Europa frente a los valores de la Revolución Francesa y Norteamericana
Roberto R. Aramayo
Profesor de Investigación en el Instituto de Filosofía del CSIC e historiador de las ideas morales y políticas
Lunes, 3 de marzo 2025, 20:39
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Roberto R. Aramayo
Profesor de Investigación en el Instituto de Filosofía del CSIC e historiador de las ideas morales y políticas
Lunes, 3 de marzo 2025, 20:39
Al defender la constitución de Weimar en pleno ascenso del nazismo, Cassirer hace ver las interacciones que se dieron entre la Revolución Norteamericana y la ... Francesa. Lafayette se inspira en la Declaración de Derechos del Buen Pueblo de Virginia para promover, al regresar de su periplo norteamericano junto a George Washington, una Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano en la Asamblea Constituyente Francesa. La famosa Estatua de la Libertad del puerto neoyorquino se hizo en Francia y fue diseñada por Eiffel, para conmemorar el primer centenario de la independencia estadounidense. Representa un símbolo de los valores ilustrados que respaldaron las dos revoluciones políticas que vienen a configurar nuestra modernidad y nutren el espíritu de cualquier sistema democrático que merezca ese nombre.
Pero ahora mismo, para el máximo mandatario norteamericano, esa libertad no se ve flanqueada por la igualdad y la fraternidad, sino más bien por sus antónimos, la desigualdad y la hostilidad. Las relaciones de los EE UU con Europa, que se vieron anudadas por dos Guerras Mundiales, parecen haber dado un giro sorprendente, toda vez que Trump se inclina más bien por entenderse con la Rusia de Putin, pese a su flagrante conculcación del derecho internacional. Esto le hace mirar por encima del hombro a una Unión Europea que todavía se precia de conservar los valores ilustrados y ha decidido seguir prestando su apoyo a Ucrania, estudiando su ingreso en un futuro no muy lejano.
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La visión comercial de Trump solo ve deudas que deben ser saldadas y que pretende cobrar aireando el peligroso espectro de una Tercera Guerra Mundial. Eso le hace tratar a sus aliados de la OTAN como vasallos que deben pagar su tributo al nuevo y todopoderoso señor feudal. El aspecto positivo nos lo da la reunión recién celebrada en Londres y que fue convocada por el primer ministro británico. A pesar del Brexit, este líder laborista entiende que los intereses del Reino Unido y la Europa continental van de consuno. Francia y Alemania comparten ese diagnóstico, junto a países como España y algunos otros que se ven igualmente amenazados cual es el caso de Canadá.
Quizá sea hora de proclamar la Independencia del Viejo Continente, para que pueda tener una voz propia en el concierto internacional y, además de compartir un mercado común, pueda diseñar un ejército europeo propio que transcienda las debilidades propias de los países más pequeños y establezca nuevas alianzas con socios fiables que compartan sus mismos intereses e inquietudes.
Era imprescindible que, tras el bochornoso e intolerable vapuleo recibido en Washington, Zelenski se viese abrazado por sus vecinos europeos y fuera recibido por el Rey de Inglaterra sin que le afearan su atuendo de combate ni le trataran como a un paria. Ceder a las amenazas no suele ser dar buen resultado como testimonia la historia y la paz ucraniana requiere verse negociada en una mesa multilateral con observadores internacionales, porque cualquier otra fórmula sería premiar al agresor y rendirse al chantaje de la ley impuesta por el más poderoso.
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