Revilla denuncia la «enorme demora» del Estado ante la petición de ayuda de Solvay para sus inversiones energéticas

Porque los plazos cada vez aprietan más y los fondos europeos, a diferencia de otros países, no llegan. Solvay está embarcada desde hace meses en conversaciones con los Ministerios de Industria y Transición Ecológica para buscar un encaje a sus planes inversores con objeto de abandonar el carbóny emplear una caldera de combustible sólido recuperado en las diferentes líneas de ayudas integradas en el Plan de Recuperación armado con dinero comunitario. El propio presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, censuró que «la pena es que la teoría no coincide con la práctica. Hay proyectos que tenemos presentados por empresas muy potentes que quieren ponerse al día, pero vemos una demora enorme en que esas ayudas lleguen», criticó.

Revilla se pronunció así durante la inauguración de la Jornada 'Transición Energética en Cantabria', celebrada en la sede de El Diario en colaboración con la Asociación para la Transición Energética (ATE). «Hago un llamamiento a que el Gobierno central apoye esos fondos para proyectos ya embarcados en inversiones», afirmó, sin citar a Solvay. El director general de la compañía, Jorge Oliveira, le escuchaba atento en las primeras filas.

«Me consta que en otros países están teniendo otros apoyos», abundó el presidente regional. Cierto. Sin ir más lejos, divisiones de Solvay en Francia o Alemania ya han recibido transferencias para sus planes energéticos procedentes del dinero europeo repartido por dichos países. Como ejemplo, la planta gala ha obtenido 65 millones. Sólo la nueva caldera de Solvay en Torrelavega conlleva una inversión próxima a los 120, que iría incrementándose con diversas líneas y fases de proyectos para despedir de una vez por todas a los combustibles fósiles.

En España, de momento, la compañía no sabe nada a pesar de que van llegando las primeras transferencias millonarias de Bruselas. Solvay tiene en su cambio energético un proyecto crucial para su propia viabilidad en Cantabria y en España, puesto que debe abandonar la combustión del carbón en enero de 2025. De hecho, mantiene avanzadas conversaciones con empresas que puedan ejecutar la planta de combustible sólido recuperado, que se implantará en el propio complejo de Barreda.

El malestar en el Ejecutivo es evidente, toda vez que la química es una pata fundamental de la industria autonómica. Entre empleos directos, indirectos e indirectos se estima que genera unos 4.000 puestos de trabajo. Ahora, todo el futuro depende igualmente de que la Administración central quiera apoyar a la compañía, como percibe la multinacional en otros territorios.

La cuestión es esa, el carácter global de la corporación, que en sus centros de decisión de Bruselas observa con sorpresa que Madrid no respalda en la misma medida sus propuestas como en otros territorios. Si no se confirman ayudas, el riesgo para el futuro es claro.

Durante la jornada, que contó igualmente con la bienvenida de Antonio Cordón, presidente de la ATE; y Luis Revenga, presidente de Editorial Cantabria, también se oyó la voz de los ayuntamientos. Como presentación, a través de Pablo Diestro, presidente de la Federación de Municipios de Cantabria. «Debe haber un equilibrio entre medio ambiente y economía. Desde los municipios se valora que Obras Públicas delimite espacios de exclusión eólica», dijo.

No obstante, el tema de los aerogeneradores es foco de controversia, como evidenció la concentración previa antes de la jornada para reclamar una «transición energética justa». En cambio, sobre el terreno se pronunció Julián Fuentecilla, alcalde de Soba, municipio que convive con los molinos desde 2007, cuando se empezó a levantar el Parque Eólico de Cañoneras. «El Parque nos ha generado unos recursos importantísimos, unos cuatro millones en estos años. Hemos mejorado las infraestructuras, remodelado antiguas escuelas, hecho parques públicos... Es una mentira total que el turismo se haya resentido, se habrá multiplicado por 20», analizó.

Otros protagonistas fueron Jorge Muyo, director de Innovación del Ejecutivo, que recordó que casi el 70% de los Fondos Feder europeos se dedicarán a innovación y transición energética; o Mario Mañana, vicerrector de la Universidad de Cantabria, que recordó que la Comunidad tiene un déficit energético de 2.800 teravatios por hora.

El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, fue el encargado de clausurar la jornada (lo hizo a través de un vídeo) y en su intervención explicó que en la transición energética es una de las piezas que integran el 'pool' de la transición ecológica. España debe cumplir con los compromisos adquiridos en la lucha contra el cambio climático y, en esta línea, recordó que «el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima determina la senda más adecuada para maximimizar los beneficios para la economía, la salud, el empleo y el medio ambiente y reducir los costes a los agentes con más emisiones de CO2».Morán reconoció la preocupación por la subida de costes de la energía y la necesidad de reducir la dependencia para favorecer el ahorro de las familiasy la competitividad de las empresas. Para ello, apostó por la instalación de parques eólicos y plantas fotovoltaicas, pero en las zonas adecuadas e informó de una herramienta, la zonificación cartógráfica que puede ser de gran ayuda.