Juan de Miguel Presidente del Grupo SIEC
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Juan de Miguel Presidente del Grupo SIEC
«Tenemos la intención de entrar en nuevos sectores en los próximos años»Juan de Miguel (Salamanca, 1947) es testigo directo del desarrollo y evolución de Cantabria. No en vano, a través de su constructora, SIEC, ha participado en la construcción de numerosas infraestructuras. Días atrás recibió un homenaje de su plantilla, quizá el que más valor tiene, ... por los 50 años desde que llegó a la Comunidad, un lugar que no abandonaría hasta la actualiadad, donde el Grupo factura 70 millones y tiene 330 empleos directos.
-¿Qué recuerda de aquella llegada a Cantabria en 1973 y los posteriores inicios de SIEC en 1976?
-Vine como delegado de una empresa guipuzcoana. Hubo una crisis tremenda en esos años y la cerraron. A principios de 1976 decidimos continuar aquí, creando lo que era el inicio de la actual SIEC, que en tres años cumplirá medio siglo de trayectoria. Aquellos comienzos fueron muy difíciles, pues prácticamente estaba todo por hacer. Faltaban abastecimientos de agua, saneamientos, no había instalaciones deportivas... Mucho por hacer pero poco presupuesto. Arrancamos poco a poco. La primera obra que cogimos fue el Plan Pas, que abarcaba el abastecimiento de agua desde Castañeda, Puente Viesgo, Renedo y Miengo. Cada ayuntamiento tenía agua en su zona con pozos o manantiales. Hacíamos cosas pequeñas porque teníamos poca capacidad. Hemos ido creciendo poco a poco, sin meternos en grandes problemas. Luego ya llegaron los fondos europeos en los 80 y 90. Fue el gran avance del Grupo, pues se hicieron muchísimas obras de infraestructuras. Llegó un momento en que teníamos una situación económica muy buena. Reinvertimos los beneficios en diversificar el negocio: el Hotel Torresport, el aparcamiento de La Llama (Torrelavega), luego con la Cueva de El Soplao...
-¿Con qué momento se queda de toda esta trayectoria?
-Hemos logrado con los años una plantilla muy equilibrada tras una gran inversión en formación. Hemos conseguido tener un equipo extraordinario. Creo que es el mayor activo que tenemos.
-¿Qué hubiera eliminado de estas cinco décadas de actividad empresarial?
-Lógicamente, todas las cosas que se emprenden no pueden salir bien. En general, no hemos tenido grandes fracasos. Hemos pasado muchas crisis, las primeras las del 73 y el 93. En aquel momento, la mayor parte de las inmobiliarias cerraron. Nosotros tuvimos bastante capacidad para ir evolucionando hacia el sector de la obra pública, que con los fondos europeos concentró un montón de inversiones. Años después hicimos la operación contraria: dejamos el sector público y nos orientamos hacia el ámbito privado, pues así lo demandaba el mercado. Hemos pasado del 80% de obra pública al porcentaje actual en el que la obra privada llega casi al 90%. Eso destacaría de SIEC, nuestra capacidad de adaptarnos a la evolución de la sociedad y la ciudadanía.
-En ese proceso de evolución, la diversificación ha jugado un papel importante en los últimos años.
-Ha sido un proceso positivo. Lógicamente, ha habido momentos mejores y peores. Con la pandemia tuvimos cerrados los hoteles, los centros deportivos o la Cueva de El Soplao. Luego pasó al contrario, en la constructora sufrimos el precio de la energía y las materias primas, mientras el resto de sociedades funcionaba mejor. Creo que lo que hemos hecho mejor ha sido la reinversión de los beneficios, de forma que hemos tenido la capacidad de afrontar las situaciones negativas sin tener que hacer ajustes laborales. Pienso que eso también ha sido fundamental para el reconocimiento que me hicieron días atrás nuestros trabajadores.
-¿Se plantea SIEC seguir entrando en nuevos nichos de negocio?
-Sí. Vemos que hay posibilidades de hacer nuevas cosas. Ahora mismo estamos acabando la transformación digital. Con la pandemia de por medio tuvimos que afrontarla. Estamos incorporando inteligencia artificial y big data a nuestros nuevos procesos para ser más competitivos. Por ejemplo, en la construcción la modelización a través del sistema BIN va a generalizarse en los próximos años. Ya lo hemos aplicado en la obra del Banco Santander. También con nuevas formas de evaluación de todo el proceso, desde el proyecto hasta la explotación del beneficio que consideran multitud de variables, que se certifican por una empresa independiente. Por ahí van ahora las cosas, además de hacer al sector más atractivo para los trabajadores, formándoles en estas tecnologías. Ahora el sector va hacia procesos industriales donde se fabrica en taller y en obra directamente se monta. En Muskiz estamos haciendo un Instituto totalmente de madera. Llega de Suiza ya modelizada y nosotros lo montamos. En dos meses vamos a tener hecho el conjunto del edificio. Hay que seguir siendo competitivo, más con el problema de la falta de personal.
