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Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente. DM

La transición energética clave para la lucha contra el cambio climático

Ni todos los proyectos en tramitación podrán ser aprobados, ni los proyectos que han de aprobarse podrán llevarse a cabo, en algunos casos, en los términos en los que se planteen

Hugo Morán

Madrid

Viernes, 31 de diciembre 2021, 07:26

Tenemos un desafío con respecto al planeta y nosotros mismos: eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero, descarbonizar nuestra forma de producir y mantener la biodiversidad. La Unión Europea y España estamos trabajando en ello teniendo en cuenta los límites del planeta, cuyos recursos no son ilimitados.

Hay relación entre la transición energética y los compromisos de España en materia de cambio climático. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima define los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, penetración de las energías renovables y eficiencia energética. Este plan maximiza beneficios y oportunidades para la economía, el empleo, la salud y el medioambiente, preservando este.

La lucha contra el cambio climático no nos permite retrasar la adopción de medidas en materia de mitigación con el máximo respeto y equilibrio entre necesidades energéticas, medioambientales y sociales.

España cuenta con un enorme potencial tanto eólico como solar, además de empresas punteras a nivel internacional que fabrican los bienes de equipo, de instalación y mantenimiento. Se creará actividad económica, empleo, reducirá nuestra dependencia energética del exterior y abaratará el coste de generación de electricidad.

Debemos ubicar las plantas de energías renovables en zonas ya transformadas por el ser humano, como puedan ser las cubierta de los edificios, espacios urbanos, industriales y la apuesta por el autoconsumo. Aunque esto no cubrirá la totalidad de nuestras necesidades. Es necesario no poner en riesgo la seguridad de suministro y la suficiencia en una economía altamente electrificada.

Debemos conciliar la integración de las comunidades locales, el aprovechamiento de recursos endógenos, el respeto a la riqueza natural y la compatibilidad de las actividades económicas de cada territorio.

Hay lugares en los que las figuras de protección hacen inviable esa ubicación, y donde si sea viable será muy exigente el trámite de evaluación del impacto ambiental. No se autorizarán aquellos proyectos que conlleven afecciones severas y se impondrán modificaciones cuando sea necesario corregir sus previsibles impactos.

Todo un reto para las distintas administraciones que hemos de cooperar de manera reforzada en esta materia. El procedimiento de evaluación de impacto ambiental es un proceso participativo que incluye trámites de información pública que permiten a cualquier interesado formular observaciones.

En todo lo que tiene que ver con la protección ambiental es clave la colaboración de todos, también de los promotores de los proyectos, dado que son ellos los deciden inicialmente cuales son las ubicaciones idóneas para sus inversiones.

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