El Consejo General de Ciudadanos echa el freno a los críticos

Los críticos reclaman que sean las militantes los que elijan en primarias a los líderes territoriales y a los miembros de los comités autonómicos. Con esa intención, el exdiputado nacional Fernando Navarro defendió sin éxito una enmienda de devolución de los estatutos, que fue ampliamente rechazada por 103 votos frente a cinco y que contó con dos abstenciones.Pero no tiran todavía la toalla. Superado el primer trámite de enmiendas –las que presentan los consejeros–, se abre ahora el debate a las agrupaciones, que redactarán las enmiendas que se debatirán en la V Asamblea General de Ciudadanos.

«Ha sido un debate muy constructivo», aseguró, por su parte, la portavoz de la gestora, Melisa Rodríguez, para quien el modelo propuesto por el Consejo General sale «más reforzado que nunca». «Ahora la pelota está en el tejado de los afiliados, remarcó.

Entre las intenciones del sector crítico, está acabar con la estructura centralizada del partido y crear «contrapoderes» a la Ejecutiva. En la ponencia de estatutos aprobada no se incluye este cambio. Tan solo se propone la creación de un Consejo Territorial que dependerá de la cúpula y del líder del partido, y cuyas decisiones no serán tampoco vinculantes.

Igea, que amaga con plantar batalla a Inés Arrimadas, la única aspirante hasta el momento para suceder a Albert Rivera, aboga por «un partido más abierto, más participativo, con más contrapesos». Aunque la actual portavoz parlamentaria se abre a estudiar que las organizaciones regionales tengan más voz no está dispuesta a cederles más autonomía. Su objetivo es que Ciudadanos no acabe «convertido en un conjunto de diecisiete PSC», aseguran desde su entorno.

No hubo discrepancias respecto a la ponencia de estrategia, que fue aprobado por «unanimidad» y por «asentimiento», según confirmó Rodríguez. Tanto los miembros de la gestora como los dirigentes críticos coinciden en que Ciudadanos debe recuperar el centro, sin vetos al PSOE y con capacidad de llegar a acuerdos tanto con la izquierda como con la derecha pero rechazando los «populismos», en donde los liberales encasilla tanto a Unidas Podemos como a Vox.