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El próximo canciller federal de Alemania, el conservador Friedrich Merz, prioriza entre sus retos la política exterior y de seguridad y se ha mostrado dispuesto ... a asumir un papel protagonista en la definición de los objetivos y metas continentales. «Nosotros, los europeos, debemos ser capaces de actuar rápidamente», dijo en su intervención este lunes ante los medios tras una noche de celebraciones por el triunfo de la Unión Cristianodemócrata y la bávara Unión Socialcristiana (CDU/CSU) en los comicios legislativos adelantados del domingo. «Europa debe hablar con una sola voz», señaló el dirigente al referirse a la política comercial del Viejo Continente y el futuro de la Alianza Atlántica ante los cambios que se avecinan bajo la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos.
En cuanto a la posibilidad de que Washington y Moscú lleguen a un acuerdo bilateral sobre el futuro de Ucrania sin tener en cuenta los intereses del país agredido y de la UE, Merz afirmó que «eso será inaceptable tanto para Ucrania como para Europa». Igualmente insistió en su objetivo de contar con un gobierno firme para primeros de abril. «Ya están preparadas las conversaciones» con el Partido Socialdemócrata (SPD), anunció el líder conservador, quien reveló que los primeros contactos tuvieron lugar ya antes de la cita con las urnas y que este mismo lunes hablaría con los presidentes del SPD, Lars Klingbeil y Saskia Esken, y en los próximos días con el canciller federal en funciones, Olaf Scholz.
Tres grandes temas centrarán las negociaciones con su posible socio de gobierno: la política exterior y de seguridad, la «irresuelta cuestión de la migración» y la situación de la economía y la industria, comentó Merz, quien se mostró convencido de poder llegar a un consenso con el SPD. Los sondeos comenzarán la semana próxima lo más tarde, tras la celebración el domingo próximo de elecciones legislativas en la ciudad-estado de Hamburgo, y las negociaciones serán rápidas. «Alemania necesita ya un gobierno con capacidad de actuación, respaldado por una mayoría parlamentaria», afirmó el también presidente de la CDU.
Fuentes cristianodemócratas confirmaron que Merz mantuvo uno de sus primeros contactos internacionales tras ganar las elecciones con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, a quien invitó a visitar Alemania con garantías de seguridad pese a la orden internacional de busca y captura dictada en su contra por el Tribunal Penal Internacional de La Haya, que le acusa de crímenes de guerra en la Franja de Gaza. Merz se comprometió a buscar la vía para que esa visita sea posible tras manifestar que «es una idea completamente absurda que un primer ministro israelí no pueda visitar la República Federal de Alemania».
Merz dejó caer de paso en una de sus comparecencias este lunes que aun no ha sido felicitado por su triunfo electoral por la excanciller federal Angela Merkel, su gran rival política entre los conservadores y la culpable de su retraso de 20 años en acceder a la jefatura del Gobierno. «Todavía no he visto que Angela Merkel me haya felicitado», comentó, al tiempo que reconoció seguidamente que «puede ser que se me haya pasado. La pasada noche recibí cientos de mensajes que aún no he revisado».
«El país necesita ya un Gobierno con capacidad de actuación, respaldado por una mayoría»
«La pelota la tiene Merz y es el quien debe acudir a la socialdemocracia y buscar el diálogo»
«Este resultado no cumple mis expectativas, no es bueno. No buscaré ningún papel protagonista»
Al igual que el presidente de la CSU y primer ministro de Baviera, Merz criticó la nueva legislación electoral que fija en 630 los escaños del Bundestag frente a los 739 de la recién finalizada legislatura y que establece que no todos los ganadores de un mandato directo accedan a la Cámara Baja. «Es una ley electoral que perjudica unilateralmente a la Unión», aseguró el líder conservador, quien destacó que de los 23 políticos que se han quedado sin escaño pese a ganar un mandato directo, 18 son conservadores. Algo que calificó también de «inaceptable», por lo que ha abogado por renegociar esa norma con el SPD.
También se mostró dispuesto a negociar con socialdemócratas, verdes y liberales posibles reformas urgentes en el Bundestag saliente antes de la constitución del nuevo Parlamento. Un guiño para sacar adelante la necesaria reforma del «freno a la deuda», la ley que prohíbe incrementar la deuda pública en más del 0,35% del PIB nacional, para poder aprobar en la nueva legislatura costosos programas de inversiones en infraestructuras, tecnologías y defensa, entre otras cosas. En el viejo Bundestag tendría la necesaria mayoría de dos tercios para la reforma constitucional y en el nuevo, sin embargo, Alternativa para Alemania y La Izquierda podrían impedirlo con su llamada mayoría de bloqueo.
Los socialdemócratas, por su parte, no comparten el optimismo de Merz. «Todavía no está claro que se vaya a formar gobierno o que el SPD esté dispuesto a formar parte de él», advirtió Klingbeil. «La pelota la tiene Merz y es él quien debe acudir a la socialdemocracia y buscar el diálogo», comentó el copresidente de los socialdemócratas, para quien puede durar aún semanas o meses la formación de un nuevo ejecutivo y recordó que serán las bases del SPD, sus 400.000 afiliados, quienes al final decidirán si aceptan un eventual acuerdo de coalición con los conservadores. Klingbeil puso además en manos de los diputados de su partido la decisión de asumir quizás el liderazgo del grupo parlamentario tras la dimisión del veterano Rolf Mützenich. Una más en una jornada que estuvo llena de retiradas de primera fila de la política germana.
El todavía canciller federal, Olaf Scholz, confirmó que no participará en las negociaciones con los conservadores y que se convertirá en simple diputado cuando ceda el poder a Merz tras obtener un mandato directo en Potsdam. Tras el abandono de la política la misma noche electoral del presidente de los liberales, Christian Lindner, que asumió la culpa de la expulsión de su partido del Bundestag, este lunes el todavía vicecanciller federal y titular de Economía, el ecologista Robert Habeck, comunicó que no asumirá cargo alguno de relevancia en la formación ecologista y dejó abierta la posibilidad de renunciar también a su escaño. Los Verdes pasan a la oposición y se verán excluidos del próximo Gabinete.
Quien no parece tirar la toalla es la populista de izquierdas Sarah Wagnknecht, líder de la alianza electoral BSW que lleva su nombre en las iniciales, pese a que su formación haya sido expulsada por los electores del Bundestag. Presidenta del partido surgido hace un año como escisión de La Izquierda y que accedió a varios parlamentos regionales en otoño, antes de los comicios comentó que se retiraría si fracasaba electoralmente. Ahora se aferra a que su Alianza Sarah Wagenknecht ha quedado fuera de la Cámara Baja por un 0,03% de votos o 12.000 sufragios para superar el necesario 5% y su intención es recurrir los resultados y forzar un nuevo recuento por demanda ante el Constitucional, aunque expertos juristas ven escasas posibilidades de éxito a ese recurso.
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Ana del Castillo
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