La UE amenaza con llevar a AstraZeneca ante la Justicia por el retraso en los viales

Lo hace con un aviso «de buena fe», activando un mecanismo de arbitraje que sería previó a la presentación de la denuncia que está contemplado en el propio contrato y que tiene como objetivo sortear ese escenario judicial. «Tenemos que enviar una carta a AstraZeneca con la que queremos iniciar un diálogo para resolver la disputa», aseguró un portavoz comunitario.

El mensaje, en sí, no es nuevo. Ya el pasado febrero responsables del Ejecutivo europeo dejaban entrever que tenían todas las opciones sobre la mesa ante los continuos incumplimientos de contrato de la farmacéutica. Pero al mismo tiempo la amenaza quedaba solapada por la necesidad de evitar conflictos en un momento de alto riesgo debido a la mayor transmisibilidad de las nuevas mutaciones del virus.

La misiva requiere la autorización de los veintisiete Estados miembros, con los que Bruselas ya habría iniciado consultas para «poder enviarla rápido». Luego se abrirá un periodo de al menos veinte días para que AstraZeneca dé explicaciones y se pueda dar al conflicto una salida amistosa. En caso contrario, la Comisión optaría por denunciar ante los tribunales belgas a la empresa por incumplir el contrato suscrito el pasado agosto y que contempla la entrega de 300 millones de dosis. El anuncio de la farmacéutica de que el próximo trimestre -clave para acelerar el ritmo de inmunización en Europa- solo podrá entregar 70 millones ha colmado la paciencia de las autoridades comunitarias.

Por si fuera poco, Reino Unido, firme defensor del medicamento desarrollado por Oxford-AstraZeneca, sufre igualmente retrasos con el abastecimiento de este antiviral, en su caso con las unidades que debe recibir desde una de las fábricas de la compañía en India: el Instituto Serum. Este centro tiene la responsabilidad de producir mil millones de viales, pero su exportación está condicionada a las necesidades sanitarias de su propio país, el tercero más castigado por el virus en el mundo.

Además, algunos expertos temen que unas pruebas adicionales de estabilidad que han de realizarse sobre un lote de 1,7 millones de vacunas almacenado en Reino Unido -y cuyo fabricante no ha sido desvelado- acaben por ralentizar la campaña de inmunización en las islas. A este respecto, el ministro de Sanidad, Matt Hancock, trató este jueves de despejar miedos. Admitió que la disponibilidad del suero «será más ajustada» en abril, pero confió en que este problema no impactará en los objetivos de vacunación.

Hancock previno asimismo a la Comisión Europea contra la imposición de controles a la exportación de vacunas al Reino Unido. «Estoy seguro de que la UE respetará los compromisos y declaraciones que ha efectuado, incluida la presidenta Von der Leyen, quien dijo que no se deben imponer restricciones a empresas cuando estén cumpliendo sus responsabilidades contractuales», declaró.