Secciones
Servicios
Destacamos
Más allá de la repercusión económica ocasionada por la expansión del Covid-19, la realidad sigue para muchas organizaciones. Una de ellas es Sniace, que cerró su complejo de Torrelavega el mes pasado tras presentar en el Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Madrid ... la solicitud de liquidación el 14 de febrero. La compañía tramitará desde ya el despido de toda su plantilla, que alcanza las 429 personas, mientras el procedimiento judicial continúa en marcha a la espera de que un posible comprador se quede con toda la unidad productiva.
Así se lo han confirmando los administradores concursales al comité de empresa. Con todo, los nuevos gestores pilotados otra vez por José Luis Ramos Fortea estuvieron explorando la posibilidad de aplicar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y aprovecharse del nuevo marco normativo aprobado por el Consejo de Ministros tras la propagación del coronavirus. Sin embargo, los expertos jurídicos han declinado esta pretensión al entender que no es factible legalmente tras haber pedido la liquidación hace un mes, cuando el recorte retributivo a la cogeneración supuso el último clavo en el ataúd de Sniace y le dejaba ya sin margen de maniobra para pagar a unos acreedores que meses antes habían denunciado en los tribunales incumplimientos del calendario de abonos pactado en 2015 en el convenio del concurso.
Así las cosas, se llevará a cabo un ERE de extinción para todo el personal. La compañía tendrá que negociar las condiciones con los representantes sindicales para cerrar las bajas.
Mientras los administradores se ponen al día de las cuentas de la organización –la empresa mantiene deudas con los trabajadores– también se informó al personal sobre las opciones de futuro. Por ejemplo, se ha contratado a una firma especializada que se dedica a rastrear el mercado en busca de potenciales inversores que quisieran quedarse con la fábrica cántabra.
La unidad productiva se mantendrá intacta durante al menos un año, con opción a ampliar ese plazo otros seis meses. Con los trabajadores despedidos se elaborará una bolsa de contratación para que, en caso de llegar un comprador y sea necesaria la incorporación de personal, poder recurrir a esa remesa de mano de obra de forma obligatoria.
En esa lista de asuntos urgentes que se han visto trastocados por la nueva realidad igualmente aparece Solvay. La química belga esperaba con avidez la reunión que el vicepresidente del Gobierno cántabro, Pablo Zuloaga, había anunciado en Madrid entre la compañía con factoría en Barreda y la Administración central para acercar posturas con los Ministerios de Industria y Transición Ecológica, dirigidos por Reyes Maroto y Teresa Ribera, respectivamente.
Solvay, dentro del proceso trascendental de transición energética que encara en su complejo torrelaveguense, ha venido reclamando apoyo de las administraciones para facilitar ese cambio que suponga la eliminación del carbón. Un respaldo que va desde certidumbre normativa o facilidades para abordar esa evolución, hasta ayuda para renovar o transformar sus calderas actuales.
El encuentro, y por tanto la esperanza de aclarar la situación, de momento ha quedado paralizado, al igual que la economía de todo el país.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.