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«Resistir». El término salió en repetidas ocasiones el jueves durante la celebración del Foro sobre la energía organizado por El Diario en el Centro Botín de Santander. Lo pronunciaron, por ejemplo, José González Payno, director general de la comercializadora LoGOs Energía; o Martín ... Silván, coordinador del Foro Empresarial de Desarrollo Sostenible y Energía de CEOE-Cepyme Cantabria. La síntesis, en resumidas cuentas, es que aún quedan unos meses «muy malos» en cuanto a la evolución de los costes energéticos, al menos hasta primavera. Las empresas lo saben y, de hecho, hay previsiones de nuevos recortes de producción en el primer trimestre de 2022. Entre ellas Ferroatlántica, que esta misma semana comunicó públicamente una nueva batería de ajustes en sus centros españoles ante la escalada de la factura eléctrica, con la parada del segundo de los cuatro hornos que opera en la fábrica de Boo de Guarnizo.
Sin embargo, no es la única novedad que acecha al complejo situado entre los municipios de Camargo y El Astillero. En el momento de explicar la situación al comité de empresa, al que la detención de la caldera cogió por sorpresa puesto que la misma llevaba un tiempo en mantenimiento, igualmente se trasladó a la representación social la previsión de parar un tercer horno en el primer trimestre de 2022.
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De concretarse esta proyección, la planta cántabra trabajaría a un 25% de su capacidad. De hecho, fue el propio presidente del comité, Francisco González Ribero (USO), el que explicó que la compañía ha solicitado la cesión al personal de 15 días de vacaciones en el periodo comprendido entre enero y marzo.
Además, preocupa el diferencial con otros territorios, hasta el punto de que salga más rentable importar aleaciones desde Francia y, sobre todo, Noruega antes que producir en Boo para abastecer la cartera de clientes nacionales. En la fábrica autonómica trabajan en la actualidad unas 145 personas. El producto exterior para dar cobertura a la cartera española se estima en 23.000 toneladas.
MALESTAR
IMPACTO LOCAL
La entrada en el nuevo ejercicio preocupa sobremanera a la gran industria, que ve cómo pese a los anuncios del Gobierno central las medidas no se concretan en un aumento de la competitividad. Ferroatlántica, por ejemplo, se ha visto obligada a parar el segundo horno después de que los precios del gas dieran un nuevo empujón a los costes eléctricos, que ya se han calificado como inasumibles por el momento.
Desde la Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía (AEGE), colectivo nacional que agrupa a compañías como el propio Grupo Ferroglobe, Global Steel Wire, Forgings & Castings, Sidenor o Bondalti, ponen negro sobre blanco la situación. Fernando Soto, su director general, es claro: «Lo de Ferroatlántica es un síntoma de que la situación va a ir a peor si no hay decisiones importantes por parte del Gobierno. Hemos pedido varias cuestiones en el Manifiesto. La urgencia es conseguir en el corto plazo contratos bilaterales a precios anteriores a la crisis. Las eléctricas deben tener en cuenta que las plantas electrointensivas y la gran industria son grandes clientes que no pueden dejar caer, sino ayudarles haciendo un esfuerzo. Se trata, quizá, de ganar algo menos pero garantizarse a esos clientes durante largo tiempo y que todo mejore en cuanto la situación vaya revirtiéndose».
140%más pagará la industria nacional por la luz que la francesa a cierre de 2021.
AEGE lanzó esta misma semana un Manifiesto, al que se han adherido diversos agentes incluidas Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco, en el que exige a Moncloa luz más barata. Entre las medidas propuestas, nuevas ayudas fiscales, eliminación de algunos tributos, más incentivos por los derechos del CO2, los mencionados contratos bilaterales con las eléctricas y hasta un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) especial en función de los costes energéticos.
El sector electrointensivo se ha quedado colgado en los últimos meses después de que las eléctricas fuesen retirando sus ofertas de contratos ante la escalada de los costes. La industria no encuentra a día de hoy con quién rubricar acuerdos por un coste fijo. «Hay que ser serios. Cuando uno se sienta a negociar un contrato de largo plazo hay que tener credibilidad y certidumbre. Lo que no se puede hacer es ofrecer un documento y retirarlo de la mesa al día siguiente», lamenta Soto.
50%más pagará la industria nacional por la luz que la alemana al término de 2021.
La desazón aumenta si se echa la vista atrás, puesto que lejos de recortar distancia con Francia o Alemania la brecha de competitividad por el diferencial eléctrico cerrará el año en máximos. «Este año cerraremos a 120 euros el coste del megavatio hora. Francia a 50 y Alemania a 80», apunta el portavoz de AEGE.
En síntesis, la comparativa se ensancha cada vez más. «Está subiendo mucho el precio. Los franceses tienen la opción comentada en muchas ocasiones de comprar la energía a una tarifa fija y con precio menor. Los alemanes siguen quemando carbón, por lo que aunque sube el precio se mantienen. Ellos tienen 20 euros más barato el mercado, más otros 20 euros menos de impuestos y bonificaciones.
Fernando Soto | AEGE
De hecho, estos países no paran de promover herramientas para respaldar a sus factorías. AEGE abunda en revisar la normativa que determina el reparto de las compensaciones por costes indirectos de CO2 para equipararla a las nuevas reglas que, bajo el paraguas legal de la Unión Europea, acaban de aprobar países como Alemania, Francia y Grecia. De ser asumidos por España esos mismos criterios, las empresas beneficiarias tendrían acceso a ayudas por un valor superior a los 450 millones por ejercicio, frente a los 179 consignados en los Presupuestos.
Soto, a más, se suma a las malas perspectivas ante el inicio de ejercicio. «No se va a estabilizar. El primer trimestre va a ser similar o peor que el último trimestre de este año», alerta.
El Grupo Ferroglobe, que integra entre sus activos la fábrica situada en Boo de Guarnizo, igualmente es otro de los gigantes industriales que ha presentado solicitud de ayuda para ser atendido por el Fondo de Solvencia habilitado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
Al igual que otras empresas representativas en Cantabria como Global Steel Wire o Reinosa Forgings & Castings, Ferroglobe presentó su petición para ser considerada como empresa estratégica especialmente golpeada por los efectos de la pandemia.
La multinacional controlada por el Grupo Villar Mir está a la espera de respuesta de la SEPI, algo que confía pueda llegar incluso antes de que acabe el año en plena tormenta energética.
Ferroglobe ha vivido unos últimos 12 meses empujada por el incremento de las materias primas, lo que le ha permitido elevar sus márgenes en algunos mercados y en España sostener la actividad hasta que se ha vuelto a descabalgar el precio de la electricidad.
La ayuda de la SEPI servirá presumiblemente de colchón para mantener la actividad en el mercado nacional.
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