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La tormenta económica que está generando la crisis del coronavirus en España, y por extensión en Cantabria, empieza a alcanzar las peores estimaciones manejadas en los primeros días de paralización de la actividad. Sin producción no hay empleo, y así lo están constatando en el Gobierno de Cantabria. Los últimos datos ofrecidos ayer por la Dirección General de Trabajo relativos a la solicitud de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) totaliza las peticiones en 7.650 suspensiones hasta el momento. En el otro lado de la cadena productiva, esos recortes registrados ante la Administración afectan a cerca de 45.000 trabajadores en la Comunidad.
El Ejecutivo ha tramitado hasta la fecha 2.411 ERTE directamente motivados por la emergencia sanitaria. La Consejería de Empleo precisó que en los últimos días ha seguido cayendo el volumen de entrada de peticiones, con una media de 150 diarias. Según abundó el director de Trabajo, Gustavo García, desde el martes de la pasada semana se contabilizaron 650 registros. En estos momentos, según los datos que aportan los expedientes que se han gestionado, se puede establecer una media aproximada de seis personas trabajadoras por empresa.
Los 2.411 expedientes de ERTE en trámite suponen el 31% del total y afectan a 15.003 personas trabajadoras. De ellos, 2.290, el 95%, son por causa de fuerza mayor y 121, el 5% restante, por otras razones organizativas, productivas o económicas. De estos expedientes, 2.000 están resueltos y comunicados al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
7.650expedientes de regulación temporal de empleo tiene ya el Gobierno cántabro.
Por sectores, hostelería, alojamientos turísticos y pequeño comercio representan el 40% de los casos totales registrados. También cabe destacar el resto de negocios que tuvieron que cerrar con la entrada en vigor del estado de alarma, como son actividades de enseñanza, actividades deportivas, peluquerías y estética, centros de fisioterapia, talleres de reparación o clínicas dentales. De este modo, el mayor porcentaje se corresponde con personas autónomas y pymes.
Desde la dirección General de Trabajo se recordó de nuevo que las empresas pueden acudir al Servicio de Empleo Estatal (SEPE) para cursar la solicitud de la prestación correspondiente de sus trabajadores, independientemente del estado de tramitación del ERTE, y que «los trabajadores no tienen que realizar ningún trámite, ya que la gestión se realiza directamente entre las empresas y el SEPE».
Para agilizar el pago de las prestaciones por desempleo, el SEPE está reconociendo las prestaciones incluyendo a los hijos e hijas a cargo en los casos de trabajadores sobre los que este organismo ya tiene datos, porque han sido beneficiarios de sus ayudas con anterioridad, informó la Consejería.
Por otro lado, la libertad otorgada por Moncloa para reanudar la actividad en sectores no esenciales, en especial en parte de la industria y en la mayoría de la construcción, no supondrá la normalización del negocio de varias grandes fábricas de Cantabria.
Ni mucho menos. Como ejemplo Global Steel Wire, que acaba de firmar un ERTE mientras dure el estado de alarma con peores condiciones que el ajuste ya rubricado en diciembre para 2021 y 2022. Esta nueva regulación, para los 620 trabajadores que conforman la plantilla, reposaba en causas de fuerza mayor para la fábrica de Nueva Montaña, en especial por la falta de chatarra y la caída de ventas dada la especial coyuntura.
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De hecho, la compañía, tal y como ha trasladado a los sindicatos, prevé parar el complejo santanderino durante varios días. La estimación que se maneja a estas horas es que la regulación afecte ya al turno nocturno de hoy o al matutino de mañana. El arranque se produciría el 22 o el 23 de abril.
La factoría que BSH posee también en la capital cántabra igualmente está viendo trastocada su hoja de ruta. De momento ha retrasado su vuelta a la actividad, prevista para el día 20, hasta el 27 debido a la falta de garantías de suministro continuo para poder fabricar las encimeras, en especial de sus proveedores procedentes de Italia.
Otras fábricas han vuelto de forma progresiva como Bridgestone. Otras, caso de SEG Automotive en Treto, firmaron un ERTE de seis meses para tener margen de maniobra ante las complejas circunstancias.
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