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Mientras conservadores y socialdemócratas (SPD) iniciaron este jueves sus negociaciones de coalición para un nuevo gobierno dirigido por el presidente de los cristianodemócratas (CDU), Friedrich ... Merz, el Parlamento federal saliente comenzó con un duro debate la discusión para la aprobación de reformas constitucionales que posibilitarán la asunción de nueva deuda por el Estado por valor de la astronómica cantidad de un billón de euros, más del doble del presupuesto anual del Ejecutivo alemán.
La iniciativa de la Unión (CDU/CSU) y el SPD recibió severas críticas del resto de los partidos, que acusaron a Merz de engañar a los votantes al rechazar en la reciente campaña electoral lo que ahora defiende y forzar la convocatoria de un Parlamento que ha finalizado su legislatura, en vez de debatir sus propuestas en la nueva Cámara tras su constitución a finales de mes. Conservadores y socialdemócratas apuestan por el respaldo de Los Verdes para sacar adelante sus proyectos de ley en el Bundestag.
«¿Por qué no actuaron antes?», inquirió Katharina Dröge, líder parlamentaria de los ecologistas, mirando a Merz, tras recordarle que las iniciativas que ahora defiende las propusieron Los Verdes antes de los comicios legislativos del pasado 23 de febrero y los conservadores las rechazaron tajantemente entonces. «Le hicimos una oferta justa y responsable», que no aceptaron por tácticas de partido, campaña electoral y cálculo político, añadió Dröge, quien dejó claro que los ecologistas no respaldarán las iniciativas de CDU/CSU y SPD si estos no hacen las concesiones que exigen.
Poco antes, el líder conservador apelaba a Verdes y liberales a no bloquear sus propuestas ante «la preocupante situación de la seguridad en Europa» y los «retos económicos en nuestro país» que necesitan de una actuación urgente. «Tenemos que hacer algo y rápido y con gran consenso internacional», subrayó Merz, que prometió dedicar 50.000 millones del previsto fondo de medio billón de euros para inversiones en infraestructuras al apartado de protección del clima. El presidente de la CDU aseguró que con sus iniciativas Alemania «dará un gran salto adelante» que «ayudará a sanar aquello que no pudo hacerse en la última legislatura».
Lo cierto es que el éxito de las negociaciones para la formación de un nuevo gobierno depende en gran medida de la aceptación por el Bundestag de un fondo extraordinario de medio billón de euros para inversiones en infraestructuras, así como de la reforma del llamado freno de la deuda, la ley de carácter constitucional que prohíbe un endeudamiento público superior al 3,5% del PIB anual. Esto abrirá la vía para financiar, prácticamente sin límite, la modernización del ejército germano, para lo que se calcula un gasto mínimo de otro medio billón en los próximos años.
Para ambas iniciativas se necesita una mayoría de dos tercios en la Cámara Baja. El temor de CDU/CSU y SPD a no conseguir esa necesaria mayoría en el nuevo Bundestag, donde la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y La Izquierda pueden bloquear su iniciativa, es lo que ha obligado a convocar este jueves a los diputados del Parlamento saliente para un primer debate sobre sus propuestas. El martes próximo volverá a reunirse para una segunda y tercera lectura de los proyectos de ley y su votación. Para entonces, conservadores y socialdemócratas esperan haber alcanzado un acuerdo con los ecologistas.
Si esos proyectos de ley alcanzan finalmente la aprobación parlamentaria tendrán que ser sancionados también por el Bundesrat, la Cámara Alta o de los länder, que tiene previsto reunirse el 21 de marzo. En los próximos días, antes del 18, debe además pronunciarse de urgencia el Tribunal Constitucional germano, ante el que han presentado sendas denuncias AfD, La Izquierda y la Alianza Sahra Wagenknecht, que consideran ilegal convocar a los diputados del viejo Bundestag para aprobar las iniciativas, en vez de esperar a la constitución del nuevo el día 25.
Entre tanto, este jueves se constituyeron también los 16 grupos de trabajo que negocian ya por separado los distintos capítulos del futuro acuerdo de coalición que aspiran a suscribir conservadores y socialdemócratas. Un total de 256 expertos de la Unión y el SPD conforman esos grupos con títulos como 'Presupuestos/Finanzas y Relaciones con los länder', 'Exteriores y Defensa', 'Interior/Migración/Integración' o 'Vivienda/Construcción/Desarrollo Urbanístico'. Uno de los equipos tiene la labor de coordinación entre todos ellos y todos tienen la misión de conseguir acuerdos en cada capítulo.
Solo si no se consigue el consenso en alguno de los apartados intervienen directamente los líderes de los partidos para buscar el acuerdo al máximo nivel. Base de las negociaciones es el preacuerdo de once páginas presentado el pasado fin de semana. El objetivo es tener cerradas las negociaciones en menos de dos semanas, a poder ser antes del 24 de marzo. Y ambas partes han acordado reserva total durante los contactos. No habrá declaraciones ni ruedas de prensa. No se comunicarán avances o progresos y el mutismo será absoluto, igual que hace tres años y medio cuando socialdemócratas, Verdes y liberales se pusieron de acuerdo para formar un tripartito.
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