Por otro lado, SEG Automotive y los sindicatos han decidido ampliar el plazo de negociación de sus ajustes laborales planteados para la factoría de Treto, que igualmente como salida contemplaban un ERTE con un máximo de 48 días de paro, con un mínimo de siete, para el próximo ejercicio.

No obstante, las partes han decidido extender las conversaciones hasta el 9 de enero. En este calendario adicional hay previstas tres reuniones: el 18 de diciembre, y el 7 y 9 de enero.

La caída de la producción de alternadores derivada del parón de los fabricantes es el motivo principal de la reorganización de la factoría. Con una producción anual de cuatro millones de unidades y una plantilla de 770 personas, las cifras de este año registrarán una caída en la fabricación cercana al 20%. No obstante, se confía en que el bache sea temporal y que para 2021 se recuperen los volúmenes recientes en Treto.