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Mientras Vladímir Putin tiene ya listos a los 11.000 soldados norcoreanos enviados por Kim Jong-un para intervenir en la guerra y dispone además de cientos de rebeldes yemeníes, Ucrania afronta unos días vitales para apuntalar el respaldo de Occidente frente a la invasión ... rusa. Durante la semana recién terminada, el aún inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, dio permiso a Kiev para emplear misiles norteamericanos de largo alcance en Rusia. Moscú replicó con el lanzamiento de un nuevo cohete hipersónico de medio alcance que impactó contra Dnipró. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reclama apoyo sin fisuras en un momento clave. Este lunes se reúnen en Italia los ministros de Exteriores del G7 (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y EE UU) y el martes está convocada una cita de urgencia de la OTAN en Bruselas. En la agenda de las dos cumbres, Ucrania ocupa el primer punto.
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Todo indica que Zelenski recibirá el respaldo que busca. Jean-Noël Barrot, ministro de Exteriores de Francia, fue tajante en la cadena BBC: «Apoyaremos a Ucrania tan intensamente y durante el tiempo que sea necesario». Instó a los aliados occidentales a ayudar a Kiev sin poner límites ni condiciones. «Porque es nuestra seguridad la que está en juego. Cada vez que el ejército ruso avanza un kilómetro, la amenaza se acerca un kilómetro más a nosotros».
El jefe de la diplomacia gala considera que no hay que fijar «líneas rojas» a la hora de colaborar con Kiev. Esta declaración llega después de la luz verde de Washington a las tropas ucranianas para atacar la región rusa de Briansk con misiles ATACMS, que alcanzan más de 300 kilómetros. Barrot se muestra favorable a que París emule a Estados Unidos y permita emplear armamento francés en territorio ruso, siempre «en una situación de autodefensa». También es partidario de la adhesión de Ucrania a la OTAN.
Tras la cita del G7 llegará el martes la reunión de la OTAN en Bruselas solicitada por Kiev. El secretario general de la Alianza, Mark Rutte, ya visitó el viernes en Florida a Donald Trump. Quería conocer sus planes sin esperar a que sea investido presidente el 20 de enero. Según Mike Waltz, próximo consejero de seguridad de EE UU, el equipo del magnate republicano empezará de inmediato a trabajar con el Gobierno de Biden para buscar un «acuerdo» entre Ucrania y Rusia.
El magnate mantiene una buena relación con Putin y ha dejado entrever que puede plantear una salida a la guerra sin contar con los otros aliados. También ha defendido el recorte de la ayuda militar a Kiev, algo que podría decantar el conflicto ahora que Moscú ha recurrido a un misil de medio alcance con capacidad para portar cabezas nucleares.
El jefe del Kremlin recuerda que tiene una reserva de estos cohetes «listos para su uso» y ha ordenado su producción en masa.«Rusia está preparada para todos los escenarios de su conflicto contra Ucrania y Occidente», advierte. Dimitri Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, agrega que la invasión de Ucrania «terminará si la OTAN deja de alimentar la guerra».
Mientras, los bombardeos continúan. Ucrania asegura que destruyó el domingo 50 de los 73 drones enviados por el ejército de Putin. Y Rusia dice que interceptó dos misiles y 34 naves no tripuladas. En las filas de Moscú, según desvela 'The Financial Times', hay varios cientos de soldados procedentes de Yemen. Este contingente forma parte del acuerdo entre el Kremlin y los rebeldes hutíes que luchan contra Israel en el mar Rojo. Aunque, según el diario británico, estos refuerzos se desplazaron atraídos por un «trabajo bien remunerado» en labores de ingeniería y seguridad, fueron luego «reclutados a la fuerza y enviados al frente de Ucrania». Putin necesita más uniformes. Por eso, ha impulsado además una ley que permite condonar las deudas a los ciudadanos de su país que se alisten voluntarios.
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La tensión bélica crece, sobre todo tras el último intercambio de misiles. Los Servicios Secretos ucranianos (SBU) mostraron ayer a un grupo de periodistas los fragmentos del nuevo proyectil balístico ruso, identificado el jueves por Putin como 'Oreshnik' y que cayó sobre Dnipró. «Es la primera vez que se encuentran restos de un misil de este tipo en nuestro territorio», declaró un investigador del SBU. Cuando Moscú recurrió a un cohete con capacidad para lanzar una lluvia de cabezas nucleares sobre todas las capitales europeas e incluso de EEUU agitó el riesgo de una guerra atómica.
Zelenski reclama unidad a Occidente y más apoyo militar. «El mundo debe responder con seriedad para que Putin tenga miedo de expandir la guerra y sienta las consecuencias reales de sus acciones», insiste a las puertas de las reuniones del G7 y la OTAN.
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