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El parón en las subidas de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) ha cambiado por completo el panorama financiero de las familias españolas, que empiezan a ver la luz al final del túnel en un entorno de crecimiento económico ... mayor al esperado que, entre otras cosas, ha permitido generar empleo y, por tanto, el avance de las rentas salariales y empresariales.
Sin embargo, el impacto de dos años en los que el precio del dinero ha pasado del 0% al 4,5% a una velocidad sin precedentes es aún muy difícil de calcular, con millones de familias endeudadas que aún deben hacer frente al fuerte encarecimiento de sus préstamos derivado de esa lucha contra la inflación.
En concreto, el Banco de España calcula que tras la subida de los tipos de interés, más de una de cada diez familias (un 11,2%) destinan más del 40% de su renta a pagar deudas, según su último Informe de Situación Financiera de Familias y Empresas. Un dato que supera el 10,5% que existía antes del endurecimiento de la política monetaria en 2020, según la Encuesta Financiera de las Familias.
Por aquel entonces, el Banco de España calculaba que existían un total de 10,8 millones de hogares endeudados, con un 1,1 millones considerados como vulnerables. Aunque los datos no son exactos, una simple regla de tres con los datos actuales indicaría que ese número habría subido hasta los 1,20 millones, con unas 80.000 familias más en esta situación.
La parte positiva es que las previsiones apuntaban a que los datos serían mucho peor, y que el porcentaje de familias que destinan la mayor parte de su renta a pagar deudas se dispararía hasta el 13,9%, alcanzando un total de 1,55 millones de hogares vulnerables (380.000 más que en 2020).
El Banco de España valora, de hecho, esa resistencia durante el segundo semestre de 2023, cuando «la situación financiera mejoró en términos de rentas, reducción de endeudamiento y aumento del valor de los activos», a pesar de «un encarecimiento de la nueva financiación y un debilitamiento de los flujos de crédito».
Es más, en el tercer trimestre de 2023, la renta de los hogares se vió impulsada por el empleo, con una variación interanual de la remuneración de los asalariados (ajustada por inflación) del 5%, alcanzando un nivel en torno a un 6% por encima de los niveles prepandemia. «El fuerte repunte del gasto en consumo propició una disminución de la tasa de ahorro de 2,8 puntos porcentuales, hasta el 9,1%», indica en su informe el Banco de España.
Del documento también se desprende que buena parte de ese ahorro se ha destinado a amortizar deuda, que, junto a una mayor restricción al crédito y el «efecto del alza de la inflación sobre las rentas nominales», ha derivado en que la ratio de de endeudamiento de los hogares se redujera hasta el 76,6% de la renta bruta disponible, su nivel más bajo desde 2022 y 12 puntos por debajo de la media de la Unión Europea, donde el porcentaje ronda el 89%.
Pero cuidado. Eso no quiere decir que muchas familias no tengan problemas por sus elevados niveles de deuda, ni mucho menos. El Banco de España constata que los préstamos variables han sido el gran quebradero de cabeza de los hogares con hipotecas, con intereses que se han disparado al calor de la escalada del euríbor. En concreto, el supervisor calcula que el coste medio de la deuda bancaria de los hogares se elevó hasta el 4,6% en noviembre de 2023, frente al 2,3% de diciembre de 2021. Es decir, las familias han visto como el coste de su deuda con los bancos se ha duplicado en apenas dos años.
Si nada se tuerce, los hogares podrían empezar a notar cierto alivio ya en este primer trimestre del año, con el Banco de España anticipando que la traslación de las subidas de tipos de interés a la economía real ya está prácticamente completada.
Sin datos aún para anticipar lo que ocurrirá, el supervisor realiza una simulación a partir de cifras de la Central de Información de Riesgos (CIR) que apunta a que un 10% de las hipotecas a tipo variable de los hogares verían reducido su coste en, al menos, 50 puntos básicos hasta marzo de 2024.
De hecho, la subgobernadora Margarita Delgado ya anticipó hace unos días que «con las curvas de tipos actuales, un 29% de hogares experimentaría bajadas de tipos en este primer trimestre del año». «Para este período de cuatro meses habría una parte importante de la cartera a tipo variable —entre el 60% y el 70%— que no estaría sujeta a revisión y por tanto no registraría variaciones en su coste», añade el supervisor.
En todo caso, la simulación a partir de los datos de la CIR indicaría que queda un 7% del saldo vivo que vería incrementado su coste en 100 puntos básicos o más entre diciembre de 2023 y marzo de 2024, ejercicio en el que el pago de los intereses iría moderándose de forma gradual, estabilizándose ya en 2025, aunque en niveles todavía superiores a los vigentes antes del ciclo de endurecimiento de la política monetaria, según el Banco de España.
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