Belarra se echa su partido a la espalda y recupera los mensajes duros para no ceder terreno

Podemos inició con dudas su primera campaña electoral a nivel nacional sin el liderazgo de Pablo Iglesias, relegado a un par de actos en Canarias (el sábado pasado)y en Mallorca (mañana). Pasada una semana, desde la dirección de la formación trasladan mensajes más optimistas:«Estamos aguantando bien, queda partido».

Liberada de la sombra del histórico líder, a quién Belarra le pidió expresamente convertirse en un «activo mediático», y con su número dos, Irene Montero, convertida en el principal reclamo para el sector duro de la militancia morada, «la jefa» de Podemos se ha echado el partido a sus espaldas y elevado el tono de sus mensajes para convertir cada acto en un plebiscito sobre la ley de vivienda en el que no ahorra descalificativos hacia el PSOE. Una táctica dual con la que, por un lado, suspenden la orden de no hacer fuego amigo con la que encararon las últimas generales, lo que al mismo tiempo les permite pelear por las banderas sociales de las que también trata de apropiarse Ferraz.

Este viernes, en un mitin en el Palacio Euskalduna de Bilbao, la ministra de Derechos Sociales acusó a los socialistas de «arrodillarse ante Marruecos»por su respaldo al plan de Rabat de autonomía del Sáhara Occidental. También del ascenso de Arturo Espejo, «un guardia civil –sostuvo Belarra– vinculado con la muerte de Mikel Zabalza». La líder de los morados orilló sus críticas a Vox y PP y puso en la diana a un PSOE «que se arrodilla» y al que, afirmó, «no se le pueden creer sus promesas».

Esta estrategia la complementan a diario con anuncios contundentes, como el registro de una proposición para ilegalizar a las empresas dedicadas a la desokupación, y acciones llamativas:Belarra luciendo una camiseta del hermano de Ayuso en plena sesión de control al Gobierno en el Congreso. A tenor de las encuestas, estos movimientos están permitiendo a los morados no ceder terreno y mantenerse por encima del 5% del voto, el límite fijado por ley para obtener representación, en plazas clave para la izquierda como la Comunidad Valenciana o Madrid. Un hecho que al mismo tiempo beneficia directamente a los socialistas –que evitan devolver el fuego a su socio de Gobierno– y a otras organizaciones como Compromís o Más Madrid, formaciones en la órbita de Sumar, la plataforma de Yolanda Díaz, y con los que mantienen un pacto de no agresión hasta después del 28 de mayo.

Fuentes del espacio confederal reconocen que en las encuestas internas que manejan auguran una remontada en «zonas prioritarias» y la movilización de su electorado potencial, donde una pieza clave es la alianza de IU en diez comunidades autónomas para concentrar el «voto útil» a la izquierda del PSOE.

Para ello, están aplicando una estrategia de reivindicarse como la formación «valiente» de izquierdas, tanto a nivel de propuestas como de discurso, donde enfatizan su diferencia con socialistas y otros partidos progresistas. «La vivienda debe ser el asunto central de la campaña, al PP le está viniendo mal cebarse con la cuestión de las listas de Bildu», resumen.