El vehículo chino irrumpe en el mercado cántabro y multiplica por 13 sus ventas en el último año

En cifras, de las 13 matriculaciones registradas entre enero y agosto de 2022 se ha pasado a las actuales 163. La tendencia cántabra la aglutina MG, aunque se está a la espera de que otro tipo de empresas desembarquen en el corto plazo en las estadísticas autonómicas. Como referencia, País Vasco ya vende modelos de hasta diez firmas diferentes.

La realidad es que, en el caso de MG, ya supera en la actualidad a otras marcas históricas como Ford, Opel o Peugeot. A fecha de finales de agosto, las matriculaciones procedentes de China significaban el 3,7% de las 4.381 registradas en la Comunidad, frente al 0,3% de 12 meses antes, cuando se contabilizaban 3.804 coches vendidos. En 2021, de hecho, ni figuraban en la lista de transacciones.

Los datos atañen tanto a motores eléctricos como de combustión, pero evidencian una realidad que está ocurriendo en la industria de la automoción a todos los niveles y en todas las tecnologías: China, a pesar de los problemas de la pandemia y las posteriores derivadas económicas, mira hacia el resto del planeta, especialmente a Europa, con varios planes de expansión. Como última prueba, el pasado agosto el coche más vendido en España fue el MG ZS con 1.916 unidades. El vehículo de gasolina del grupo chino Saic desbancó al Dacia Sandero, que por su bajo precio gozaba de esa posición.

La evolución no ha pasado desapercibida en las altas esferas de la Unión Europea. Al contrario, en el caso concreto del vehículo eléctrico la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció días atrás una investigación para determinar si las marcas chinas cuentan con un apoyo del Gobierno de Xi Jinping que sea ilegal y que vulnere la libre competencia con los fabricantes continentales, más en un territorio como el europeo donde la industria de la automoción tiene un papel fundamental como elemento tractor de la economía y el empleo.

La respuesta al anuncio de Von der Leyen no se hizo esperar, ya que no pasaron ni 24 horas para que China reaccionara con dureza calificando de «proteccionismo flagrante» la medida de la Comisión. Además, Pekín amenazó con las consecuencias sobre la cadena de suministros que podría tener una «perturbación de la competencia en el despliegue del coche eléctrico».

Aun así, el proceso parece imparable. Todo ello a pesar de que el arancel actual en la UE para los automóviles procedentes del país asiático alcanza el 10%. Sin embargo, la rebaja estimada en el precio que ofrecen los enchufables chinos frente a los eléctricos europeos se aproxima al 20%. De ahí que el Gobierno de Xi Jimping tenga una estrategia clara, con el objetivo de exportar 800.000 unidades a Europa ya en 2025.

Para ello, incluso, ha dado un paso más: la instalación de centros de producción en el Viejo Continente. Incluso en España. Tal es así que el fabricante BYD ha visitado Gijón y Vigo para la potencial puesta en marcha de una factoría de vehículos eléctricos. No es la única empresa que sigue esta línea, lo que da pie a pensar que China ha llegado para quedarse.