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Álvaro Rubio
Cáceres
Viernes, 4 de octubre 2024, 13:49
«Con los países latinoamericanos nos une la historia y lazos muy intensos de afecto y hermandad. En las últimas décadas, también nos unen lazos económicos crecientes y visiones cada vez más cercanas sobre lo global». Con esas palabras, en una tierra de conquistadores y ... en plena crisis diplomática entre España y México, el Rey ha inaugurado el encuentro de Academias de la Historia en el que participan 14 países.
El acto se ha convertido en el primer escenario en el que ambas naciones se han dado cita después de que Felipe VI no fuera invitado a la ceremonia de posesión de la nueva presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum. Eso provocó que el Gobierno español no enviara a ningún representante a la ceremonia y la presidenta Sheinbaum justificó la exclusión de Felipe VI de su investidura por la falta de respuesta a una carta, enviada en 2019, en la que su antecesor en la Presidencia mexicana y mentor político, Andrés Manuel López Obrador, pedía que el monarca se disculpara por los «atropellos» de la conquista española de México hace 500 años.
En esta cita no lo ha hecho, pero sí ha lanzado un mensaje de unión y ha hecho un llamamiento a hablar las posibles discrepancias sin prejuicios entre los pueblos de un lado y otro del Atlántico.
«Somos, los iberoamericanos, una unidad en la diversidad, una cultura de culturas. Nuestra relación es tan honda que nos permite, incluso, hablar con franqueza de nuestras posibles discrepancias −inevitables, por lo demás, en tantos siglos de historia compartida−, pero siempre desde el respeto basado en la amistad», ha dicho Felipe VI en su discurso, antes de invitar a mirar hacia delante. «Hay que tomar impulso en los que nos une para alcanzar respuestas pragmáticas, útiles y equilibradas», ha añadido en la inauguración de un encuentro en el que, precisamente, se ha hablado de hechos que ocurrieron hace siglos.
Hay expectación en este encuentro porque participa el presidente de la Academia de la Historia de México, Javier Garciadiego, que llegó temprano al Palacio Barrantes-Cervantes, que acogió el acto de inauguración. Allí ha esperado junto a los representantes de las instituciones hispanomericanas la llegada de Felipe VI. A las 10.40 horas el Rey hizo acto de presencia en la plaza de San Miguel. Apenas unos segundos después ha llegado la ministra de Educación, Pilar Alegría. Desde las diez de la mañana ya esperaban en esa plaza un centenar de vecinos de Trujillo, que han recibido a Felipe VI entre vítores de 'viva el Rey' y 'viva España'.
El monarca ha saludado en un primer momento a la presidenta de la Junta, María Guardiola; el delegado del Gobierno de Extremadura, José Luis Quintana; la directora de la Real Academia de Historia, María del Carmen Iglesias; el presidente de la Fundación Obra Pía de los Pizarro, Hernando de Orellana, y la alcaldesa de Trujillo, Inés Rubio.
Seguidamente, ha entrado en el Palacio Barrantes entre fuertes medidas de seguridad y allí ha recibido a los representantes de las academias de la Historia participantes en esta jornada. Entre ellos, el de México. Con él intercambiado algunas palabras en un corrillo al final del acto y tras la foto de familia de todos los asistentes.
Se trata de una imagen que ha simbolizado el primer acercamiento entre España y México tras los desencuentros de las últimas semanas.
Además, durante la inauguración ha habido muchas palabras que han llamado a la unidad. «Hay que conocer la historia con sus sombras y sus luces, fortalecer nuestra convivencia individual y colectiva», ha afirmado afirmó la directora de la Real Academia de la Historia, que también ha aludido a «relaciones políticas difíciles», aunque ha matizado que nunca se ha roto la relación en los sectores historiográficos entre españoles e hispanoamericanos. «La culpa tiene nombres y apellidos y es individual. No existe sentirse culpable por cosas que han ocurrido sin que uno participase activamente en ellas», ha afirmado Iglesias.
Hernando de Orellana se ha referido a este encuentro como una forma de compartir perspectiva desde la diversidad, sus raíces y sus futuro, e Inés Rubio, la alcaldesa trujillana ha apuntado que se busca reflexionar sobre «cómo podemos abordar este patrimonio conjunto porque en nuestras manos está la responsabilidad de preservar los lazos históricos que nos unen».
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