Secciones
Servicios
Destacamos
PatricIA DELGADO
Martes, 1 de junio 2021, 14:16
Perfil
Como buen ingeniero informático, Manuel Coterillo es un apasionado de las nuevas tecnologías y considera que la constante generación de datos e informaciones son el petróleo del siglo XXI. Desempeña la importante labor de analizar todo este material para convertirlo en conocimiento útil para la toma de decisiones dentro de un campo concreto: la cadena de suministro. Una labor que desarrolla desde la consultoría LIS Data Solutions, en la que ejerce como CEO desde 2020.
–¿Cómo definiría usted un territorio rural inteligente?
–Como aquel que sea capaz de generar nuevos ecosistemas combinando los recursos existentes y las posibilidades que nos ofrece la tecnología, siempre con una mirada transversal de sostenibilidad a todos los niveles, no solo medioambiental.
El medio rural tiene una gran oportunidad para acortar el abismo con el medio urbano que originó la industrialización. En la época dorada de la fabricación, los pueblos comenzaron su pérdida de población, que emigraba a las ciudades en busca de trabajo, generando un círculo cerrado: la población se fija en los nuevos centros de empleo, y los recursos se desarrollan en estas áreas geográficas, dejando en decadencia todos los territorios que no puedan beber de esa nueva economía. Ahora, la digitalización y la descentralización de la actividad económica que permite la tecnología, vuelve a hacer de los entornos rurales actores importantes en la sociedad el siglo XXI.
–¿Cree que la crisis sanitaria ha puesto en el centro del debate público la necesidad de invertir en la evolución de las zonas rurales?
–En la línea de lo que comentábamos, la pandemia ha acelerado el cambio de paradigma ya iniciado, la digitalización. El teletrabajo se ha visto impulsado, o mejor dicho, implantado, de golpe fruto de una necesidad, pero ha llegado para quedarse. Cada vez hay más profesionales que pueden desarrollar su actividad a distancia, y más puestos de trabajo que permiten esta deslocalización, con la única premisa de contar con una buena conexión. Si unimos esto a la creciente toma de conciencia medioambiental del conjunto de la sociedad y a un modelo urbano en el que cada vez es más difícil vivir por la escasez y precios de la vivienda, la contaminación, el tráfico… Tenemos como resultado un cambio de mentalidad, que lleva a mucha gente joven, y no tan joven, a plantearse el medio rural como alternativa vital, sin que esto implique dedicarse al sector primario, como hasta ahora.
–¿Cuáles cree que son los principales problemas que acusan las zonas rurales y que son más urgentes de atajar?
–Sin lugar a dudas la conectividad. Es necesario contar con ancho de banda de calidad en las zonas rurales, para convertir el medio rural en una alternativa real y factible para aquellas personas que quieran desarrollar su proyecto vital y profesional en estos entornos. Garantizada la conectividad, condición indispensable para el asiento de nueva población, son imprescindibles también servicios básicos como educación, sanidad o transporte, de cara a posibilitar que gente joven con hijos decida quedarse o irse a vivir al campo. Hay que romper la tradicional línea causal: a más población más servicios, y apostar por el recorrido inverso: a más servicios más población.
–Los nuevos paradigmas sitúan la digitalización y la innovación como pilares de este proceso de cambio, ¿podemos situar aquí la cadena de suministro 4.0?
–La cadena de suministro 4.0 es la versión digitalizada de la cadena de suministro tradicional. Utilizamos la tecnología para digitalizar y transformar los procesos productivos, aumentando su eficiencia y productividad a través de la analítica de datos y la inteligencia artificial, entre otras tecnologías. Esto supone un cambio de paradigma sobre todo en la toma de decisiones. Ahora, a la experiencia y el conocimiento de directivos, encargados y operarios añadimos los datos, para simplificar los complejos proceso decisorios que son, además, más acertados. Y el avance no se queda ahí, con grandes series de datos podemos prever escenarios futuros que nos permiten trabajar sobre certezas, eliminando todas las incertidumbres inherentes a los procesos de negocio, en este caso a todos los eslabones de la cadena de suministro, desde transporte hasta compras, pasando por producción… La cadena de suministro se vuelve más eficiente y rentable.
