Secciones
Servicios
Destacamos
paula rosas
Corresponsal. París
Domingo, 28 de junio 2020, 00:29
Lyon, Estrasburgo, Grenoble, Tours, Poitiers, Burdeos... una ola verde sumergió este domingo numerosos ayuntamientos franceses, confirmando la tendencia que ya pudo observarse en las europeas del año pasado: los ecologistas se han consolidado como una opción de alternancia en Francia. Incluso en la capital, los ... parisinos han querido premiar el programa verde de la actual alcaldesa socialista, Anne Hidalgo, que revalida el puesto para los próximos seis años. Los votantes, sin embargo, ignoraron en gran medida este domingo al partido del presidente Emmanuel Macron y, en general, a las urnas. Seis de cada diez votantes franceses tenía algo mejor que hacer que elegir a su alcalde. La participación cayó hasta el 40-41%, según las diferentes proyecciones, unos 20 puntos menos que en la última cita municipal, debido en gran medida al miedo al contagio, al agotamiento y la desidia.
Con los socialistas en horas bajas salvo en feudos como París, y tras el giro a la derecha del macronismo, los ecologistas han sabido recoger el guante de la izquierda y rentabilizarlo, como ya ocurrió en las elecciones europeas de 2019. «Lo que ha ganado es la voluntad de una ecología concreta, de una ecología en acción», señaló anoche el eurodiputado Yannick Jadot, de Europa Ecología Los Verdes (EELV). En Marsella forman parte de la coalición de izquierdas que ha conseguido desbancar a los conservadores, y en la capital han sido claves para la holgada victoria de Hidalgo.
La hispanofrancesa mantendrá el bastón de mando de la ciudad tras el acuerdo al que llegó con EELV para esta segunda vuelta. Sus rivales, la conservadora Rachida Dati, que aspiraba a reconquistar la capital tras 19 años de gobierno socialista, y la macronista Agnès Buzyn, debilitada por la accidentada campaña de su partido en la capital, no han logrado moverle la silla.
Aunque la verdadera vencedora en París y en algunos municipios de su periferia ha sido la abstención. Tres horas antes del cierre de las irmas no había votado ni uno de cada cuatro electores. En el colegio de infantil de La Grange Batelière, en el distrito nueve de la capital, Laurent, que se encargaba de revisar las cartillas de votante, explicaba que la jornada estaba siendo incluso más tranquila que en la primera vuelta. «Todo el que llega conoce bien el protocolo sanitario, viene con su mascarilla y sabe que debe guardar la distancia de seguridad, pero con este panorama -Laurent señalaba el aula completamente vacía- tampoco es que sea necesario».
Muy debilitados en el plano nacional, el Partido Socialista y la derecha de Los Republicanos han podido curarse en salud al menos en el terreno local. El partido de la rosa suspiró este domingo aliviado al mantener Lille, donde gobierna desde hace 20 años la exministra Martine Aubrey, aunque tan solo por un puñado de votos. Algo más amarga fue la noche para los conservadores, que perdieron Marsella, su feudo durante dos décadas. Los Republicanos siguen siendo, sin embargo, el partido con más implantación local.
El primer ministro Édouard Philippe consiguió salvar el honor de La República en Marcha (LREM), con cuyo respaldo contaba para el ayuntamiento de Le Havre, que el jefe del Ejecutivo ganó este domingo cómodamente. Philippe, sin embargo, no dio pistas sobre si ocupará el sillón de alcalde la semana que viene -todo apunta a que Macron prepara cambios en el Gobierno, quizás también el suyo- o si esperará unos meses como ha apuntado en otras ocasiones.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.