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josé félix cachorro
Miércoles, 20 de enero 2021, 21:15
Kamala Harris completó ayer otro hito más en su carrera política al convertirse en la primera vicepresidenta de Estados Unidos. La exsenadora negra juró el cargo en un Capitolio donde imperaron las restricciones sanitarias por la pandemia y las medidas de seguridad. Harris recitó ... el texto protocolario ante la primera jueza hispana del Tribunal Supremo, Sonia Sotomayor. La política demócrata tuvo gestos simbólicos hacia las minorías étnicas. Usó dos biblias: una de una vecina negra, que fue como su segunda madre, y otra que perteneció al primer afroamericano del Tribunal Supremo, Thurgood Marshall. Harris lució prendas de los diseñadores negros Christopher John Rogers y Sergio Hudson, y vistió de púrpura, en homenaje a Shirley Chisholm, la primera afroamericana en aspirar a la Presidencia.
Harris fue escoltada al acto de la toma de posesión por Eugene Goodman, el policía del Capitolio que encarnó la resistencia frente a partidarios de Donald Trump que asaltaron el Congreso el 6 de enero.
La ceremonia contó con la presencia de su marido, Douglas Emhoff, un abogado judío especializado en casos relacionados con los medios de comunicación, el deporte. El primer 'segundo caballero' del país estará en excedencia para apoyar a su compañera en su nuevo puesto. Ya se apartó de su profesión el pasado agosto, cuando su esposa fue designada candidata a la Vicepresidencia. Emhoff, divorciado, tiene dos hijos veinteañeros de su primer matrimonio, que llaman cariñosamente Momala a su madrastra.
La mano derecha de Joe Biden no cumple los cánones de una trayectoria política convencional. Si Barack Obama ya rompió moldes como primer presidente negro de la historia, Harris los destroza como primera vicepresidenta. Además, tiene orígenes nada comunes entre la clase dirigente del país. Fue la primera mujer con raíces en el sur de Asia en llegar al Senado y la primera negra en la Fiscalía General de California.
Procede de una familia dedicada al estudio y la universidad. De hecho, la exsenadora tiene una doble licenciatura en Ciencias Políticas y Económicas en la Universidad de Howard y una licenciatura en Derecho por Hastings. Su padre, Donald Harris, que emigró de Jamaica en 1961, es profesor emérito de Economía en la Universidad de Stanford. Su madre, Shyamala Gopalan, fallecida en 2009, llegó a EE UU desde la India en 1960 para doctorarse en endocrinología por Berkeley. Fue una investigadora del cáncer de mama y una activista por los derechos humanos, lo que influyó en su hija. Kamala ya conoció de cerca los movimientos sociales en su Oakland (California) natal durante su adolescencia. «Mi madre a menudo me decía: 'Kamala, tal vez seas la primera en lograr muchas cosas. Asegúrate de no ser la última'», recordó en 2019.
Fiel a sus convicciones y de firmes decisiones, la vicepresidenta fue conocida por su determinación como fiscal en San Francisco, donde se especializó en homicidios, robos y agresiones sexuales. En esta etapa impulsó un programa pionero que ofrecía a los condenados la posibilidad de obtener un diploma de Secundaria y encontrar empleo. Su ideario se basaba en acabar con los delitos sin usar castigos excesivos, en promover la reinserción.
El siguiente paso sería la Fiscalía del Estado de California, que parecía reservada para un varón republicano y blanco pero que Harris ocupó tras una campaña extraordinaria. Desde ese despacho arrancó a bancos y corporaciones un acuerdo de 25.000 millones de dólares para los dueños de casas en California afectados por la crisis hipotecaria. Desde la Fiscalía también defendió el cambio climático, la sanidad para la población sin recursos, el matrimonio igualitario y las minorías sexuales mientras perseguía sin descanso a traficantes de drogas, armas y personas.
La niña que se empapó del Black Power en Oakland se lanzó a las calles para manifestarse tras la muerte del varón negro George Floyd a manos de un policía en mayo. También luchó contra los Estados republicanos que intentaron dejar sin seguro médico a veinte millones de estadounidenses en medio de la pandemia del covid.
«Una intrépida luchadora», así la define Joe Biden. En el lado opuesto, Donald Trump dijo de ella que «es la más mala, la más horrible, la más irrespetuosa de todos en el Senado». Con sólo 56 años, no sería extraño que esta consumada rompedora de barreras se postulara para alcanzar la Casa Blanca en 2024, si Biden renuncia entonces, ya con 82 años, a presentarse a la reelección.
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