Secciones
Servicios
Destacamos
Esta semana o, a más tardar, la próxima. Esos son los plazos que manejan en la actualidad Liberbank y Unicaja para convocar a sus respectivos consejos de administración y que puedan dar por cerrado un acuerdo para su fusión. Un proceso que ... quedaría sellado de forma definitiva en febrero, cuando ambas entidades celebren sus juntas de accionistas para completar, ahora sí, una operación con la que el banco que integra a Caja Cantabria lleva años coqueteando y que está vez sí que parece se rubricará de forma definitiva.
Según fuentes financieras, las negociaciones están en su fase final y perfilando los últimos flecos para alumbrar la cuarta entidad financiera española, con activos por 109.000 millones. Las conversaciones a día de hoy pivotan en torno a un canje en las acciones alrededor del 59% para la compañía andaluza y el 41% para el banco que dirige Manuel Menéndez. Estas referencias podrían variar algunas décimas, pero no en demasía.
De hecho, el lunes se concretó uno de los últimos escollos para rematar la operación. La Fundación Bancaria Unicaja comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que su participación de control en el banco de raíz malagueña ha sobrepasado el 50%. El movimiento entronca con la actuación aprobada por su junta de accionistas semanas atrás y que se consumó el día 19 de noviembre: una reducción del capital social equivalente a 30,5 millones de acciones, representativas del 1,8966% de la propiedad, mediante la amortización de casi la totalidad de los títulos que formaban la autocartera de Unicaja. «Dicha reducción de capital ha conllevado que, de forma sobrevenida, el porcentaje de participación en el capital (...) se ha situado en el 50,812% de la nueva cifra de capital social tras la reducción, sin que se hayan visto alterado el número de acciones y de derechos de voto de la fundación», expuso en su comunicación al regulador.
RESULTADO
FUTURA CÚPULA
¿Qué supone en la práctica? El peso de la fundación salta del 49,685% al referido 50,812%, lo que confiere margen a Unicaja para flexibilizar su postura sobre la ecuación de canje y acercarse a las aspiraciones de Liberbank sin poner en riesgo el objetivo del presidente de la fundación, Braulio Medel, de atesorar al menos el 30% del capital de la firma resultante tras la fusión. Por debajo de ese nivel, la entidad perdería la consideración de grupo fiscal y con ello notables ventajas impositivas recogidas en la ley de 2013 que convirtió las antiguas cajas de ahorros en fundaciones bancarias. Ese mismo camino ya lo ha recorrido la fundación La Caixa ante el proceso de CaixaBank y Bankia, con el plácet del regulador. El propio Banco Central Europeo (BCE) también ha favorecido el terreno autorizando este tipo de maniobras para facilitar la concentración del sector bancario español.
Noticia Relacionada
Según explicó ayer La Nueva España, la fundación andaluza ostentaría ese ansiado 30% si se pactase un reparto accionarial que diese a los propietarios de Unicaja el 59,04% del capital y el 40,96% restante a los de Liberbank. Una distribución con estos valores se situaría prácticamente en un punto intermedio frente a las posiciones en que las negociaciones encallaron en 2019: el 60%-40% que defendía Unicaja y el 58%-42% que pretendía Liberbank.
Otro de los frentes que todavía está por concretar es el de la gobernanza, aunque en las últimas semanas ha ido trascendiendo el esquema que las partes asumirían. Manuel Azuaga, de Unicaja, sería presidente ejecutivo, mientras que Manuel Menéndez tomaría la responsabilidad de consejero delegado. Aún así, vistos los rangos de la ecuación de canje, la compañía andaluza debería enarborlar el papel que le otorga la etiqueta de entidad absorbente. Este esquema todavía tiene que ser aprobado por el Banco de España.
Las conversaciones para el reparto de fuerzas han ganado velocidad en los últimos días después del cierre de los respectivos 'data room' - el fichero con todos los datos confidenciales de cada entidad- que han escrutado PwC, para Unicaja Banco; y Deloitte, para Liberbank. Se espera que los consejos de administración analicen los resultados de este trabajo de forma inminente.
Así las cosas, lo que en ocasiones anteriores no se pudo cerrar durante meses de negociaciones, en este nuevo intento parece que habrá 'fumata blanca' en cuestión de semanas. La coyuntura vírica y la propia de la banca así lo apremian. Los bancos reguladores, también.
En un contexto de baja rentabilidad bancaria y las exigencias continentales para con el sector bancario, la operación entre Unicaja y Liberbank igualmente obligará a hacer sacrificios al banco que aglutina a Caja Cantabria.
Como ejemplo, según avanzó El Comercio, se da por seguro que la nueva sede social se trasladará a Málaga. Asimismo, todo apunta a que la entidad resultante se llamará Unicaja, aunque aquí sí que se admiten ciertos matices.
A saber, la integración no supondrá un cambio automático en las identidades corporativas, por lo que se considera como altamente probable que Liberbank permanezca durante un tiempo transitorio en los territorios donde mantiene una elevada tradición, como es el caso de Cantabria o Asturias.
Como precedente, el propio nacimiento de Liberbank. La fusión entre Caja Cantabria, Cajastur y Caja Extremadura se remonta a 2011 y en ese mismo año se aprobó la marca comercial Liberbank. No obstante, esa enseña se reservó inicialmente para los territorios de expansión ajenos a los mercados naturales de las antiguas cajas y no se generalizó en el resto hasta dos años después. Durante ese tiempo, Liberbank siguió operando en Cantabria como la clásica Caja. El cambio comercial supone un coste que no se considera prioritario en los compases iniciales.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.