–¿En qué ámbitos o áreas se aplica la cadena de suministro 4.0?
–En todos aquellos en donde exista un proceso productivo, es decir, en todos. Ahora mismo estamos utilizando la big data e inteligencia artificial para predecir la demanda de productos, y poder adecuar el conjunto de la cadena de suministro a la demanda real de las referencias de un negocio, sea del tipo que sea, también de aquellos integrados en el sector primario; o para llevar a cabo el mantenimiento predictivo de la maquinaria industrial, adelantándonos a posibles fallos que pueda llegar a tener para incrementar su productividad y vida útil.
–¿Hay algún sector o línea de trabajo en el que los entornos rurales tengan especial potencial?
–En mi opinión, hay dos grandes líneas de trabajo en el ámbito rural, por potencial y por necesidad: La primera es aquella que engloba todo lo relacionado con el sector primario. La agricultura y la ganadería son sectores que se pueden aprovechar mucho de la tecnología, para aumentar su competitividad y eficiencia.
La segunda, todo lo relacionado con la preservación de medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Este es un gran reto para la sociedad en su conjunto, y soy un firme defensor de que la tecnología nos va ayudar mucho a entender y poder combatir el calentamiento global, por ejemplo.
–Dice usted que los datos y la información son el petróleo del siglo XXI, ¿cómo pueden utilizarse en beneficio de las zonas rurales?
–Los datos siempre han estado ahí, pero ahora que podemos compilarlos y tratarlos, tenemos la posibilidad de beneficiarnos de la información que nos aportan, con la trascendencia que eso tiene. La Analítica Avanzada de Datos está cambiando nuestro mundo, por poner un ejemplo sencillo lo podemos equiparar con la llegada del diagnóstico por imagen en el sector sanitario. Hasta ahora trabajábamos únicamente en base a la experiencia y conocimiento de los equipos, ahora podemos hacer 'radiografías' del paciente para facilitar diagnósticos más acertados, y no solo en el presente, también a futuro.
El big data y la inteligencia artificial son aplicables a cualquier sector de actividad, a los que no escapa el primario. Las zonas rurales pueden beneficiarse de la revolución del dato para hacer más eficientes y rentables las explotaciones agrícolas o ganaderas mediante sistemas de predicción de la demanda o mantenimiento predictivo; monitorizando vía satélite grandes áreas de cultivo para su control y seguimiento; implementando sistemas de detección de especies invasoras; vigilancia del estado de los cortafuegos para la prevención de incendios forestales; minimizando los recursos consumidos para lograr los mismos niveles de producción, y esto son solo algunos ejemplos.
–¿Está la población de estos lugares abierta al cambio?
–Yo creo que sí, y en esta pandemia hemos visto una importante apertura a la tecnología, no solo de la gente joven. Es admirable como muchas personas mayores se han adaptado a las nuevas formas de comunicarse y como muchos negocios han luchado contra la dura situación que nos ha tocado vivir lanzándose al mundo digital a través de whatsapp, venta online, sistemas de reparto colaborativos a través de apps…
Poco a poco la tecnología está llegando al sector primario, hay grandes proyectos consolidados en agricultura, ganadería, ámbito de la madera, alimentación… lo que estamos viendo ahora es que los pequeños y medianos negocios se suman a esta revolución y empiezan a percibir la tecnología como medio para ganar en eficiencia.
– ¿Qué lugar cree que deberían ocupar las entidades públicas en esta evolución del medio rural?
–El apoyo institucional es fundamental para afrontar los cambios necesarios de cara a impulsar de nuevo el medio rural. Sin una firme apuesta pública por la conectividad, por ejemplo, es muy difícil que las empresas privadas hagan llegar la banda ancha a zonas alejadas y poco habitadas, por cuestiones tanto técnicas como económicas. Sin una apuesta pública por descentralizar servicios y llevarlos a los núcleos rurales como medio para fijar población es difícil que, sobretodo la gente joven, se anime a emprender y vivir en nuestros pueblos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.