Secciones
Servicios
Destacamos
Galletas Gullón presume de tener en Aguilar de Campoo la planta con mayor capacidad de Europa, dudando incluso sobre si será la mayor del mundo. Elude difundir su producción anual, pero ilustra la magnitud del negocio con un ejemplo cristalino: si se ponen en ... fila por la Autovía A-1 en dirección a Madrid los camiones que salen al año del recinto, faltarían kilómetros de vía para que entrara toda la comitiva de transportistas. Una instalación que, por distancia, tiene una indudable influencia e impacto en Cantabria. El vecino del límite meridional ha rebasado por primera vez en su historia los 400 millones en ventas, completando un proceso de transformación y crecimiento exitoso durante 35 años, para pasar de una fábrica que facturaba ocho millones al gigante actual, con 1.650 trabajadores en el complejo palentino, de los cuales cerca de 350 viven en Cantabria.
El consejero delegado y director general de la compañía, Juan Miguel Martínez Gabaldón, lleva toda una vida dedicada a ese desarrollo de lo que hoy es una corporación que lleva sus galletas hasta 120 países. Afincado en la propia localidad de la montaña palentina, con apenas 7.000 habitantes, es un 'rara avis' dentro del ámbito de los ejecutivos. Ahora, enfocado en la nueva estrategia de productos saludables, Gabaldón explica cómo Gullón, pese a la tormenta sobrevenida del covid, ha conseguido sortear con éxito la coyuntura y continuar su tendencia alcista. Eso sí, advierte de que el nuevo ejercicio será «tremendamente complejo» y marcado por la «precaución». En su opinión, a pesar de que el agroalimentario es uno de los campos que han salido fortalecidos con esta crisis sanitaria y económica, la recuperación efectiva habrá que dejarla para el próximo 2022.
Evidentemente, la conversación con el directivo -Gabaldón atiende a El Diario de forma virtual por las restricciones imperantes- arranca por la reacción a la pandemia sobrevenida hace ya casi un año. «Fue algo tan inesperado que ha supuesto un reto. Al principio había muchísimo miedo de acudir a los centros de trabajo. Recuerdo también la responsabilidad que teníamos como primera galletera del país de suministrar alimentos a los hogares españoles. Creo que acertamos en la manera de organizarnos para enfocar este problema tan novedoso. Teníamos una reunión prácticamente diaria entre Dirección y comité de empresa para que la información fluyese en tiempo real. Creamos otro comité para llevar a cabo las actuaciones que se decidían, de cara a que el director industrial pudiera implementar todas esas medidas. Asimismo, nos dotamos de un protocolo muy disciplinado que sirvió de ejemplo para muchas otras empresas. Era imposible recibir a nadie que no fuera trabajador. Pusimos a un equipo de enfermeras para tomar la temperatura, así como cámaras automáticas. Fuimos de los primeros en introducir sistemas de test rápido para comprobar de forma ágil si había algún caso de infección. Esto lo hacíamos a cualquier hora del día. La fábrica cambió de arriba a abajo. Ozonizábamos y limpiábamos con equipos mañana, tarde y noche, dejando las ventanas de la planta abiertas incluso. Todo lo que estaba en nuestra mano lo hicimos para ir con cierto adelanto sobre lo que se iba produciendo», comienza.
Un reto organizativo y logístico -el gasto covid ronda los cuatro millones en Aguilar- del que Gullón no sólo ha salido incólume, sino beneficiado en su actividad, en especial por la vorágine consumidora y de acopio de alimentos desatada durante el primer estado de alarma y confinamiento nacional. «Enero y febrero íbamos muy bien, según el Presupuesto. Marzo y abril tuvimos un pico muy fuerte: contratamos a más de 100 personas y trabajamos a tres turnos incluso fines de semana. Era el tiempo en que los alimentos desaparecían de los supermercados. Tuvimos que suministrar incluso a otros competidores que no pudieron abastecer a sus clientes. Prácticamente doblamos producción durante mes y medio», detalla.
Con las referencias del sector -fábricas en México o Inglaterra- bordeando un volumen entorno a los 120 millones de kilos por ejercicio, Gullón insiste en que su capacidad es mucho mayor. «No tuvimos problema con ese pico dada nuestra posibilidad de almacenaje», afirma el directivo, que agrega que después se produjo un descenso de venta tras acumularse stock en los distribuidores. Con el paso de los meses, los consumidores miraron más el precio y los productos básicos ganaron espacio.
Juan Miguel Martínez Gabaldón - CEO de Gullón
Los clientes también se inclinaron por el género saludable, pilar de la estrategia para el futuro de la organización palentina. «Para nosotros 2020 ha sido un gran año, pues hemos rebasado los 400 millones por primera vez en la historia. Si miramos hacia atrás veo que lo hemos hecho muy bien visto dónde estábamos hace 35 años», admite.
Martínez Gabaldón no duda en ensalzar la figura de la propietaria, María Teresa Rodríguez, presidenta hasta 2019 de la organización y relevada por su hija, Lourdes Gullón. El hecho de ser una compañía familiar igualmente ha definido el estilo de la corporación este tiempo. Por ejemplo, nunca se han repartido beneficios y las ganancias año tras año se han ido reinvirtiendo en mejoras y ampliaciones. El futuro, subraya sin dudas, pasa por exportar ese modelo de galletas saludables. El mercado es el mundo en todos sus rincones.
«Cantabria es una comunidad que está tan cerca de Aguilar que la relación es muy intensa y cada día va a ir a más. En el tema de empleo, unas 350 personas vienen todos los días a trabajar desde allí, quizá algunos más. Fundamentalmente de Reinosa, puesto que se llega muy rápido a la planta, pero también de Torrelavega. Incluso de Santander provienen directores y mandos superiores. La idea es que en los próximos años la cifra supere «los 400 o 450 de una manera clarísima».
Para el ejercicio actual, la misma previsión. «Queremos volver a crecer. Damos mucho valor a la competitividad. Tenemos que hacer bien las cosas a la primera, con nuestra cultura de toda la vida: innovación, precios ajustados y control en la gestión».
De vuelta a Cantabria, la empresa insiste en una obviedad. «Está muy cerca y cada día va a haber más relación. Gullón crece y, al hacerlo, la interrelación es mayor. «Utilizamos el Puerto de Santander. Admito que no mucho, porque está centrado en automóviles y nosotros exportamos a través de contenedores», entre 2.000 y 3.000 unidades por Bilbao. Ahora que la capital regional contará con una instalación específica para este tipo de carga, ¿puede utilizar más los muelles cántabros? «Podría incrementarse», desliza el portavoz.
De cara al medio plazo, el objetivo es el mundo. Gullón, con la mencionada línea saludable, quiere incidir en mercados como el europeo o Estados Unidos. Atisba una concentración de las galleteras en el Viejo Continente, pero declina adquisiciones de otras firmas. «Queremos crecer desde Aguilar», cierra.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.