Putin convoca de repente el desfile de la victoria sobre la Alemania nazi para el 24 de junio

«Ordeno que se inicien los preparativos para el desfile militar (...) lo haremos el 24 de junio, ese día en 1945 tuvo lugar la legendaria e histórica parada de los vencedores», manifestó Putin en su reunión telemática con Shoigú, fragmentos de la cual fueron retransmitidos por las televisiones rusas. El primer mandatario justificó su sorpresiva decisión en el hecho de que la situación epidemiológica «continúa siendo estable de forma general en el país, en las regiones y en el Ejército». «Según los expertos, podemos considerar que el pico de la enfermedad ha quedado atrás», aseguró.

Putin encargó al ministro de Defensa que garantice durante el desfile la máxima seguridad a los uniformados «para reducir al mínimo los posibles riesgos o excluirlos del todo». Al mismo tiempo, dispuso que la marcha del 'Regimiento Inmortal', en la que la población con el presidente al frente camina con los retratos de sus familiares caídos en la contienda contra las tropas hitlerianas, se celebre el 26 de julio. Un mes después cuando, según los cálculos de las autoridades rusas, la amenaza de contagios habrá casi desaparecido.

Si no fuera así, el primer mandatario ruso señaló que podría posponerse un mes más todavía. Pero lo cierto es que, en el momento actual, en Rusia se producen diariamente en torno a 9.000 contagios por coronavirus y hoy se batió el récord de fallecimientos en un solo día con 174 decesos. El total de infectados se eleva a 362.342 y el de muertos a 3.807.

La publicación rusa Proyekt sostiene que, durante los ensayos preparatorios del desfile llevados a cabo hasta el 16 de abril, cuando Putin decidió aplazarlo ante el avance del Covid-19, se contagiaron «más de 300 personas, incluidos cadetes menores de edad» de academias militares. Proyekt subraya que, el 16 de abril, se hizo el último ensayo en el campo de Alabino, en las afueras de Moscú, y entonces la ciudad llevaba ya casi tres semanas en confinamiento obligatorio y con la actividad industrial, comercial y cultural completamente paralizada.

Putin no dio entonces una nueva fecha para celebrar el acontecimiento, que siempre tuvo un enorme valor simbólico para los soviéticos y para él mismo, que lo ha convertido en un acto de afirmación patriótica y de movilización nacional, pese a que en las filas del Ejército Rojo lucharon en la II Guerra Mundial no sólo rusos, sino también ucranianos, bielorrusos, georgianos, armenios, centroasiáticos y otros pueblos de la antigua Unión Soviética.

Después, el 9 de mayo, el presidente ruso reapareció en público, tras más de un mes confinado en su residencia oficial y con encuentros exclusivamente por videoconferencia, depositó flores en la tumba al soldado desconocido y prometió que la parada militar se haría en su momento «dignamente». Aquel día hubo solamente un desfile aéreo.