La planta incendiada en Guadalajara mezclaba sustancias peligrosas con escombros para trasladarlas a un vertedero

El informe se basaba en el trabajo realizado entre los meses de marzo y abril de este año por una agencia de detectives que ASEGRE había contratado y según el cual los residuos peligrosos se mezclaban con escombros antes de ser depositados en el fondo de los camiones. Sobre ellos se colocaban restos de demoliciones y construcciones, de tal manera que los camiones se dirigían a vertederos de escombros sin levantar sospechas. De este modo, la empresa KUK Medio Ambiente S.L. se ahorraba el coste que supone el tratamiento de los residuos tóxicos incumpliendo la normativa que regula la manipulación de estas sustancias en las plantas de reciclaje.

Extinción del incendio

La nave almacenaba 20.000 toneladas de residuos cuando el pasado viernes se incendió por causas que están siendo investigadas. Desde octubre de 2015 carecía de la autorización autonómica medioambiental para operar pero siguió trabajando hasta que el Ayuntamiento de Chiloeches la clausuró en junio por incumplir la normativa municipal de seguridad ambiental y no tener licencia.

El incendio quedó controlado el pasado sábado pero aún sigue activo en el interior de la nave y se tardará varios días en extinguirlo. Los bomberos están centrando su labor en retirar las sustancias químicas al mismo tiempo que han tenido que demoler parte de la nave para acceder sin dificultades.

Por su parte, Ecologistas en Acción ha denunciado públicamente la aparición de cientos de peces muertos en el río Henares a su paso por Alcalá de Henares (Madrid), lo que atribuye a un posible vertido tóxico procedente de la planta incendiada. Sin embargo, la Unidad Militar de Emergencias (UME), que ha colocado diques para evitar estos vertidos, ha negado el contenido de esta denuncia asegurando que los peces han podido morir por falta de oxígeno o por las altas temperaturas.