«Aquí se han vivido años muy buenos»

Sergio Revuelta Quevedo, que lleva dos décadas en la empresa, le pone rostro a la desolación de muchas familias. «La gente está muy desanimada porque nadie se esperaba esto. Nos podíamos esperar algo malo pero no ir a la liquidación», comenta. Este vecino de Arenas de Iguña, que trabaja como jefe de turno en la planta de producción de celulosa, reconoce que es «complicado» levantar el ánimo de los compañeros porque «tenemos que seguir trabajando». Aunque es soltero y no tiene cargas familiares como otros empleados, recuerda que también tiene que «pagar una hipoteca». Sergio Revuelta considera que «la incertidumbre siempre ha acompañado a Sniace, se podría decir que es la palabra que mejor define la historia de la compañía y que lógicamente ha marcado el carácter de sus trabajadores».

Afiliado al sindicato USO (Unión Sindical Obrera), él ya sabe lo que es engrosar las listas del paro. Tras el primer cierre de Sniace, «estuve tres años ganándome la vida como pude». Una situación que hace menos de seis meses esperaba que no se volviera a repetir tras el anunció del Expediente de RegulaciónTemporal de Empleo (ERTE) en una fábrica que «en sus mejores tiempos, después de entrar con solo 21 años, llegaba a producir 200 toneladas diarias». Echa la vista atrás cuando entró por primera vez bajo esos arcos de Sniace hace dos décadas para trabajar en la planta de lavado y a los once meses ya fue contratado como fijo, primero en Lilion y «cuando en Sniace éramos más de 700 trabajadores». «Hubo años muy buenos, 2004, 2005 y 2006, después llegó la crisis, que igual aquí entró algo más tarde, y además surgió el problema de la planta energética hasta el cierre de la fábrica durante tres años. Un palo para los trabajadores y un palo que ahora volvemos a sufrir y que duele más después de buenos años en los que los camiones salían cargados de pedidos».