Borrar
Yevgeniy Panchenko, comandante de una compañía de tanquistas, con el T-80 capturado a los rusos Z. Aldama

«La mayoría de nuestros tanques iban a ir al desguace»

Habituados a la «ratonera» del T-72 soviético, los militares ucranianos ansían la llegada de los Leopard aliados

Zigor Aldama

Enviado especial. Pokrovsk

Viernes, 24 de febrero 2023, 19:36

Al menos un tercio de Ucrania está salpicado de chatarra. Son los esqueletos oxidados y ennegrecidos por el fuego de los tanques soviéticos con los que luchan militares rusos y ucranianos. Muchos soldados perecen dentro de estos gigantes de hierro que parecen más imponentes de lo que realmente son.

En el año que dura ya el conflicto, Kiev afirma que ha destruido 3.350 tanques enemigos. Dieciséis solo este viernes. Estados Unidos estima que Vladímir Putin ha perdido la mitad de su flota y, aunque el Gobierno de Volodímir Zelenski no ofrece datos sobre sus bajas, los soldados ucranianos reconocen que ellos tienen problemas similares. El Instituto Internacional para Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés) cifra en un máximo de 700 los tanques que ha perdido Ucrania.

Algunos no están destrozados. Han cambiado de bando. Yevgeniy Panchenko, comandante de una compañía de tanquistas, muestra dos de ellos. Antes estaban decorados con la Z que simboliza la invasión rusa, y ahora ondea la enseña azul y amarilla. Se trata de un T-80 fabricado en 2021 y de un T-72 de la era soviética. Ambos se encuentran agazapados bajo el refugio que ofrecen los árboles de un bosque cercano a la capital de Donetsk, ocupada por las tropas rusas y blanco de frecuentes ataques.

«El pasado mes de agosto, durante un combate en Jersón, rodeamos el T-80 y le disparamos por la retaguardia. Quedó inutilizado y no lo pudimos capturar porque nos comenzaron a atacar con artillería, pero lo escondimos. En noviembre, cuando la ciudad fue liberada, lo recuperamos, reparamos, y comenzamos a utilizarlo», relata Panchenko orgulloso. «La primera vez que luchamos con él, los rusos lo vieron llegar y pensaron que era de los suyos, así que no atacaron y los pillamos por sorpresa» añade. Solo su unidad ha logrado capturar cinco carros de combate desde que se inició la invasión.

Pero en su mayoría son T-72 de la Unión Soviética. Vehículos cuya llegada se escucha mucho antes de que se puedan ver. Y lo peor de todo es que tienen defectos de diseño importantes, mortales incluso, un hecho que se aprecia perfectamente en las torretas que descansan lejos del cuerpo del tanque en el campo de batalla. Se separan con facilidad y suponen un gran peligro para los operadores. «Son una ratonera», reconoce Panchenko.

Por si fuese poco, los tanques soviéticos fallan más que una escopeta de feria. «Son tanques que datan de 1964 y 1972. Están muy viejos y se estropean a menudo», explica Afanasiy, uno de los mecánicos que se encargan de repararlos. Cada día pasan por sus manos dos o tres en la base de Donetsk. Este periodista asiste a la reparación del tractor oruga de uno de ellos, una operación que se alarga durante varias horas y requiere de la intervención de una decena de hombres y varios vehículos pesados.

«Tratamos de dejarlos en buenas condiciones, pero no siempre resisten los rigores del combate y hay ocasiones en los que se estropean en plena batalla. Los soldados tienen que huir para evitar que los maten y, si tenemos suerte, después de la lucha volvemos a por él para repararlo», cuenta Afanansiy encogiéndose de hombros. Así se explica el abandono de tantos blindados aquí y allá.

«La mayoría de los tanques que tenemos iban a ser enviados al desguace. Pero empezó la invasión y tuvimos que volver a ponerlos operativos», explica Valentín, que en vez de apellido utiliza su mote 'Molfar' y que sabe bien de qué habla, porque su blindado quedó inutilizado y él sufre una hernia en la espalda como consecuencia de aquel envite.

Una lucha a ciegas

Afortunadamente, hay algunos tanques T-72 que han sido donados por los socios europeos en condiciones algo mejores. «Este es polaco y ha sido modificado ligeramente para introducir sistemas más modernos», comenta 'Molfar' en un improvisado hangar cuya ubicación pide mantener en secreto. Su interior es angosto y extremadamente incómodo. Apenas hay espacio para mover las piernas o girar el cuerpo, la luz escasea y la visibilidad es casi nula. Salvo por el conductor, quienes luchan en un T-72 lo hacen prácticamente a ciegas.

«Los carros de combate que utilizamos se construyeron en la URSS, donde las vidas no eran tan importantes»

Aunque Afanasiy reconoce que los rusos tienen los mismos problemas, «a pesar de que cuentan con versiones más modernas», el mecánico se suma a quienes apremian a la Unión Europea y a Estados Unidos para que envíen los ansiados Leopard 2 y Abrams M1 a Ucrania. Como apuntan muchos otros, sostiene que pueden propiciar un cambio radical sobre el terreno y facilitar el avance ucraniano en el Donbás, donde Rusia gana terreno poco a poco.

«Los tanques soviéticos tienen un alcance de unos dos kilómetros. Pero el de los Leopard puede llegar a cinco. Eso nos permitirá combatir desde una distancia mayor y proteger mejor la vida de quienes van en el tanque y de la infantería», analiza Panchenko, que asegura disparar hasta 200 proyectiles al día con su tanque. «Además, cuando los rusos vean los Leopard entrarán en pánico, porque no están acostumbrados a luchar contra armamento sofisticado. Pueden incluso minar su moral», añade.

«Es evidente que los ingenieros diseñaron los Leopard pensando en proteger a sus ocupantes. Nuestros tanques se construyeron en la URSS, donde las vidas no eran tan importantes», asegura Afanasiy. «Además, los Leopard son menos ruidosos, más fáciles de reparar y de mantener», apostilla, con la esperanza de que no tarden en llegar y preguntando cuántos enviarán al final los aliados, entre ellos España. Panchenko no tiene dudas: «Si tuviésemos el armamento moderno de Occidente, esta guerra ya la habríamos ganado».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes «La mayoría de nuestros tanques iban a ir al desguace»