La mujer violada por Trump amplía la demanda por calumnias y reclama otros 5 millones

Todavía no le dolía el bolsillo, pero sí el orgullo. «Lo juro por mis hijos. No tengo ni idea de quién demonios es esta mujer. Es una tarada», la acusó. Acto seguido, sin que quedase claro de si hablaba de su versión o de la de ella, rememoró el momento en el que se la encontró en la puerta de los almacenes Bergdorf Goodman, donde según ella le pidió que lo ayudase a comprarle un regalo a una mujer. Carroll sugirió un bolso o un sombrero. Trump, lencería. «Tuvimos una química increíble y en cuestión de minutos acabamos en el probador de al lado de la máquina registradora», contó. «¿Qué clase de mujer conoce a alguien y en cuestión de minutos está haciendo manitas con él en un probador?».

Cuando en 2019 Carroll, que ahora tiene 79 años, denunció públicamente en un libro el incidente ocurrido a mitad de los años noventa, Trump lo negó despectivamente con un «no es mi tipo». Durante el juicio, el fiscal le presentó una fotografía de ella dos décadas atrás y le preguntó quién era. Trump echó un vistazo: «Marla, mi exmujer».

Hubo muchos más detalles durante el juicio civil en el que no se juzgaba si Trump era culpable o inocente de un delito, pero se implicaba al otorgarle a la mujer una compensación de dos millones de dólares por haber sido violada en ese probador durante un acto que según ella duró menos de tres minutos, y otros tres millones de dólares por haberla difamado públicamente. Ésa era, en realidad, la segunda de las denuncias que la columnista había interpuesto, una vez que el estado de Nueva York amplió la prescripción de los delitos sexuales. La primera por difamación está atascada en los tribunales a cuenta de los recursos presentados por los abogados de Trump, algo que ahora se le vuelve en contra.

Como el caso aún está abierto, los letrados de Carroll han pedido al juez que le permita ampliar la acusación para incluir el testimonio que dio el pasado día 10 en CNN, donde la audiencia, mayormente republicana, aplaudió y se rió a su costa. Esas declaraciones demuestran «la profundidad de su malicia hacia Carroll», dicen los representantes del expresidente en la moción presentada ante el mismo magistrado que presidió el caso anterior. «Es difícil imaginar una conducta difamatoria que pueda estar más motivada por el odio», apuntalan. Ese redoble, al día siguiente de haber sido condenado por un jurado, demuestra que Trump necesitará pagar una suma todavía más alta para que le duela el bolsillo, por lo que piden cinco millones más en daños y perjuicios. El mandatario ha seguido añadiendo: «No querría conocerla ni tocarla», escribió en Truth Social. Y ella sigue tomando nota.