Agresiones sexuales, misoginia y silencio ante los abusos en la Sanidad inglesa

Este devastador panorama que aparentemente se extiende por la Sanidad pública inglesa se destapa en un par de estudios académicos publicados esta semana. Por una parte, investigadores de la Universidad de Exeter realizaron un amplio sondeo online, por encargo del Grupo de Trabajo en Inapropiada Conducta Sexual en Cirugía y apoyado por l Real Colegio de Cirujanos, con el fin de explorar la situación en el terreno y actuar con datos firmes para mejorar la seguridad de empleados y pacientes.

Un total de 1704 facultativos participaron en la encuesta sobre sus experiencias de acoso sexual, agresión sexual y violación por parte de compañeros de trabajo. También se les preguntó si habían sido testigos de ofensas similares perpetradas contra otros médicos. Más mujeres que hombres respondieron positivos en todas las instancias. «Los resultados demuestran que las mujeres y los hombres de la plantilla quirúrgica viven realidades diferentes. Para las mujeres, implica presenciar y ser objetivo de conducta sexual inapropiada», concluye el informe.

Los datos hablan por sí mismos. El 63% de mujeres confiesan haber sido víctimas de acoso sexual de sus colegas; el 30% ha sufrido agresión sexual de un compañero; el 11% ha experimentado contacto físico no consentido de un cirujano con más años de experiencia en la profesión. Además, se denunciaron al menos 11 instancias de violación sexual.

La misoginia se extiende en un ámbito laboral predominantemente masculino en sus altas jerarquías, Únicamente el 28% del personal quirúrgico del NHS inglés son mujeres. Así, el 90% de cirujanas y el 81% de hombres aseguran en el sondeo que han presenciado algún tipo de conducta sexual inapropiada. Una minoría de cirujanos – el 24% - han sido víctimas de acoso por parte de sus compañeros. «Nuestros resultados van a debilitar la confianza de la población en la profesión de cirugía», ha reconocido Christopher Begeny, de la Universidad de Exeter.

La cara en el pecho

La BBC reveló la experiencia de Judith, una facultativa en sus primeros años de práctica, que fue agredida por un cirujano de más experiencia y jerarquía profesional. Estaban en el quirófano cuando el médico comenzó a sudar y se secó la cara en el pecho de su colega de rango inferior. «Se dio la vuelta y volcó su cabeza sobre mis senos. Entonces me di cuenta de que se estaba secando la frente en mi cuerpo. Me quedé de piedra, ¿Por qué está su cara en mi escote?», rememora la víctima.

Otros ejemplos se refieren a cirujanos frotando su erección en el cuerpo de sus compañeras, caricias por debajo del uniforme, tocamientos y sexo no consentido. También hay casos de relaciones sexuales forzadas durante convenciones médicas.

El miedo a perder una promoción y arruinar la incipiente carrera impide a muchas mujeres denunciar al cirujano afamado o con décadas de trabajo en un hospital. El predominio de personal masculino al mando de los quirófanos da pie también a abusos de poder y la certeza de que algunos pueden «actuar con impunidad», según ha declarado a la BBC la profesora Carrie Newlands, de la Universidad de Surrey.

Un estudio paralelo 'Rompiendo el silencio' aporta recomendaciones para poner fin a los abusos en la Sanidad pública. Por lo pronto, reconoce una total falta de fe en la voluntad de la gerencia de los centros hospitalarios, los colegios médicos y la autoridad reguladora de la profesión para solucionar el problema. Y propone fundamentalmente la creación de un mecanismo independiente y externo con responsabilidad de investigar y gestionar las denuncias laborales.