Alquiler residencial vs. alquiler turístico en Santander: ¿qué me conviene más?

Santander es un enclave de primera para vivir o para ir de vacaciones. Aquellos que se mudan a la capital cántabra disfrutarán todo el año de las bondades de una tierra que, los que solo van de paso como turistas, tendrán que exprimir al máximo para no perderse nada. Del lado de los propietarios, ambas posibilidades deben ser analizadas al detalle para ver si conviene poner su piso de alquiler en el corazón de Cantabria a una familia con intención de habitarlo varios años o a viajeros que busquen un alojamiento que les haga sentir como en casa por unos días.

A pesar de los cambios introducidos por la nueva Ley de Vivienda, alquilar un piso sigue siendo una opción más que rentable para la mayoría de los propietarios. No obstante, hay que estudiar muy bien la inversión. En primer lugar, la localización es un factor determinante. Es esencial que la vivienda en cuestión esté ubicada en una zona donde la demanda de inquilinos esté garantizada, con el fin asegurar que siempre haya un contrato en vigor y, por tanto, unos ingresos recurrentes cada mes que vayan amortizando poco a poco el importe invertido en la compra del inmueble.

No obstante, aunque el alquiler residencial proporciona un extra muy atractivo, el de carácter vacacional puede superar los rendimientos ofrecidos por los inquilinos de larga duración, con la ventaja de que incluso podemos utilizar esa vivienda nosotros mismos cuando esté desocupada. En cualquier caso, este tipo de arrendamiento exige un mayor esfuerzo, ya que implica estar pendiente de las reservas. Actuar como anfitrión de un piso turístico consume más tiempo que alquilar la casa por periodos más largos.

Sea de una forma o de otra, lo cierto es que tener una vivienda en propiedad es un activo valioso que es interiorizado por los españoles como una garantía para la jubilación. No cabe duda de que somos ricos en ladrillo, a pesar de que el mito de que la vivienda nunca baja ha quedado desmontado tras la crisis de 20008. En este sentido, el patrimonio inmobiliario representa el principal destino del ahorro en España, convirtiéndonos en uno de los países que más importancia le da a este método de inversión.

Cantabria rozó los 600.000 habitantes según el último padrón del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondiente a 2022. Casi el 30% de la población se concentra en su capital, Santander, que superó los 170.000 habitantes, lejos de Torrelavega, que con algo más de 51.000 se colocó la segunda en el ranking.

La capital cántabra aúna a la perfección esa doble vertiente que anunciábamos anteriormente. Por un lado, es el centro administrativo de la región. Se trata de la ciudad de la autonomía donde existe más actividad empresarial y, por tanto, más ofertas de empleo. Por otro lado, es una joya turística de alto nivel que mira al mar, con playas estupendas y monumentos que sería un pecado perderse.

Para decidirse entre el alquiler residencial y el turístico, más allá de preferencias personales, hay que echar un vistazo a la evolución de los precios. Según el informe de precios de alquiler de pisos.com, Cantabria fue la tercera región que más subió sus rentas frente al año pasado, un 14,95%, marcando un precio de 8,61 euros por metro cuadrado y situándose como la sexta autonomía más cara del país. Por su parte, Santander registró en julio de 2023 un precio medio de 10,58 euros por metro cuadrado, un 7,79% más que hace un año. Esta mensualidad la situó como la décimo sexta capital más cara para los inquilinos. De este modo, un piso tipo de 90 metros cuadrados costaría una media de alrededor de 950 euros mensuales.

De lado del alquiler turístico, las cifras también convierten la inversión en vivienda en esta zona del norte peninsular en un gran acierto. El informe de precios de costa de pisos.com sitúa la costa cántabra en una posición intermedia, con un incremento interanual en los precios del 5,77%. Así, alquilar un piso durante una semana costaría 660 euros, por encima de sus vecinas la costa Verde (5760 euros/semana) y Rías Altas (530 euros/semana), pero por debajo de la costa Vasca (847 euros/semana).

Atendiendo a las cifras, el alquiler turístico es claramente ganador en términos de rentabilidad, así que es cuestión de interrogarnos sobre aspectos como nuestra tolerancia al riesgo o nuestra propia flexibilidad para gestionar el trabajo que supone cada una de estas modalidades de alquiler. Tal y como apunta Ferran Font, director de Estudios de pisos.com, «un alquiler turístico te obliga mucho más porque hay una rotación altísima», añadiendo que «hay que preocuparse más: limpiar, ordenar, reparar…». A cambio, la recompensa merece la pena, pues el arrendamiento vacacional «puede llegar a ser un 150% superior al residencial y se coloca por encima del tradicional en el momento que se tiene arrendado unos 18-20 días».