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La crisis diplomática sigue abierta entre España e Israel tras el viaje de Pedro Sánchez a Palestina, Egipto y al país hebreo la semana pasada, y ya ha derivado en una nueva batalla política doméstica entre el recién constituido Gobierno y la oposición. El ministro ... de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, exigió este lunes «garantías» a la embajadora israelí en Madrid, Rodica Radian-Gordon, –que acudió convocada al ministerio que dirige a última hora de la tarde– de que las acusaciones «completamente falsas» contra el presidente del Gobierno «no volverán a repetirse». Todo mientras que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, calificó de «equivocación grave en el momento, en la forma y en el lugar» la declaración con la que el presidente del Gobierno consideró «completamente inaceptable la matanza indiscriminada de civiles inocentes».
Las críticas lanzadas desde el PP al Gobierno por la postura diplomática mantenida desde el pasado 7 de octubre, cuando Hamás perpetró en territorio israelí el asesinato de alrededor de 1.400, han alcanzado su punto álgido después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel acusara a Sánchez y al primer ministro belga, Alexander de Croo, que le acompañaba, de «defender el terrorismo de Hamás», lo que también provocó «una dura reprimenda» de Tel Aviv a la embajadora española acreditada allí, Ana Salomón.
Feijóo reconoció este lunes durante la reunión del grupo parlamentario del PP europeo en Barcelona que «Palestina tiene derecho a que se respeten todas las normas de derecho internacional», pero pidió al Gobierno no confundir «Palestina con Hamás», al que –dijo–«hay que destruir y eliminar». «Primero, porque es una postura inadecuada. Segundo, porque no la hemos negociado. Y tercero, porque ni siquiera se nos ha comunicado. Cuarto, porque rompe el consenso en política exterior que ha mantenido España en todos los gobiernos hasta el actual. Y quinto, porque se ha tomado al margen de nuestros socios europeos», señaló el líder de los populares, que recordó ante sus colegas europeos que ahora Sánchez también el presidente de turno de la UE.
Albares, por su parte, volvió a negar como «falsas» las acusaciones del Gobierno de Benjamín Netanyahu. Lo hizo esta vez en calidad anfitrión del VIII Foro de la Unión por el Mediterráneo (UpM), celebrado también en Barcelona, y que contó con la participación de los 43 países del organismo internacional (incluido Palestina) y con la ausencia, precisamente, de Israel.
El titular de Exteriores, en cambio, insistió en los argumentos que llevaron al Gobierno de Netanyahu a formular dicha crítica, es decir, el reconocimiento de Palestina como estado y la condena a la respuesta militar israelí en la franja de Gaza, pero también remarcó su condena al ataque terrorista que Hamás en territorio hebreo y que provocó alrededor de 1.400 muertos. En una rueda de prensa conjunta junto a su homólogo palestino, Riyad al Malik, el máximo responsable de la diplomacia española expresó el apoyo del Gobierno a la Autoridad Nacional Palestina como «voz esencial» para hablar de la paz y del futuro de Gaza sobre el control «que pretende establecer Hamás en la región».
Por su parte, Riyad al Maliki agradeció en perfecto español la visita a la región y la posición de Sánchez «mostrando su solidaridad con las víctimas, con la justa causa del pueblo palestino y su apoyo a la justicia y a la paz». «Valoramos mucho la decisión del presidente» de viajar a la región, «de visitar Palestina y estar ahí en Rafah mostrando su solidaridad con las víctimas, su solidaridad con la justa causa del pueblo palestino, su apoyo as la justicia y a la paz», zanjó. Maliki también agradeció «al pueblo español» su solidaridad y mostró complicidad con Albares llamándolo «colega» y «amigo».
Sobre la reunión con la embajadora israelí en Exteriores, poco más trascendió. Hace un mes, la legación hebrea ya llamó la atención al Gobierno en un comunicado en el que consideraba a los miembros de Unidas Podemos en el Gobierno como «alineados con la postura de Hamás». En aquél momento, y aún en funciones, el ministro de Asuntos Exteriores calificó como «un gesto inamistoso» la reprimenda y defendió la «libertad de expresión» de sus compañeros de Gabinete. Pese al incidente, los planes de Sánchez, ya investido, de viajar a Israel la semana pasada siguieron adelante.
Pero en esta ocasión se ha llegado más lejos y las consecuencias diplomáticas son difíciles de calcular aún. El escenario es diferente, tanto que incluso desde Podemos su secretaria general, la ya exministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, pasó el pasado viernes de acusar a Sánchez de «blanquear» a Netanyahu a celebrar su «cambio de postura» propiciado, dijo, por «la presión» de la sociedad y de organizaciones políticas como la que lidera. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, por su parte, se mostraba «orgullosa» de la postura del presidente, pese a que ha mantenido una posición más alineada con Ferraz en este conflicto aunque abogando por imponer sanciones al Gobierno israelí o un embargo a la importación de armas con el Estado hebreo.
Este lunes por la tarde, Sánchez mantuvo una conversación telefónica con el presidente de Turquía, Recep Tayip Erdogan, sobre la crisis por el conflicto entre Israel y Hamás. Ambos coincidieron, explican fuentes de Exteriores, en «el deseo de que la paz vuelva pronto» a la región.
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