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ESPECIAL PUERTO DE SANTANDER: Jaime González, cinco años al frente del Puerto
ESPECIAL PUERTO DE SANTANDER

Jaime González, cinco años al frente del Puerto

El presidente, que llegó en septiembre de 2015 para relevar a José Joaquín Martínez Sieso en la cúpula de la organización, regresa un lustro después al sector privado tras cerrar en los últimos meses proyectos estratégicos para el futuro de los muelles santanderinos

Jesús Lastra

Santander

Viernes, 29 de enero 2021

El 25 de septiembre de 2015 el Boletín Oficial del Estado (BOE) recogía el nombramiento de Jaime Santiago González López como presidente de la Autoridad Portuaria de Santander, tras el acuerdo adoptado por el Consejo de Gobierno de Cantabria el 3 de septiembre. González venía a relevar en las funciones a José Joaquín Martínez Sieso, en un efecto dominó vinculado igualmente al cambio de siglas en la Administración regional: la alianza PRC-PSOE regresaba a las plantas nobles de Peña Herbosa encabezada por Miguel Ángel Revilla tras las elecciones de mayo y limitaba a una única legislatura el mandato de Ignacio Diego y el Partido Popular.

La llegada de González, con una dilatada trayectoria en el ámbito del transporte y la logística –aterrizó en la Autoridad Portuaria desde la firma Schenker AG en Alemania, especializada en el desarrollo de soluciones para grandes clientes– suponía asimismo un cambio de perfil al frente del Puerto respecto a Sieso, de naturaleza más política tras su etapa como presidente cántabro. González, en cambio, se diferenciaba como una apuesta más técnica llamada a aprovechar el nuevo ciclo alcista de la economía tras la depresión derivada de la anterior crisis de deuda y sus repercusiones en el hipertrofiado sector del ladrillo.

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A tenor de los hechos, los poco más de cinco años del ya expresidente portuario dejan un balance positivo, en los que el ejecutivo se ha caracterizado por su vocación comercial que ha permitido traer nuevas actividades a los muelles de la capital regional. Como ejemplo paradigmático, el tráfico de contenedores promovido por la naviera CLdN, un nicho que ha permitido a la APS reorientar su actividad en busca de la mercancía general, que en su opinión es más estable frente a los vaivenes coyunturales en comparación, por ejemplo, con los graneles sólidos.

En su despedida, de hecho, González defendió que los pilares de la próxima década ya están puestos. Como cierre de su gestión, otro hito para el Puerto: la construcción de una terminal propia de contenedores que levantará y explotará Boluda Corporación. El proyecto, además de una vieja aspiración para Santander, supone un golpe para Bilbao, puesto que Boluda centrará su operativa desde Cantabria con la nueva instalación.

Otro negocio pujante para los muelles capitalinos lo constituye el tráfico de vehículos, con independencia de la contracción que ha vivido la actividad este año por el covid, que ha venido a agudizar la incertidumbre que atenaza a un sector como la automoción. La APS, venía diciendo González en sus apariciones públicas, no podía salir a buscar nuevos clientes por falta de espacio, no por debilidad comercial o de captación.

Para aliviar esta carencia igualmente ha quedado encarrilado otro de los proyectos estrella para el futuro, el nuevo silo de automóviles con capacidad inicial para 3.000 coches y que ocupará una superficie próxima a los 75.000 m2. La obra, adjudicada en agosto, servirá para dotar al Puerto de una herramienta con la que gestionar estos tráficos y liberar otros espacios, puesto que de suelos va más bien escasa la organización.

Esta excelencia ha sido reconocida igualmente por los fabricantes, que han otorgado a la entidad la condecoración en los últimos años como la mejor valorada para el transporte de vehículos.

Preocupado siempre por la falta de espacio e infraestructuras, se planteó incluso actuar como operador ferroviario para impulsar la competitividad de la APS; el futuro silo de automóviles blindará Santander como referente en este campo

La gestión de González ha tenido otros hitos, especialmente reseñables en el contexto de competencia feroz en que se mueve Santander respecto a, por ejemplo, Gijón y, especialmente, Bilbao.

Enero de 2019 fue un momento sobresaliente con el anuncio de una nueva línea de Brittany Ferries para conectar Cantabria con la localidad irlandesa de Cork. El acuerdo, en las narices del Puerto de Bilbao, fue un logro propio del presidente, que aún así tan sólo pudo mantener un año. El responsable portuario achacó la marcha del buque a Bilbao por el daño que están ocasionando las incursiones de polizones a empresas y cargas, uno de los problemas a los que se ha tenido que enfrentar durante su gestión.

De hecho, estos últimos años, el Puerto ha tenido que incorporar nuevas medidas disuasorias como cierres perimetrales más elevados, espacios compartimentados para las cargas o, incluso, el empleo de drones para localizar las infracciones.

Medio y largo plazo

Cuando se le cuestionaba a González, su inquietud y preocupación casi siempre apuntaba al futuro. En ello anda enfrascada la organización con multitud de pasos y acuerdos que transformarán la propia fisonomía portuaria. Como ejemplo, el consorcio formado por el Puerto de Santander, Repsol LNG Holding, ESK y Enagás diseñará y construirá una terminal de suministro de bunker de Gas Natural Licuado (GNL), destinada prioritariamente al abastecimiento de los nuevos buques que Brittany Ferries tiene en construcción, con el 'Galicia' como punta de lanza. El objetivo es satisfacer los requisitos necesarios para superar las barreras existentes en la red de suministro de GNL y proporcionar las instalaciones para el suministro de buques en el enclave portuario santanderino. Este proyecto, con una inversión superior a los 30 millones, llevará a reorganizar el entorno de la estación marítima, entre otros.

La parálisis del Muelle 9 de Raos y la actitud estatal, su gran decepción

Más allá del porvenir, al ya expresidente le quitaba el sueño la falta de infraestructuras para que Santander pudiera competir con armas suficientes en su captación de tráficos. Tanto que se planteó que los propios puertos funcionaran de forma transitoria como operadores ferroviarios, un plan que con su regreso al sector privado no ha podido concretar.

Ese fue uno de sus grandes sinsabores, aunque menor que el fracaso de la construcción del Muelle 9 de Raos. La decisión de la Abogacía del Estado de no poder pactar un acuerdo con la constructora FCC para rescindir el contrato y acelerar una nueva tramitación nunca la entendió. De hecho, ha ralentizado un proyecto que el gestor defiende como estratégico y que siempre ha asegurado que, en cuanto se inaugure, tendrá ya una empresa operando.

González se marcha del Puerto «desencantado» con el sector público en la figura de Puertos del Estado y pocos meses después de que destituyera a la anterior directora, Cristina López Arias, con quien tuvo profundas desavenencias a raíz de las quejas de la comunidad portuaria.

Se va con la previsión de que el Puerto recupere en verano sus niveles precovid, lo que supondría un buen termómetro económico. No verá la potencial ampliación de Coated Solutions, que se escapó a León en 2019 por las trabas administrativas de Medio Ambiente y que no se sabe aún si la empresa retomará un plan alternativo, pero deja el segundo mejor registro de la historia portuaria en cuanto a tráficos.

Apenas tres barcos para batir el récord pero, más importante aún, unos mimbres para poder mantener la competitividad. Esa voluntad en la búsqueda de oportunidades comerciales ha sido uno de los rasgos principales de su mandato.

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