-¿Qué estrategia tiene el Grupo para los próximos años?
-De momento estamos tratando de recomponernos del palo que nos ha supuesto el incremento del precio de la energía y de las materias primas. Ahora mismo estamos montando en todas nuestras empresas instalaciones fotovoltaicas para poder reducir la factura energética, muy importante en el negocio de hoteles o centros deportivos. Para finales del verano estará listo y reduciremos la factura entre un 30 o un 40 por ciento. Tenemos por delante el tema del big data y la modelización, nos llevará un tiempo importante en la formación del personal. Tenemos la intención de entrar en otros sectores en los próximos años. Por ejemplo, el tema del vino blanco que estamos haciendo en Novales, con las primeras cosechas. Si eso funciona y tiene la calidad que nosotros esperamos queremos ampliar la producción y entrar dentro del sector, apoyándonos con otros empresarios. Queremos vender la marca 'Vinos de Cantabria' como conjunto. También estamos interesados en otros productos agroalimentarios para potenciar el desarrollo rural. No lo tenemos muy claro aún, pero creo que vamos a ir por ahí para tratar de dinamizar un poco este sector.
-SIEC es uno de los exponentes de la empresa familiar en Cantabria, con la segunda generación totalmente asentada en diferentes áreas de negocio. ¿Piensa ya en la retirada?
-No (Ríe). Lo tengo muy claro, hasta que el cuerpo aguante. Voy a seguir ahí. Me tendré que adaptar a cada nueva situación que se produzca en el tema personal, pero creo que aporto bastante y que es bueno estar al lado de los demás. Tenemos una organización que funciona con profesionales y con la gente de la familia. Tenemos también un protocolo familiar establecido que nos permite seguir adelante sin mayores problemas. Igualmente, contamos con unos sistemas de gestión muy profesionalizados (calidad, medio ambiente, RSC), hasta avanzar hacia cuestiones como el compliance o el Plan de Igualdad. Se están transmitiendo a toda la plantilla estos métodos. Ahora se habla mucho de innovación. Pienso que si nosotros no lo hubiéramos hecho siempre, ahora no estaríamos aquí. Hemos estado un poco en la vanguardia de cada sector. Fuimos el primer hotel con Q de calidad. En El Soplao, fuimos la primera cueva accesible de Europa. También tenemos un sistema conectado con la Universidad de Almería que nos permite conocer en tiempo real las características ambientales de la cueva, para que no merme la calidad.
-Cincuenta años de trabajo en Cantabria le convierten en testigo privilegiado de la evolución autonómica. ¿Cómo ve Cantabria en la actualidad?
-Ha sido un cambio muy importante a lo largo de estos 50 años. Cómo era la sociedad y el sector nuestro en cualquier momento y cómo es ahora. Ha habido muchísimas inversiones de todo tipo, tanto de las administraciones como de las empresas. Ha cambiado el panorama, las ciudades y las infraestructuras. En muchas de ellas hemos sido protagonistas: instalaciones deportivas, polígonos industriales...
-¿Y cómo ve ahora al sector de la construcción regional?
-Creo que está en un momento interesante. A pesar de la crisis sigue siendo un sector básico. Se seguirán construyendo viviendas: en vez de en venta directa serán en alquiler. Durante muchos años ha habido muy pocas operaciones, por lo que hay un déficit importante. Ahora hay un problema con los tipos de interés, pero pienso que será coyuntural y que dentro de unos meses volveremos a una situación más moderada, de manera que la gente podrá acceder más fácilmente a la vivienda. En cuanto a las administraciones, aún queda mucho por hacer, en función del momento que vivimos.
-¿Casos como el de la investigación en la Consejería de Obras Públicas vuelven a empañar a un sector ya estigmatizado?
-Nos ha perjudicado a todos. Se crea un estado de opinión en el que parece que todo el sector está involucrado. Es un caso muy particular de tres o cuatro empresas, que no tiene que ver nada con la actuación de todos nosotros en el sector. No ha habido ningún otro caso ni creo que lo va a haber. Ha llegado a paralizar obras en marcha, aunque creo que se recompondrá la situación rápidamente.
-¿A usted, en su larga trayectoria, nunca le han pedido una contraprestación para acceder a alguna obra?
-No. Yo creo que como me conoce todo el mundo no me presto a maniobras de este tipo. En los tiempos que vivimos no podemos andar actuando de esta manera. Tiene que estar desechado en nuestro modo de vida.
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